Soraya Sáenz de Santamaría cuestiona el sistema de doble vuelta de las primarias del PP. La dirigente fue la candidata más votada por los afiliados en la primera fase, donde Pablo Casado obtuvo el segundo puesto con 1.546 votos menos. Este sábado en el Congreso Extraordinario del PP no votarán los afiliados sino los 3.184 compromisarios del PP, que se decantarán por uno de los dos candidatos, en lugar de los seis precandidatos que se presentaron en un primer momento. La ex vicepresidenta ha puesto en duda la efectividad del sistema, al considerar que si gana Casado existirían "dos legitimidades" en el partido, una otorgada por la militancia y otro por los compromisarios. Es la primera vez que Santamaría reconoce tan claramente la posibilidad de que gane su rival en primarias.
"Yo he ganado ante los afiliados, yo tengo la legitimidad de haber ganado", ha defendido Santamaría en una entrevista en el programa Más de Uno, de Onda Cero. La dirigente popular se ha mostrado poco proclive a renunciar a sus ambiciones, y ha adelantado que no dejará la política en ningún caso, al sentirse respaldada por las bases del partido. "Voy a seguir en política, pase lo que pase". Esta declaración de intenciones deja en evidencia que, sea cual sea el resultado de las primarias de este sábado, la dirigente exigirá responsabilidades en el partido por el hecho de haber sido la más votada en la primera fase.
El plan de Casado para la ex 'vice' pasa por darle la portavocía parlamentaria en el Congreso o la opción de liderar al PP de Madrid si vence las primarias. Las aspiraciones de Santamaría podrían llegar más lejos: aunque sea derrotada, la dirigente se sitúa en un plano de igualdad con Casado debido a esta "doble legitimidad". Una percepción que podría llevarle a pedir la secretaría general del PP basándose en su legitimidad ante los afiliados.
Girar al centro derecha y recobrar "el voto perdido por corrupción"
A un día de que empiece el Congreso que decidirá al nuevo presidente del PP, la candidata también ha hecho un último llamamiento para "abrir" el partido a todo el eje del centro derecha con el fin de recuperar los "tres millones de votos que se perdieron por la corrupción" en las elecciones de 2015. La ex vicepresidenta aboga por moderar el discurso y plantar cara a Ciudadanos, el principal rival del PP en el espectro de la derecha.
En la entrevista radiofónica, Santamaría ha defendido la "transversalidad" de su candidatura para abrirse a un nuevo abanico de votantes. Aunque la dirigente no ha hecho referencia expresa a su rival en primarias, sí ha defendido que "el PP no puede irse a una esquina del tablero", en una alusión al proyecto de Casado, más esencialista y partidario de volver a los principios fundacionales. La idea de Santamaría, por el contrario, consiste en el pragmatismo de "abrirse a todos los principios y valores que nos sustentan a todos".
El PP recuperará los votos "no dejando ningún espacio en el centro derecha del tablero"
La diputada por Valladolid cree que el PP sólo podrá recuperar los votos perdidos "ocupando el centro del tablero y no dejando ningún espacio en el centro derecha". "Yo quiero abrir ese centro derecha. Me parece que nuestra manera de recuperar los tres millones de votos que perdimos en 2015, es haciendo un partido abierto, dinámico", ha defendido. Hasta el momento, la dirigente ha centrado su campaña en su perfil de candidata a la Presidencia del Gobierno, y es ocasión que más claramente ha descrito su proyecto de partido.
La ex vicepresidenta de Gobierno ha llamado a ser "conscientes" de que en el PP "hay liberales pero también democristianos", y ha pedido introducir nuevos elementos. Así, ha apostado por aplicar "los principios del liberalismo, sí, pero también las políticas sociales para garantizar libertades". "Mi candidatura tata de englobar a estas personas, que son las que componen el centro derecha".
"Perdimos tres millones de votos por las tarketas black, que penalizaron sobre todo al PP"
Soraya Sáenz de Santamaría también se ha mostrado rotunda en su diagnóstico del la situación del partido. "Perdimos tres millones de votos por la corrupción", ha afirmado. La diputada no ha atribuido esta pérdida a la acción de Gobierno, de la que ella era vicepresidenta, porque a su juicio "estar en el Gobierno tiene un desgaste pero muchos españoles lo entendieron porque estábamos al borde de la ruina".
"Es verdad que habían ocurrido hace mucho tiempo, pero los casos de corrupción estaban ahí", ha admitido la política, que ha confesado que "antes cuando la gente me paraba por la calle me hablaba de eso". El detonante, a su juicio, fue el caso de las tarjetas black. "Había gente de los sindicatos y de otros partidos, pero las tarketas black penalizó sobre todo a la gente del PP".
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