La familia Franco no dará el consentimiento al traslado de los restos del dictador desde la basílica del Valle de los Caídos que el Gobierno de Pedro Sánchez pretende ejecutar de manera inmediata y advierte: "No podríamos garantizar que no profanasen la tumba en otro sitio".
En conversación telefónica con El Independiente, Francis Franco Martínez-Bordiú -nieto mayor de Francisco Franco- considera el anuncio de la exhumación después de 42 años un mero "juego político" por parte del Gobierno y subraya la "unanimidad" de todos sus hermanos: "Nos negamos a que se juegue con los restos de nuestro abuelo porque no hay realmente una necesidad".
Fallecido el 20 de noviembre de 1975, el rey Juan Carlos I ordenó al abad de la basílica del Valle de los Caídos, dos días después que recibiera los restos de Franco, que los colocara en un sepulcro que se había habilitado en el presbiterio, exactamente entre el altar mayor y el coro del templo. Y allí permanecen desde entonces.
La familia elude concretar por ahora qué medidas adoptaría en caso de que se consume el traslado anunciado este miércoles por Pedro Sánchez a la espera de conocer los pasos que dé el Gobierno. "Cuando suceda ya veremos lo que hacemos. Dependerá de lo que hagan. Si lo hacen legal o ilegalmente, con nocturnidad y alevosía... Insisto, dependerá de lo que hagan", razona el primer varón que tuvo la hija de Franco de su matrimonio con Cristóbal Martínez-Bordiú. "Están aquí para hacer publicidad, es lo único que pueden hacer porque no tienen apoyos en las Cortes ni en ningún lado. Lo más fácil es hacer leña del árbol caído", añade visiblemente molesto.
El nieto mayor del dictador considera el anuncio de la exhumación un mero "juego político" por parte del Gobierno
El Ejecutivo socialista quiere dar cumplimiento a la moción aprobada el pasado mes de mayo en el Congreso de los Diputados, que instaba al anterior Ejecutivo del PP a ampliar la Ley de Memoria Histórica y a exhumar los restos del dictador. Meses antes, concretamente en diciembre, el PSOE ya había registrado una proposición para reformar la Ley de Memoria Histórica, ampliarla y obligar a su cumplimiento tras dos legislaturas sin ejecución por falta de presupuesto.
Francis Franco asegura que su madre -fallecida en diciembre de 2017- "nunca dio el consentimiento ni estaba dispuesta" a que trasladaran los restos de su padre a otra sepultura e insiste en la idea de que, en contra de lo que algunos sostienen, su abuelo nunca ordenó que fuera enterrado en Cuelgamuros. "Lo hablé muchas veces con mi madre, que me contó el disgusto que se llevó mi abuela cuando lo enterraron en el Valle de los Caídos porque ella quería descansar con él". Y añade: "Él no lo dejó por escrito ni dio instrucciones a su hija, que era a quien lógicamente se las tenía que haber dado".
La "inscripción de José Antonio"
En este sentido, el nieto mayor del dictador -nacido en 1954 y que cursaba quinto de Medicina cuando falleció su abuelo- asegura que la elección de la basílica del Valle de los Caídos se tomó "cuando ya estaba agónico y se sabía que no podría superar la enfermedad", y que el sepulcro donde se introdujeron sus restos se construyó "en el último momento".
A este respecto, Francis Franco desvela que la lápida con la que se tapó la tumba de su abuelo incluye en su interior la "inscripción de José Antonio" al utilizarse una que se había fabricado inicialmente para enterrar al fundador de Falange Española, también a los pies del altar mayor de la basílica. "Pero no encajaba bien, hicieron una nueva y aquélla la utilizaron para tapar la tumba de mi abuelo. Seguro. Es así. En ningún momento él dio ninguna instrucción", apostilla.
Acuerdo con la Santa Sede
De otro lado, la Fundación Francisco Franco -creada en 1976 para difundir "la memoria y obra" del dictador- mantuvo una reunión en la tarde de este miércoles para planificar la estrategia que seguirían ante las distintas hipótesis que pueda plantear el Gobierno. La entidad defiende que no es posible el traslado de los restos ante la negativa de la familia y la inviolabilidad de la basílica en virtud del acuerdo firmado entre el Estado y la Santa Sede en 1979, recordando que las competencias en materia de sanidad mortuoria corresponden a la Comunidad de Madrid.
"No lo van a tener fácil. Al menos, no con la ley en la mano. En un Estado de Derecho, el poder está sometido al imperio de la ley y ésta es clara al exigir la autorización de la familia para llevar a cabo una exhumación salvo que concurran razones sanitarias excepcionales. Una vez que la familia de Francisco Franco se ha pronunciado de forma unánime, clara y terminante en contra de cualquier exhumación y de la utilización política de los restos mortales del Generalísimo, sólo podría cumplir el gobierno su macabro propósito violentando la ley y la voluntad de sus familiares", asegura.
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