La consellera de Presidencia, Elsa Artadi, ha denunciado este sábado que el público de la apertura de los Juegos Mediterráneos que abucheó al presidente catalán, Quim Torra, estaba "sorprendentemente seleccionado", si bien el alcalde de Tarragona y presidente del comité organizador lo ha negado.
En una entrevista concedida a Rac-1, la portavoz del Govern, Elsa Artadi, ha acusado a la organización de los Juegos Mediterráneos de seleccionar al público de la ceremonia inaugural que se celebró en la noche de este viernes en el estadio del Nàstic en presencia del rey Felipe VI; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y Torra, que fue abucheado.
"Era un público sorprendentemente seleccionado. Nos sorprendió que hubiese tan poca gente, porque desde la Secretaría de Deportes de la Generalitat se habían pedido invitaciones para compromisos, tanto para nosotros como para la Diputación de Tarragona, y se nos dijo que no había", ha señalado Artadi.
No obstante, la portavoz del Ejecutivo autonómico ha restado importancia a los silbidos que el público dirigió a Torra: "Me parece normal que la gente se pueda expresar, esto no lo criticamos".
Según Artadi, el Gobierno catalán no perseguirá ni le parecerán un delito de odio los silbidos a Torra, a diferencia -según ha indicado- de lo que ha ocurrido con las banderas independentistas y los elementos de color amarillo en apoyo a los políticos independentistas presos en la final de la Copa del Rey de Fútbol.
Además, también ha afirmado que les habría gustado más que en la ceremonia de inauguración hubiese habido "mucha más presencia de la historia tarraconense y catalana", y que le sorprendió la "presencia del Ejército en una inauguración de los Juegos". "Hay cosas que me gustaron menos que otras", ha subrayado.
El alcalde de Tarragona niega la acusación: "La venta de entradas se contrató a Ticketmaster y tan sólo se podían comprar de seis en seis"
Por contra, el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros (PSC), que también es presidente del Comité Organizador de los Juegos Mediterráneos, ha negado la versión de Artadi y ha asegurado, también a la emisora Rac-1, que era "materialmente imposible seleccionar al público" que asistió a la inauguración. "La venta de entradas la depositamos bajo contrato a la empresa Ticketmaster, y sólo se podían comprar de seis en seis. No lo habríamos hecho nunca", ha explicado.
Ballesteros también ha indicado que la Generalitat tenía todas las invitaciones que pidió "en tiempo y forma" y que las que Artadi ha denunciado que no recibieron "debían ser de última hora".
El alcalde ha reconocido que no le gustó que anoche hubiese espacios vacíos en las gradas, aunque ha precisado que eran las butacas destinadas a los atletas y las delegaciones internacionales, ya las que entradas que estaban a la venta se agotaron.
"Con deportividad"
"No me gustó que silbaran al presidente Torra. De la misma manera que no me gusta que se silben los himnos. Tenemos que empezar a decir todos juntos que no se puede ir a un espectáculo a silbar", ha afirmado el alcalde. Éste ha desvelado que, tras los abucheos al presidente de la Generalitat, habló con Torra y éste "lo encajó con deportividad".
"Tuvimos una conversación breve con Felipe VI e hicimos de mutuo acuerdo una apelación al diálogo. Empieza la época del diálogo sincero, sin condiciones y con ganas de llegar a acuerdos", ha apostillado el alcalde socialista de Tarragona.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 La Policía encontró dinero en un segundo chalé del jefe de la UDEF
- 2 Agricultores franceses bloquean a los camioneros españoles
- 3 Las claves del plan de Almeida que ha 'encendido' a Airbnb
- 4 Tulsi Gabbard, la exdemócrata que esparce bulos prorrusos y dirigirá los servicios de inteligencia de EEUU
- 5 El capo de la droga vinculado al jefe de la UDEF tenía una asesoría
- 6 La Policía dice que Miñanco no estaba con Boye en la reunión clave
- 7 Ni esclavos ni cachas: la verdad de los gladiadores que ignora 'Gladiator'
- 8 El balance de cuatro años de guerra entre el Polisario y Marruecos
- 9 La deportación masiva de Donald Trump: ¿puede llevarla a cabo?