El Gobierno esperará a cerrar un acuerdo con Podemos y, a ser posible, con alguna otra fuerza más antes de presentar su proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2019. Esta es la determinación que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha trasladado en conversación informal con los periodistas que le han acompañado en su gira iberoamericana, de la que regresó a primera hora de este sábado.
Además de Podemos, partido al que Sánchez denomina últimamente como su socio prioritario, el Gobierno ve buena disposición para negociar los Presupuestos con el PNV. En el momento en que el Ejecutivo tuviera cerrado el apoyo de los morados a sus cuentas, y preferiblemente, el de algún partido más como pudiera ser el PNV, procedería a aprobar el anteproyecto de ley en el Consejo de Ministros.
Si bien Sánchez evita fijarse plazos, en su equipo sitúan el mes de noviembre como la fecha en que se presentarían los Presupuestos, que podrían estar aprobados para el mes de febrero, antes de la precampaña de las elecciones municipales, autonómicas y europeas de mayo de 2019.
Sánchez desearía poder elaborar los Presupuestos de 2019 con el techo de gasto -límite de gasto no financiero- que negoció su Gobierno con Bruselas, y que le dan un margen de gasto de 6.000 millones de euros más en comparación con 2018. El problema es que esa propuesta fue rechazada por el Congreso.
El Gobierno no renuncia a volver a solicitar el apoyo del Parlamento, pero antes quiere reformar la Ley de Estabilidad Presupuestaria para terminar con el poder de veto que el Ejecutivo de Mariano Rajoy otorgó en 2012 de manera inédita al Senado sobre el techo de gasto, único veto que el Congreso no puede levantar luego.
Pero si la reforma no llega a tiempo, Sánchez elaborará las cuentas de 2019 con el techo de gasto vigente, el que aprobó Rajoy para el Presupuesto de 2018. Aunque no disponga de 6.000 millones más de euros de gasto, el presidente cree que el dinero se puede repartir de modo diferente a como hizo Rajoy, priorizando aquellas políticas que para los socialistas son bandera.
Sánchez espera reunirse pronto con Iglesias, que reaparece este lunes, para sacar adelante las cuentas
Sánchez asume que la aprobación del Presupuesto le costará sangre, sudor y lágrimas pero lo ve posible y no renuncia a intentarlo. Por el momento, el Gobierno está inmerso en plena negociación con Podemos sobre los Presupuestos.
Los socialistas, que no eran partidarios de subir el IRPF, se abren ahora a elevar el último tramo para las rentas de más de 150.000 euros y confían en pactar con Podemos otras medidas que a estos les interesan especialmente, como la ampliación y equiparación de los permisos de paternidad y maternidad, y otras relacionadas con pensiones, vivienda, educación y sanidad.
Aunque la negociación la está liderando la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, Sánchez quiere citar al líder de Podemos, Pablo Iglesias, a un encuentro próximamente, a partir de la reincorporación este lunes de Iglesias a la actividad política, tras el nacimiento prematuro de sus mellizos.
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