Sostiene Beatriz Becerra que “hay que ser amable porque cada persona que te encuentras está librando su propia batalla, de la que tú no sabes nada”. Evoca a Platón y lleva al pie de la letra esta máxima, basada en el respeto al otro y en la acción por el bien común. En su primer ensayo, Eres liberal y no lo sabes (Editorial Deusto) la eurodiputada española plantea un manifiesto que es una manera de ver y de estar en el mundo. Es un manifiesto por la libertad, por la igualdad y por Europa, una declaración firme contra el populismo y el nacionalismo.
En la obra plantea una renovación del liberalismo que supone un desafío intelectual transgresor. Beatriz Becerra (Madrid, 1966) parte de una etiqueta para acabar con las etiquetas en un salto mortal en el que se refleja su personalidad. Valiente, luchadora, firme en sus convicciones y siempre dialogante, se presenta como “una liberal transformadora, práctica, optimista, de andar por casa”. Es una liberal que reivindica la igualdad de oportunidades, apuntalada por un Estado emprendedor.
Dedicada al sector privado en empresas audiovisuales, dio el salto a la política en 2004 por el impacto que le produjeron los atentados del 11-M en Madrid. Empezó en UPyD (Unión Progreso y Democracia) y en 2014 logró el acta de eurodiputada. Ahora es independiente integrada en el grupo ALDE (Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa).
En Bruselas y Estrasburgo realiza una tarea titánica en comisiones como vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos y miembro de las comisiones de Desarrollo, Derechos de la Mujer y Peticiones. Confiesa que si ha de quedarse con un momento de estos años sería el triunfo de la candidatura de Nadia Murad, yazidí que fue secuestrada por el Daesh, en el Premio Sajarov en 2016. Le gustaría seguir en el Parlamento Europeo, "para amortizar la inversión del ciudadano", pero aún ningún partido político ha llamado a su puerta para integrarla en sus listas.
Becerra es una ciudadana de la polis europea que ha tomado conciencia del momento crucial en el que vivimos en España, debido a la amenaza separatista y en Europa por el emergente populismo xenófobo y euroescéptico. En el eje está ese llamamiento irracional que reclama una identidad que nos separa del otro y que hace que levanten muros quienes dicen querer protegernos, populistas y nacionalistas de todo pelaje.
Es una llamada a la acción del europeísmo, del progreso y de la convivencia frente a la amenaza cierta del nacionalpopulismo"
“Este manifiesto es una llamada a la acción del europeísmo, del progreso y de la convivencia frente a la amenaza cierta del nacionalpopulismo, en un momento de cuenta atrás hacia las elecciones europeas, que serán más europeas que nunca”, explica la eurodiputada española. Becerra sabe cómo late la actualidad y la publicación de la obra coincide con una declaración por la renovación del liberalismo de The Economist, en su 175 aniversario.
Cita crucial: elecciones europeas
¿Puede vencerse al populismo, que se presenta unido y con unos enemigos claros, con un frente tan dividido entre los defensores de las libertades y de la justicia social? “Esa fragmentación no es inocente, se produce porque es una herramienta clave que han utilizado los totalitarios para ser más fuertes. Por eso lo que pretendo es ser práctica y poner manos a la obra”, explica.
Y añade: “Quiero establecer el diagnóstico. Todos los que pretenden destruir lo que hemos construido, desde el punto de vista de instituciones, valores, de mejora objetiva del mundo, están encantados de unir fuerzas para conseguir más poder. En Europa han encontrado un pastor que crea un redil común y es Steve Bannon, elemento crucial en la victoria de Trump e impulsor de El Movimiento. En las próximas elecciones europeas quiere dar el carril a esas fuerzas, pequeñas, minoritarias, nacionales, para tener poder en el Parlamento europeo y así actuar en la Comisión, el Consejo... Esa amalgama está en marcha”.
Según Becerra, en España van a contribuir por duplicado. “Tenemos un partido de extrema derecha con enorme interés por entrar en las instituciones, VOX. Se alinea con Alternativa para Alemania y defiende al primer ministro húngaro, Viktor Orbán. También están los secesionistas catalanes, llamándose como se llamen, que tienen en Europa socios como los extremistas flamencos”.
Las alarmas saltaron en la Unión Europea ese fatídico 23 de junio, cuando el sí a la salida del Reino Unido se impuso por un estrecho margen al no (51/49). Al día siguiente reconoce la eurodiputada que se despertó en estado de shock. Ahora, dos años después y en pleno laberinto negociador, está convencida de que “no habrá Brexit. No puede ser y además es imposible”.
La batalla se va a dar en las elecciones europeas, entre el 23 y el 26 de mayo de 2019. Pero solo un bando se está pertrechando para lograr el triunfo. Su victoria será el fin de la Europa como la conocemos. “Es real. Hay una trinchera abierta y en un lado se están armando pero al otro lado no hay nada, cada cual está a sus afanes. El único llamamiento que hay es el que Macron encarna de alguna manera”.
Solo una alianza de ciudadanos puede hacer frente al desafío del nacionalpopulismo en Europa"
Los nacionalistas, opuestos a la globalización, hacen frente común internacional. Pero los liberales, o globalistas como prefieren algunos, se quedan ensimismados. “No soy tan ingenua como para pensar que habrá una coalición de populares, socialistas y liberales, porque eso debería pasar en cada Estado miembro. Sí creo que puede haber una alianza de votantes conscientes que haga frente y para eso lo tienen que saber. Hay que ser claro y veraz y contar con los medios de comunicación, lo que significa que han de entender que el trabajo es conjunto”, señala Becerra.
¿Y esa voz de Europa? ¿Dónde está? “La Unión Europea no es ni la Comisión ni el Parlamento. Somos los 518 millones de ciudadanos europeos. La voz de Europa somos nosotros. No se puede hablar de los ciudadanos en tercera persona. Hemos de movernos para que la participación, la claridad y las fortalezas de la Unión estén presentes en las urnas en mayo. Hay mucho en juego", añade.
A Beatriz Becerra le cuesta encontrar ejemplos del “pragmatismo con principios” que defiende entre políticos españoles. Piensa en dos mujeres europeas, la comisaria de Competencia, la danesa Margrethe Verstager, de su partido. También Federica Mogherini, la Alta Representante de Política Exterior, de centro izquierda.
“En España solo un partido que recientemente se define como liberal, que es Ciudadanos, pero desde el punto de vista de la traslación a lo concreto y a esa visión y certidumbre de liderazgo europeo aún no la veo”, afirma la eurodiputada. En España es importante ser consciente de que hay que dar la batalla de verdad en las europeas. Y va a ser difícil al coincidir la cita con elecciones municipales y autonómicas.
Cataluña, problema europeo
Beatriz Becerra ha defendido en el Parlamento Europeo que se reconozca el separatismo catalán como un problema europeo. Como eurodiputada pidió una posición inequívoca a las cabezas de las instituciones europeas. El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, reconoció que cualquier ataque a un Estado miembro era un ataque frontal a las instituciones europeas. “Se ha actuado tarde y ha habido una dejación de funciones vergonzosa”, afirma.
Mantiene que el momento de precipicio y extrema separación se produjo hace un año en la sociedad en Cataluña. “Entonces yo decía que era la hora de la reconstrucción. Planteaba hacer un gobierno de transición, diverso, complejo, con una voluntad de comité de sabios, que permitiera incorporar todos los ámbitos desde los que hay que trabajar”, explica. Si bien reafirma contundente: “La ilegalidad no debe ser permitida”.
A su juicio, el gobierno nacional ha de garantizar que “en Cataluña se disfrutan en igualdad los derechos y los servicios como en el resto de España”. Y recuerda que lo más importante es que “no ha mejorado nada la vida de los catalanes”. Sobre los políticos catalanes imputados y en prisión preventiva, reafirma su convicción en la independencia de la Justicia.
¿Para qué se posibilita el diálogo en Cataluña?, se pregunta. “El diálogo que reclaman los separatistas es para la independencia. Eso no es un diálogo. Es imposible porque es ilegal. No puede establecerse el diálogo en esos términos”. En la Constitución actual no se puede plantear, otra cuestión sería cambiar la Constitución para lo que se necesitaría una mayoría, que los separatistas no tienen.
Feminista y defensora de la Agenda 2030
Para Becerra, el Estado, ese Estado emprendedor, en línea con Mazzucatto o Macron, ha de garantizar el cumplimiento de la ley, la seguridad y facilitar la igualdad de derechos. Y así se declara feminista y defiende la Agenda 2030. “Para conseguir que la igualdad de derechos entre hombres y mujeres llegue hay que utilizar ortodoncias políticas, leyes correctoras, las cuotas. Sirve para gobiernos institucionales y corporativos”, remarca. De forma natural ella cita a mujeres como referencias (Verstager, Mogherini) y recuerda en su obra a liberales como Mariana Pineda o la sufragista Clara Campoamor.
“No hay liberalismo económico”, mantiene, sino que el concepto incluye lo social porque si no, no se sujeta el pilar de la libertad y la igualdad en el que basa. No cree que Pablo Iglesias sea liberal y no lo sepa, “porque es totalitario y populista”, pero muchos de sus votantes se describen como liberales.
De Pablo Casado también tiene dudas y considera irresponsable esa declaración sobre los millones de africanos al asalto de Europa. “Eso sí, hay 47.000 preparados por el gobierno de Marruecos con quienes negocia y para eso hay que hablar con Marruecos, y Sánchez aún no lo ha hecho”, resalta.
Frente a los muros de los populistas, aboga por una política de inmigración común en la UE. “Los flujos migratorios seguirán existiendo, de modo que la UE ha de definir su potencial y su voluntad de incorporar a personas de otros países a su ciudadanía”, explica. Y sobre los refugiados ha de reformar el reglamento de Dublín, preservar Schengen, en el caso de España incorporar a Ceuta y Melilla a la Unión Aduanera, y elaborar una posición común sobre los refugiados.
Lo que mejor define su manera de ser liberal se resume en un clarificador párrafo del libro. “Como liberal, no necesito ser judía para oponerme al antisemitismo, ni musulmana para defender la libertad de culto, ni negra para luchar contra el racismo, ni yazidí para exigir la protección de las minorías. No necesito ser mujer para defender los derechos de las mujeres, ni discapacitada para defender los derechos de las personas discapacitadas, ni LGTBI para defender los derechos de las personas LGTBI. Todos estamos llamados a defender nuestros derechos, los de todos”.
Descrito así, liberales podemos aspirar a serlo todos, siempre que miremos por el otro. Beatriz Becerra, siempre amable, no se queda en las palabras. Es mujer de acción.
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