Los barones territoriales del PP andan esos días tentándose la ropa. La irrupción de las primarias, con una fuerza que pocos podían prever, les ha pillado en un escenario complejo y, además, a menos de un año de sus propias elecciones, lo que dificulta su capacidad de maniobra. Salvo contadas excepciones, como el andaluz Juan Manuel Moreno o el vasco Alfonso Alonso, o la lógica de la castellanomanchega, María Dolores de Cospedal, que es candidata a la sucesión, han optado por la "neutralidad", que es una manera de justificar el temor generalizado a los efectos indeseados de tomar partido.
Ni el gallego Alberto Núñez, Feijóo, ni los castellanoleoneses Juan Vicente Herrera y Alfonso Fernández Mañueco, ni la valenciana Isabel Bonig, el extremeño José Antonio Monago o el murciano Fernando López Miras, por citar a algunos de los principales líderes regionales, se han decantado por ningún candidato a la presidencia del PP y a todos ellos se han dirigido tanto Soraya Sáenz de Santamaría como María Dolores de Cospedal. Tampoco Madrid, ya que si bien Ángel Garrido ha apostado por Cospedal en justa correspondencia por haber sido ella la que defendió su nombre para sustituir a Cristina Cifuentes al frente del gobierno de la Comunidad, desde la sede regional puntualizan que "Garrido no es el responsable del partido, lo es Pío García Escudero y ha optado por la imparcialidad".
"Al pronunciarte, reproduces las heridas del pasado y el partido se te divide", dice un dirigente territorial
Tras conocer la adhesión de Garrido, la gestora del PP de Madrid hizo público un comunicado en la que anunciaba su "absoluta neutralidad" con independencia "del criterio personal de cada uno de sus miembros". Agregaba que todos los candidatos son "personas de valía y merecen nuestro total y absoluto respeto", para animar a sus afiliados a que "elijan libremente" y a sus presidentes locales y de distrito que garantizaran que el proceso se desarrollara con normalidad y sin presiones. No es Garrido el único dirigente madrileño que se ha posicionado. En Madrid tiene mucho predicamento Pablo Casado, al que respalda también la portavoz regional del PP, Isabel Díaz Ayuso.
Un presidente territorial de los no posicionados explica que "al pronunciarte, reproduces las heridas del pasado y el partido se te divide". Pone el ejemplo del País Vasco, donde Alonso e Iñaki Oyarzábal están con Santamaría y, en cambio, Javier Maroto con Pablo Casado. Y otro tanto pasa en Andalucía, la región más potente en número de afiliados, donde las direcciones provinciales están divididas fundamentalmente entre Cospedal y Soraya, lo que es un recordatorio de la profunda herida que dejó el enfrenamiento cuando la designación de Juan Manuel Moreno ("sorayista") como sustituto de Juan Ignacio Zoido (de Cospedal).
Andalucía, País Vasco y Cataluña son los tres territorios más divididos
Incluso en territorios donde su líder ha optado por esa tan traída y llevada "neutralidad", como es Cataluña, sus dirigentes están claramente divididos en tres: Dolors Montserrat y Alicia Sánchez Camacho con la ex ministra de Defensa; Enric Millo con la ex vicepresidenta del Gobierno y Alejandro Fernández con Pablo Casado.
"Lo último que quieres es que a menos de un año de las elecciones autonómicas, cuando tienes que arrancar casi la campaña a la vuelta de las vacaciones de verano, cada dirigente territorial del partido tire por un lado", señala un líder provincial, y un autonómico apostilla, en un alarde de sinceridad, que huye del riesgo de que "yo apueste por uno de los candidatos y mis militantes por otro, vamos, que, al final, la gente vote contra mí" y que quede incluso comprometida su candidatura a la presidencia de la Comunidad, que será una de los primeros asuntos que habrá de abordar el sucesor de Mariano Rajoy.
Feijóo y Miras reciben; Bonig, no
Dentro de los barones territoriales tibios hay dos modelos; el que recibe a todo candidato que pisa sus dominios como hacen Feijóo o Miras, o los que optan por no dejarse fotografiar con ninguno, estilo Bonig que "no ha ido ni a Casado ni a Joserra ni a Cospedal", apuntan personas de su entorno. Esto tampoco ha evitado que el responsable de la gestora del PP de la provincia de Valencia, Rubén Moreno, haga campaña a favor de Santamaría, que fue la que le eligió para la secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes tras la salida de José Luis Ayllón, otro destacado sorayista.
A falta de conocer el dato del porcentaje de afiliados que se ha inscrito para votar, cuyo plazo se cerró este lunes a las dos de la tarde, los 869.535 militantes, se reparten de la siguiente forma: Andalucía 169.602; Comunidad Valenciana 149.177; Galicia 101.100; Madrid 94.607; Castilla-La Mancha 51.770; Castilla y León 49.621; Canarias 43.485; Murcia 37.423; Cataluña 33.731; Extremadura 31.481; Baleares 23.098; Aragón 19.812; Asturias 18.858; Cantabria 14.137; La Rioja 5.473; País Vasco 5.422; Ceuta 4.149; Melilla 3.112; Navarra 719 y del PPExterior 12.758. En todo caso, hablamos de un censo que lleva décadas sin actualizar y del que se ignoran cuántos de esos afiliados están a la orden de pago.
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