La dirección estatal de Podemos ha enviado a sus órganos territoriales un amplio paquete de "directrices" a seguir en los pactos electorales que negocien con otras fuerzas y fija como norma, con la única excepción de Cataluña y Galicia, que la marca Podemos no puede ocupar un lugar secundario en la candidatura. La marca de los territorios tendrá que ser "Unidas Podemos"; y cualquier cambio tendrá que contar con el "visto bueno" de la ejecutiva de Pablo Iglesias. Estas directrices llegan después de que la líder andaluza de Podemos, Teresa Rodríguez, ganara en primarias con su proyecto de confluir con IU en una candidatura conjunta, a la que habían bautizado como Adelante Andalucía, un nombre alejado de la marca Podemos. Con este movimiento, la dirección morada, enfrentada públicamente con la federación andaluza por este motivo, trata de ganarle el pulso a Rodríguez e imponer su criterio sobre el proceso de confluencia en el que IU y Podemos Andalucía llevan meses trabajando.
El documento "Directrices para los acuerdos autonómicos, forales, insulares y municipales", al que ha tenido acceso Efe, ha sido remitido por la Secretaría de Organización, dirigida por Pablo Echenique, a las direcciones territoriales, a las que explica que deben negociar "desde un criterio claro" y "definido en el ámbito estatal". Los responsables territoriales han recibido estas instrucciones tras las tensiones entre la Secretaría de Organización y la líder del partido en Andalucía, Teresa Rodríguez, por los términos de la alianza con IU, por la que celebrarán primarias conjuntas. Echenique ha expresado en numerosas ocasiones su temor a que el plan de la andaluza fuera disolver Podemos en un nuevo partido o en otra organización. En ese contexto se celebraron las recientes primarias en Podemos Andalucía, en las que Teresa Rodríguez fue elegida candidata a la Presidencia de la Junta con el 75 por ciento de los votos frente a la diputada Isabel Franco, considerada afín a la dirección estatal de Pablo Iglesias, que solo logró el apoyo del 22 por ciento.
Tras esas primarias, ahora la dirección estatal vuelve a poner negro sobre blanco las directrices para "orientar" las negociaciones de las confluencias para las elecciones municipales y autonómicas de 2019 centrándose en cuatro elementos clave: el nombre de la candidatura, la conformación de las papeletas electorales, el reparto de recursos y la forma jurídica, que debe ser una coalición. El documento que, según fuentes territoriales de Podemos consultadas por EFE, ha causado malestar en algunos territorios, considera que presentar candidaturas y papeletas homogéneas "maximiza" sus posibilidades electorales. En cuanto al nombre, la marca acordada con IU en el ámbito estatal es "Unidas Podemos Izquierda Unida Equo".
Las marcas municipales sólo se respetarán si están en el poder en una ciudad de más de 100.000 habitantes
Para cada territorio señala que las variaciones no pueden alterar la marca para las elecciones europeas (Unidas Podemos cambiar Europa) y debe mantener siempre la palabra "Podemos" como parte de la misma, como decidieron los inscritos en la consulta ciudadana del pasado marzo. "Cualquier variación" tendrá que contar con el "visto bueno" de la ejecutiva estatal y siempre sin "desvirtuar" la voluntad de las bases situando la palabra Podemos en un lugar secundario u omitiéndola en el "nombre de verdad de la candidatura".
Según la Secretaría de Organización, la primera posibilidad a considerar en los acuerdos autonómicos debería ser "Unidas Podemos cambiar", seguido del nombre del territorio, o alguna opción similar, pero siempre comenzando por Unidas Podemos. Para las elecciones municipales se incluye la excepción de las "marcas consolidadas" en grandes ciudades, requisito que se da -apunta- cuando una candidatura municipalista apoyada por Podemos ostente la Alcaldía o forme parte del equipo de Gobierno en una ciudad de más de 100.000 habitantes.
La dirección sostiene que "el conocimiento de la marca Podemos es elevadísimo y las encuestas" de las que disponen "dicen que los que argumentan que el nombre resta están equivocados", por lo que defiende que "debe haber razones de mucho peso para hacer una excepción al criterio apoyado mayoritariamente por los inscritos". También para las municipales fija el nombre base de "Unidas Podemos Izquierda Unida Equo", salvo la excepción de las municipales en Cataluña y Galicia, donde las marcas son En Comù Podem y En Marea.
"Podemos siempre es la pieza que más votos pone y por eso el nombre ha de comenzar por Unidas Podemos", una regla que solo podrían barajar saltarse por "motivos electorales de peso".
Así las cosas, la Secretaría de Organización da también unas orientaciones para las marcas municipales, que podrían ser -dice- "Unidas Podemos cambiar..." y el nombre de la ciudad o incluso Unidas Podemos a secas. La explicación tanto para el ámbito autonómico como el municipal es que ese nombre es el más conocido, sencillo y articulable, tiene potencia propia y mejor enganche con el de la papeleta para las europeas; y es el más usado en los medios de comunicación ya que coincide con el del grupo parlamentario en el Congreso.
Todos esos factores permiten, según el documento, el "efecto arrastre" el domingo electoral, en el que los votantes tendrán que elegir diferentes papeletas en los territorios en los que se votará a la vez para las autonómicas, municipales o europeas. Para la elaboración de las listas autonómicas, la dirección establece que se acuerde con las fuerzas aliadas la distribución de los lugares que corresponden a cada actor político y la inclusión de independientes, basándose en el peso electoral de cada organización y tomando como referencia los comicios autonómicos de 2015.
Y rechaza el uso de encuestas para calcular la proporción del reparto porque cree que "en el nuevo escenario político, más volátil y fluido que el anterior" los sondeos ya han fallado "demasiadas veces".Línea roja también para las "primarias conjuntas", un método que -subraya- tiene la necesidad de crear "ex novo censos conjuntos", otra de las críticas que Echenique ha expresado respecto al acuerdo andaluz.
En el reparto de recursos del grupo parlamentario, la directriz fundamental es que se debe acordar previamente un porcentaje para cada fuerza política que no difiera "en exceso" del acordado para la distribución de puestos, y no en función del número de escaños que obtenga cada parte. En el gobierno del grupo, cada fuerza política participará de las decisiones con un voto ponderado por el porcentaje que se acuerde.
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