Antonio Estañ (1987, Callosa de Segura), diputado en Les Corts Valencianes, es desde mayo de 2017 el secretario general de Podem Comunidad Valenciana, quien lleva las riendas del partido y quien dirige las negociaciones con el resto de actores valencianos, en un escenario especialmente significativo a nivel nacional. Con el Pacte del Botànic, Podem llegó a un acuerdo con socialistas y Compromís por el que daba la Presidencia al PSPV sin entar en el Gobierno. Un episodio que guarda fuertes paralelismos con el que vive estos meses Podemos a nivel estatal, que apoyó a Pedro Sánchez en la moción de censura y que ahora se enfrenta a las dificultades que conlleva el papel de "oposición propositiva". Estañ habla sin complejos de las desventajas de esta incómoda postura, y considera que lo fundamental en esta etapa consiste en plantear ciertos debates y "marcar la agenda al PSOE".
Pregunta: Podem Valencia apoyó al Gobierno socialista sin entrar en el ejecutivo, un papel que ahora es de Podemos estatal. ¿Cómo hay que actuar en este escenario?
Respuesta. El papel que estamos jugando tiene que ver con que no las teníamos todas con nosotros a la hora de ver qué capacidad de influencia íbamos a tener dentro del Gobierno. En la decisión de no entrar afectó quién estaba para la Presidencia en ese momento [Ximo Puig]. Si la hubiera tenido Compromís la cosa habría cambiado. En cualquier caso, viniendo de décadas del PP lo prioritario era sacarlo de las instituciones.
Desde fuera, con esa cierta libertad, la clave está siendo plantear políticas que tienen que marcar la agenda, que tienen que ver con el modelo productivo y lucha contra la corrupción. La corrupción ha estado en toda la administración valenciana, desde la extinción de incendios a los colegios. Se han conseguido avances como creación de la Oficina Antifraude pero en otros casos no. Estamos viendo los límites del pacto de gobierno. Es un equilibrio complicado pero hemos conseguido cosas que no habríamos sido capaces de hacer en otra situación. Esto permite plantear retos más estratégicos, no estar tanto en el corto plazo de acción sino en el rumbo de la Comunidad Valenciana. Lo fundamental para Podemos es ser capaz de plantear esos debates y marcar la agenda al PSOE.
P. A nivel autonómico, ¿el hecho de quedar fuera del gobierno les ha dejado aislados?
No entrar en el Gobierno tiene bastantes inconvenientes, porque no ejecutamos nuestras propuestas"
R. No estar en el gobierno tiene bastantes inconvenientes, uno de ellos está en la visibilidad, porque muchas de nuestras propuestas no las ejecutamos nosotros, pero lo importante no es tanto una visibilidad de un partido concreto sino que se visibilicen determinados problemas y se arreglen cuestiones que llevamos arrastrando. Ahí estamos haciendo un buen papel pero sí es cierto que es un equilibrio complicado muchas veces. Hemos hecho un buen trabajo con las ventajas e inconvenientes de estar en una posición que ni es Gobierno ni oposición dura, sino oposición propositiva, pero seguiremos teniendo un papel determinante, y de eso depende que no haya una mínima duda en lucha contra corrupción.
P. A nivel estatal, ¿cuáles son las exigencias que Podemos debe poner sobre la mesa a Pedro Sánchez?
R. Bajo el Gobierno del PP, gracias a Podemos pero también a otras fuerzas, se ha ido construyendo una agenda alternativa de progreso que se está aplicando. Aquí entra el aumento del salario mínimo, un sistema fiscal donde el impuesto de sociedades no sea un regalo, y donde se deje atrás la austeridad. Una agenda que se ha ido consolidando pero que parece que el PSOE está dejando atrás por unas políticas más de guerra cultural en lo simbólico, que son necesarias y suponen un cambio respecto al PP pero que no van a lo institucional. Se acoge al Aquarius, por ejemplo, pero si no se reestructura la política exterior y se acaba con los CIEs, seguimos con el mismo problema. Lo mismo ocurre con lo económico.
P. ¿Considera efectistas las primeras medidas del Gobierno?
La configuración del Gobierno estuvo marcada por el efectismo, pero tendrán que concretarse cambios estructurales"
R. Yo creo que sí, la configuración del Gobierno de Pedro Sánchez estuvo marcada por el efectismo. Esto tiene algunas cuestiones positivas, ha trasladado una imagen de modernización mayor a la que había, pero es como lo que nos pasa aquí, que compararnos con el anterior gobierno no implica que este se estén haciendo las cosas muy bien. Se parten de posturas muy perjudiciales. El efectismo se ve en el uso de redes sociales, de la comunicación..., pero conforme avance la legislatura se tendrán que concretar cambios estructurales. Nos sorprendió que el Gobierno anunciara que iba a agotar la legislatura. Estamos a favor, pero siempre que se afronten los problemas de España, la reforma del modelo de financiación, pero también el modelo territorial. Si el PSOE quiere agotar la legislatura sin entrar en problemas fundamentales, y sólo para a hacer campaña, será un Gobierno que estará pensando más en los estético.
P. La moción de censura de Pedro Sánchez abrió la puerta a reformar la financiación autonómica, ¿ve opciones?
R. Sería muy poco inteligente no abordarlo. Con la reforma del modelo de financiación, me sorprendió el 'no' rotundo . Una cosa que se intente y no salga, y otra que se diga 'no' de partida. Debe hacerlo por una cuestión de necesidad de estructura del Estado y de cómo se ha ido agotando el modelo de las autonomías, pero también por una cuestión de estabilidad en la legislatura, porque entendemos que gran parte de sus apoyos tenían que ver con la esperanza en afrontar este modelo. Es una cuestión fundamental que viene arrastrando España. Con el PP se llegó a una situación de fricción jamás vivida que no tiene que ver solo con Cataluña, sino con un concepto de recentralización en el que el Estado paralizaba el avance de derechos en las autonomías. De no hacerlo será una legislatura que no esté a la altura de las expectativas de quienes votaron a Sáchez. Era una necesidad democrática echar al partido de la corrupción, pero tenía que ver con una agenda social y democrática.
P. Valencia fue el lugar de desembarco del Aquarius, ¿cómo valora la gestión de la inmigración de Pedro Sánchez?
R. Las buenas noticias se han ido desinflando. Acoger al Aquarius nos llenó de orgullo. Fue una oportunidad para demostrar que la sociedad española respeta los derechos humanos y para cambiar la política migratoria de la Unión Europea. Pero al final se ha visto que se seguirá apostando por políticas que veníamos diciendo que eran erróneas, como mantener los CIE, esos agujeros democráticos que hay en nuestras ciudades, y las devoluciones en caliente. Parece que no va a haber cambios sustanciales en migración ni se está afrontando a nivel europeo un cambio que vuelva a situar a la UE en el lugar de respeto a derechos humanos que significaba, sobre todo en un contexto peligroso donde el populismo de derechas está haciendo bandera y se está trasladando a España. Con la llegada de Casado se produce una competición entre él y Rivera por ver quién es más de derechas, también en materia de inmigración.
P. El presidente se arrogó el mérito del pacto europeo para repartir la acogida de migrantes, ¿no es un cambio sustancial?
La UE debería tener una postura en migración mucho más activa, como en materia económica"
R. Debe haber una apuesta de la Unión Eueopea que haga que los países miembros cumplan con los objetivos que se han marcado en competencias migratorias. Italia no puede negarse a cumplir con sus deberes. La Unión Europea debería tener una postura mucho más activa en migración. Igual que a nivel económico sí marca completamente la políticas de los estados, la política migratoria debería ocupar un papel central que no dé pie a este mercadeo de los estados en un asunto tan sensible.
P. A nivel de la Comunidad Valenciana, el Pacte del Botànic entre socialistas, Compromís y Podem permitió gobernar tras décadas del PP, ¿sigue vivo ese pacto?
R. El pacto era una forma de desarrollar un modelo de Comunidad Valenciana opuesto al modelo del PP. Tenía unos ejes muy claro en cuanto a objetivos, pero sí puede que le haya faltado concreción. Cuando hablamos de modelo turístico sostenible, eso es una directriz, pero a la hora de tomar decisiones concretas vemos que no estamos todos en la misma dirección. Lo que significaba el Pacto, como esta necesidad de abandonar las políticas del PP, sí que sigue vivo, pero nos falta, y eso se verá de otra forma en las próximas elecciones, es cómo lo aterrizamos El espíritu sigue vivo pero ya no basta con ir en contra de PP, hay que plantear una alternativa.
P. ¿Qué límites del acuerdo están encontrando?
R. Un ejemplo son las diputaciones. El PSPV no se atreve a dar pasos concretos en su vaciamiento. Nuestra propuesta consiste en que existan formalmente, más en lo simbólico, pero sin un papel determinante. Actualmente las diputaciones son las instituciones que más dinero manejan. El único caso de corrupción esta legislatura en la Comunidad Valenciana ha tenido que ver con la diputación de Valencia. Parece que hay una resistencia de los socialistas por vaciar una institución que permite colocar a muchos amigos, que permite adjudicar dinero a municipios de forma arbitraria. Eliminarlas implica una reforma constitucional, pero se puede hacer que las Comunidades y municipios asuman sus competencias. Pensamos que es una cuestión clave para gestionar mejor el dinero, que haya menos corrupción y que no hablemos tanto de esos núcleos provinciales sino que vayamos a una administración más cercana a lo municipal.
P. Tras este balance, ¿se reeditará el Pacte del Botànic?
Es lógico que el PSOE capitalice su acción de Gobierno pero no tiene sentido que Podemos sufra castigo electoral"
R. Dependerá de los resultados electorales, por nuestra parte pensamos que debe reeditarse con mayor nivel de concreción y con un peso menor del PSPV. Para nosotros sería importante aumentara la relación de fuerzas y que Compromís y Podem tuviera al menos la mitad de representación.
P. Las encuestas sitúan a Podemos en una de sus peores posiciones históricas, ¿a qué lo atribuye?
R. Si fuera por las encuestas Podemos no existiría y habitualmente nos suelen dar por debajo. Suelen mostrar fotos fijas, pero también tendencias. Es lógico que el PSOE esté capitalizando su entrada en el gobierno pero no tendría mucho sentido que, tras el apoyo a Sánchez, el castigo electoral lo sufra Podemos en caso de que no se cumplan las expectativas. Es lógico que en el principio de gobierno si toma decisiones positivas se vea recompensado.
P. ¿Le preocupa que afecte a nivel autonómico?
Es cierto que es probable que las próximas autonómicas, aunque cada lugar tiene su ecosistema, coja un carisma estatal con las europeas, pero pensamos que el trabajo que se haga en cada territorio se verá recompensado en la ciudadanía. Puede que afecte para bien o para mal pero lo fundamental será lo que hagamos aquí.
P. ¿Coincide con la exigencia de Podemos Andalucía de tener más autonomía?
R- Había una apuesta en Vistalegre 2 que consistía en desarrollar el estado plurinacional también a nivel interno. Lo fundamental es que Podemos sea en cada territorio, y siempre desde un marco común, el mejor partido para cada lugar. Un estado plurinacional indica que esa autonomía debe ir desarrollándose en lo económico y en lo político. Vamos dando pasos en esa dirección. Podemos es un partido joven que se creó muy rápido y estuvo centrado en lo electoral, lo que más hemos tenido ha sido campaña y ahora en un momento en que tenemos que construir un partido de forma más enraizada.
P. ¿El hecho de que Podemos tenga que incluirse en la papeleta quita autonomía?
R. La cuestión del nombre tiene que ver con el análisis que se haga presentarse de la mejor manera en cada territorio. Debería haber cierta flexibilidad siempre que haya motivos políticos detrás, tanto para unificar la marca y no volver loco al votante, que era lo que nos paso en las anteriores elecciones, como para recoger las distinciones en el nombre en caso de que el sujeto político las tenga.
P. ¿Volverán a concurrir con Compromís en las próximas elecciones?
Es muy difícil que confluyamos con Compromís", dice el líder de Podem Valencia
R. Iniciamos un proceso de encuentro y trabajo político con otras fuerzas y con Compromís porque no queríamos pactar una confluencia días antes de las elecciones porque ni funciona electoralmente ni en el día después. Yo creo que es difícil que confluyamos con Compromís porque no sabemos qué piensan. Ahí juegan elementos internos, porque Compromís lo componen tres partidos y estarán equilibrando, pero para nosotros es una oportunidad de ganar las elecciones y generar un espacio transformador. Nuestra mano está tendida.
P. Podem fue el único partido del Pacte del Botanic que no entró en el Gobierno, ¿se equivocó?
R. El debate, más que entrar o no, es para qué se entra, y con la capacidad de hacer qué. Hay que entrar si se es capaz de marcar las líneas de gobierno. En su momento no fue una mala decisión, porque ha sido un proceso de aprendizaje y formación de cuadros, y después de las próximas elecciones se tendrá que valorar lo hecho y la relación de fuerzas.
P. ¿Sería partidario de entrar en el Gobierno en las próximas elecciones valencianas?
R. Es una decisión que tienen que tomar las bases, pero soy partidario de que si se repite o amplía el espacio electoral de las últimas elecciones, y tenemos una mayoría nosotros y Compromís dentro del Consell, sí que se debería entrar.
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