La ministra reta a Villarejo: "No voy a dimitir. A este Gobierno no le chantajea nadie"

"Como ministra de Justicia voy a defender servicio público. Ni este Gobierno socialista ni esta ministra van a aceptar el chantaje de nadie. Comparecí a petición propia en la Comsión de Justicia y compareceré en la Cámara. Pero desde luego a este Gobierno y a esta ministra nadie, nadie nos va a chantajear". Con estas palabras cerraba hoy la sesión de control al Gobierno la ministra Dolores Delgado, que advertía así al ex comisario Villarejo, al que el Gobierno culpa de la difusión de una conversación privada de la titular de Justicia, de que su estrategia no va a funcionar.

Más tranquila que el martes en el Senado y que durante las primeras horas de la sesión en el Congreso, Delgado ha sido contundente y ha levantado en pie a la bancada socialista en ovación "No voy a dimitir". "Este Gobierno socialista y esta ministra no van a aceptar el chantaje de nadie. Nadie", ha reiterado tras la interpelación de la diputada del PP  María Jesús Bonilla, que también le había reclamado su dimisión.

"Usted mintió. No voy a hacer ninguna valoración sobre lo que hemos escuchado todos los españoles porque se trataba de una comida privada. Pero sí es verdad es que la dejan en muy mal lugar como persona y como ministra", le advertía la diputada, que ha reprochado a Delgado que "ponga en tela de juicio la Justicia" en España.

La ministra ha justificado su intención de seguir en el cargo en la "alta velocidad" que ha cogido su gestión en el ministerio después de "seis años de parálisis" del Gobierno del PP "por una corrupción sistémica y constante". De esa manera, ha relatado todas las acciones puestas en marcha por ella en Justicia como una mesa para estudiar las retribuciones del sector; un plan de transparencia; una estrategia para mejorar imagen de la Justicia en Europa; un estudio sobre la situación legal de los bienes inmuebles de la Iglesia y un plan de modernización de la Justicia, entre otras cosas. "Estamos trabajando por España para la ciudadanía y no para causas inconfesables que ustedes tienen", ha respondido.

Tras haber sido reprobada en el Senado este martes, el calvario parlamentario continúa para la ministra. La grabación de sus conversaciones con su amigo el ex juez Garzón y el ex comisario Villarejo han causado un terremoto en la Audiencia Nacional y han centrado el debate político esta mañana en el Congreso.

Tras un rifirrafe entre la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y la portavoz parlamentaria del PP, Dolors Monserrat, el plato fuerte llegó de la mano de Rafael Hernando, que soltó toda su artillería habitual ante una ministra que declaraba sus intenciones de resistir desde primera hora vestida de rojo intenso.

"Usted es rehén de sus peligrosas amistades y de sus relaciones con las cloacas. Usted es un zombi de un Gobierno al que ni el CIS le va a cambiar la cara". "Usted no es víctima, es culpable. La opinión pública ya la ha condenado; no siga llenando de oprobio la democracia y váyase", ha reclamado Hernando.

"Usted es el paradigma de la mentira, no dice la verdad ni cuando rectifica", ha acusado el diputado del PP, que reprochaba a Delgado sus cinco versiones diferentes sobre sus encuentros con Villarejo y que tampoco dijera la verdad sobre las presiones del Gobierno a jueces y fiscales. "Usted no tiene que dar instrucciones a la Fisclaía porque para eso ha nombrado a una fiscal dócil que le haga el trabajo sucio", disparaba. "España necesita un Gobierno decente y ni usted ni el doctor Sánchez están a la altura de ese Gobierno decente", ha insistido.

A pesar de la dureza de los reproches, Dolores Delgado no se ha amilanado. Haciendo gala  del fuerte carácter que muestra en las grabaciones, rodeada de mandos policiales y llamando "maricón" a Grande Marlaska, la ministra ha contratacado al PP.

"Comprendo que le cueste entender la independencia judicial y el estado de derecho", ha asegurado la titular de Justicia. "Los jueces y fiscales tienen el apoyo de este Gobierno y de esta ministra. Ha acabado el tiempo negro en el que su Gobierno daba instrucciones a los fiscales y cometía presiones como las que sufrió Torres Dulce por pedir prisión para Bárcenas, tesorero del PP. Tampoco renovó la fiscal Madrigal porque no nombró al fiscal anticorrupción en la Audiencia Nacional que ustedes querían. Están acostumbrados a manejar políticamente la justicia y eso ahora se ha acabado", ha asegurado la ministra.