"Alberto es muy prudente", señalan fuentes populares que apoyan al gallego en la carrera sucesoria del PP que culminará en el congreso extraordinario de los días 20 y 21 de julio próximo. Tanto, que no termina de aclarar a sus distintos interlocutores cuál será la decisión final. El Gobierno de la Xunta, la dirección regional del partido y cuestiones familiares constituyen el complicado sudoku que debe encajar antes de dar cualquier paso. Apurará los plazos para que el resto de los posibles aspirantes se retraten y para ello ha dado órdenes a su entorno al objeto de que no recojan avales hasta que realice dicho anuncio.
Ello a pesar de que se están comenzando a celebrar en Galicia, pero, también en el conjunto de España, asambleas locales y provinciales para organizar la jornada de primarias del día 5 de julio, así como confeccionar las listas de aspirantes a ir de compromisarios a la cita congresual, que también tienen que ser elegidos en consulta a las bases. En todo caso, son tan pocos los apoyos explícitos que se necesitan estatutariamente para ser precandidato al liderazgo del partido-sólo 100- que es un trámite que se puede solventar en apenas unos minutos.
Este proceso es diametralmente opuesto al del PSOE, donde el actual jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, abrieron hostilidades ya con la recogida de avales, convertida en una demostración de fuerza. Pero aunque Sánchez consiguió 6.000 menos que Díaz, con 57.369 frente a 63.482 de la andaluza, el ajustado resultado vaticinó lo que ocurrió después, esto es, que a pesar de contar Díaz, o quizá por ello, con el apoyo de todo el aparataje socialista, su adversario ganó las primarias.
Al menos el proceso de avales serviría para testar la fortaleza de los posibles aspirantes y desbrozar un camino en el que todos se miran de reojo. En una consulta a las bases resulta difícil evaluar los apoyos en función de los territorios y de las "baronías", aunque el mecanismo previo de inscripción para votar podría resultar más fácil de controlar por los poderes locales y provinciales del partido por toda España.
Cospedal se mueve en Madrid
Nadie quiere dar el paso en el PP sin garantías de éxito. Y la ex vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, es una contrincante difícil. No tienen, sin embargo, mucho tiempo para descubrir sus cartas y los entornos de unos y de otros van pulsando el sentir de los territorios, algunos divididos hasta en tres como Andalucía. Por su parte, la secretaria general popular, María Dolores de Cospedal, "se está moviendo en Madrid", aunque comienza a extenderse la idea de que más que tres listas de "pesos pesados" llamados a un "choque de trenes", la "número dos" de Génova estaría también sondeando apoyos para Feijóo con los que presentar batalla a su "archienemiga".
Sólo Alfonso Alonso y Margallo han mostrado sus preferencias, por Santamaría y Feijóo, respectivamente
De igual manera, el resto de dirigentes nacionales y territoriales del partido se mantienen silentes sobre sus preferencias, aunque muchas de ellas se intuyan. Las del presidente de los populares vascos, Alfonso Alonso, estaba clara y él no lo ha ocultado cuando se le ha preguntado este jueves en Radio Euskadi sobre si Santamaría puede representar la renovación que defiende. "Absolutamente, claro que puede significar renovación", ha afirmado, aunque fuentes del PP gallego destacan del vasco su "transversalidad" y la posibilidad de que pudiera estar, llegado el caso, en el futuro equipo de Génova con Feijóo.
Tampoco ha ocultado sus preferencias el ex ministro de Asuntos Exteriores José Manuel García Margallo, que apoyará a Feijóo, aunque ha decidido recoger avales para presentar batalla si resultara que la única aspirante fuera Sáenz de Santamaría, con la que lleva años en guerra declarada.
Las dudas del presidente de la Xunta
El presidente de la Xunta ha asegurado este jueves en rueda de prensa tras la reunión de su Consejo de Gobierno, que "lo que más me pesa para tomar una decisión es ser presidente de la Xunta" y ha recordado que no revelará sus intenciones hasta el plazo establecido para ello, esto es, el lunes, martes y miércoles de la próxima semana. Realmente, todo apunta a que esperará al último día. "Esos son los plazos, queda muy poco tiempo", ha remarcado para asegurar que, de hecho, su agenda institucional sigue "plenamente operativa" al "110 por ciento", informa Efe.
"Lo que más estoy valorando es mi responsabilidad de presidente de la Xunta", ha insistido, cargo que pesa por encima de cualquier "otra cuestión o ambición política". Además, ha jugado a cierto despiste al subrayar que la decisión que tome "para algunos puede ser sorpresa una cosa y para otros, no", lo que crea aún más incertidumbre en un partido poco acostumbrado a ir a procesos abiertos en el ámbito nacional.
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