Fuera la mafia de la universidad” es la consigna de la huelga convocada por siete colectivos de estudiantes de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) para el próximo jueves 27 de septiembre, en la que exigirán la dimisión del rector Javier Ramos por la crisis institucional que atraviesa la universidad a raíz de las irregularidades del Instituto de Derecho Público (IDP) -vinculado a la URJC-. Piden además una investigación externa a la universidad, una limpieza total de la misma y una regeneración de sus órganos de gobierno.
Según ha podido saber El Independiente, mañana se reunirán todas las asociaciones de estudiantes a las 11:30 en el aulario 3 del campus de Fuenlabrada para centrar los puntos de la huelga -si se hará manifestación, cómo y dónde- con la que pretenden dejar constancia del "esfuerzo" que realizan ellos y sus familias para obtener sus títulos y transmitir a la opinión pública que es “injusto” el estigma y el daño reputacional causado ya que “la mayoría trabajamos con honestidad y no nos regalan nada”.
En los últimos dos años la URJC ha tenido que hacer frente a una crisis institucional
En los últimos dos años la URJC ha tenido que hacer frente a la crisis institucional cuyo origen fue el escándalo mediático del ex rector, Fernando Suárez Bilbao -hijo del historiador Luis Suárez y presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos vinculada a la Fundación Francisco Franco-, acusado por múltiples plagios a más de una veintena de autores e imputado por un delito de amenazas.
Sin embargo, Suárez Bilbao no llegó a dimitir, lo que hizo fue no volverse a presentar a los comicios anticipados que ganaría, por poco -con un 58%-, su sucesor Javier Ramos en febrero de 2017. Mientras tanto, la universidad y la Comunidad de Madrid, presidida por Cristina Cifuentes, miraban para otro lado.
El máster de la ex ministra de Sanidad, Carmen Montón, ha sido la gota que ha colmado el vaso
Después vino el escándalo del caso máster de Cristina Cifuentes, que la llevó a su dimisión como presidenta regional y puso el foco mediático en el IDP, el caso máster del líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado, y la polémica del título de Máster en Estudios Interdisciplinares de Género en la URJC -vinculado al IDP- de la ex ministra de Sanidad, Carmen Montón, que ha sido la gota que ha colmado el vaso.
Fue Fernando Suárez Bilbao junto a su antecesor Pedro González-Trevijano quienes crearon el Instituto de Derecho Público (IDP), una parte de la universidad que tenía autonomía de acción y no rendía cuentas. El primero está actualmente imputado por las irregularidades en el IDP que dirigía Erique Álvarez Conde y en el que cursaron sus másteres Cristina Cifuentes y Pablo Casado.
Reacciones de la comunidad universitaria
Además de las peticiones de los colectivos de estudiantes, que se materializarán en la huelga del día 27, algunos alumnos reconocen estar hartos ante las continuas bromas y descalificativos por parte de la opinión pública a través de las redes sociales. Alba, una alumna de Periodismo, dice que apoya la huelga porque se siente “cansada de ver los memes y la ridiculización que se está haciendo de nuestros títulos”. Sienten que hay un estigma cuando se habla de su universidad y temen que ello les afecte a la hora de buscar empleo. “Tengo una amiga que fue a buscar trabajo y la echaron para atrás cuando vieron que era de la URJC”, cuenta otra estudiante.
El sector crítico del claustro de la URJC, único órgano que puede poner una moción de censura al rector, considera que estamos ante un caso de “manzanas podridas donde rigen las corruptelas y el clientelismo estructural". Lamentan que las acciones que ha llevado a cabo Ramos llegan “tarde” y sólo tienen la intención de “alejar a los medios de comunicación”, es decir, de calmar los ánimos, pero que detrás “no hay una verdadera intención de revertir la situación”.
“el 99% de los alumnos conseguimos sacarnos nuestras carreras por nuestro propio mérito y esfuerzo”
Marcos, estudiante de cuarto curso de Periodismo, apoya la huelga y lamenta que la universidad esté siendo “maltratada por lo sucedido en un instituto mafioso prácticamente concertado que actuaba y se financiaba independientemente” de la URJC cuando “el 99% de los alumnos conseguimos sacarnos nuestras carreras por nuestro propio mérito y esfuerzo”. También culpa al rector “por no haber gestionado la situación correctamente y por ello pienso que debería haber dimitido hace ya meses”.
No es el único. Rebeca reclama "limpieza, dimisiones del rectorado y disculpa pública”. “Hay que dar prestigio a nuestras universidades públicas y no seguir ofreciendo motivos para que la gente deje de querer subvencionar la educación pública en beneficio de concertadas y privadas".
"El daño reputacional que se nos ha hecho es gravísimo. Afecta a todos"
Por su parte, la catedrática de Comunicación Audiovisual, Carmen Caffarel Serra, señala que si bien "el daño reputacional que se nos ha hecho es gravísimo" el daño afecta a todos, tanto a estudiantes como a profesores. "A la hora de escribir en una revista nos dicen que mejor no figure la afiliación de la universidad" o simplemente "no nos dan proyectos de investigación". Por ello, un grupo de profesores está planteándose la posibilidad de presentar una "demanda por daños reputacionales" con la idea de, al menos, pedir responsabilidades.
Sobre la actuación de la universidad, Caffarel Serra señala que "la política de comunicación no ha sido la adecuada", aunque sí que reconoce que "se han hecho algunas cosas de manera más o menos diligente. Se debió ser más firme.".
Esta catedrática apoya la huelga de estudiantes pero cree que no basta con pedir la dimisión de Javier Ramos y sino ir más allá y pedir "responsabilidades penales y reputacionales contra las personas físicas que nos han llevado a esto". Apunta, así, a los dos rectores precedentes, a Álvarez Conde y toda la estructura alrededor de una institución que ahora tiene su reputación por los suelos.
"La reputación es algo que tardas mucho en conseguir y se destroza en un día"
"La mayoría de los profesores, del Personal de Administración y Servicios (PAS) y de los alumnos llevan una vida universitaria correcta", añade. Pese a todos los problemas, se muestra esperanzada en que a la hora de que los estudiantes salgan a buscar trabajo los empleadores sepan bien el grado de prestigio de cada una de las titulaciones y recuerda que "en algunas el grado de empleabilidad y de éxito es muy alto".
Acabar con el estigma
Los propios empleados de la universidad han manifestado que lo que quieren es "que se nos deje de señalar como a los malos de la película. Los malos son unos cuantos que tienen nombre y apellido. Queremos que los alumnos puedan decir que estudian en la URJC sin que eso sea un estigma, sin que nadie ponga en duda los métodos de evaluación de los profesores. No somos unos chanchulleros".
Estos trabajadores critican a la universidad por actuar "de manera torpe" durante el escándalo de Cristina Cifuentes, cuya polémica estuvo semanas en los medios mientras la ya ex presidenta madrileña resistió el asedio. "Luego se limitaron a informar a la Justicia, es lo que tenían que hacer, pero la torpeza comunicativa previa ha definido todo lo que vino después", lamentan.
Por lo pronto, los estudiantes ya han hablado y los profesores se han posicionado, ahora la pelota está en el tejado de quienes tienen el poder de tomar decisiones.
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