El presidente del Gobierno se mantiene firme en su decisión de seguir instalado en la Moncloa. Aislado entre sus muros o de gira internacional, Pedro Sánchez desoye las opiniones de dirigentes de su partido y miembros de su Ejecutivo que abogan por convocar elecciones generales lo antes posible para aprovechar la ola de crecimiento electoral que inició la moción de censura y que puede verse frenada por el desgaste sufrido por el Gobierno en las últimas tres semanas. La encuesta del Instituto DYM para El Independiente y Prensa Ibérica ya alerta de ese descenso electoral de 0,6 puntos respecto a junio.
De hecho, este miércoles ha defendido en Nueva York la fortaleza de su Ejecutivo y ha asegurado que su intención es no adelantar las elecciones generales y convocarlas cuando tocan, en 2020. "Yo aquí me voy a quedar hasta 2020. Lo creo", ha dicho Sánchez en su intervención en inglés ante el Consejo de Relaciones Exteriores de la ONU, según informa Efe.
Yo aquí me voy a quedar hasta 2020. Lo creo", ha recalcado el presidente del Gobierno en Nueva York
Posteriormente, en una conversación informal con periodistas, durante la recepción que ha ofrecido en la residencia del embajador español ante la ONU, ha recalcado que se siente tranquilo en medio de la polémica con la ministra de Justicia. Tras comentar que parece que ahora no se va a poder comer con nadie, se ha mostrado convencido de que su Gobierno va a poder superar este momento a pesar de que la presión está siendo fuerte.
El caso de plagio en el trabajo fin de máster de la ministra de Sanidad y su posterior dimisión ha desencadenado una serie de crisis en el Ejecutivo que está tapando la acción de Gobierno tan valorada por los electores de sus primeros días. En vez de hablar sobre el Aquarius o la recuperación de la sanidad universal, los ministros y el propio jefe del Ejecutivo se ven obligados a dar explicaciones constantemente sobre plagios, la connivencia con el independentismo catalán, grabaciones con insultos homófobos o sobre la guerra abierta entre el Gobierno y el Congreso de los Diputados a cuenta de la artimaña parlamentaria del PSOE para intentar saltarse al Senado en la aprobación de los Presupuestos.
En este contexto se agudiza la división en dos corrientes del Gobierno socialista. Desde el mes pasado, los ministros de perfil más orgánico, encabezados por José Luis Ábalos, titular de Fomento y secretario de Organización del PSOE, defienden la tesis de que la convocatoria electoral debe producirse cuanto antes para evitar el desgaste que sufrirá el Gobierno durante el próximo curso, principalmente por falta de apoyos parlamentarios.
Por el contrario, el núcleo más cercano a la Moncloa, incluido el poderoso gabinete del presidente, aboga por “avanzar” en la labor ejecutiva y hacer coincidir todos los comicios en primavera para explotar el “cambio de época” que según Pedro Sánchez representa su Gobierno. La confluencia de todas las elecciones supondrían el cierre de una etapa política en España y el inicio de otra con un nuevo mapa en los ayuntamientos, las comunidades y el Congreso de los Diputados. El propio presidente del Gobierno se inclina más por esta opción. “Seguir es bueno para España y para nosotros”, asegura Sánchez.
El presidente del Gobierno no se mueve de eta postura a pesar del clamor en buena parte del PSOE por adelantar las elecciones. Algunas federaciones proponen, incluso, que los comicios generales coincidan con la convocatoria que prevé hacer Susana Díaz en Andalucía la semana que viene para llamar a las urnas a finales de noviembre o principios de diciembre.
El sector del Gobierno y del PSOE partidario de adelantar las elecciones presiona para que se celebren de forma conjunta con el objetivo de recuperar las grandes victorias socialistas que se producían al calor del principal granero de votos del partido. Además de la ventaja electoral que supone hacerlas coincidir, esta premura evitaría al Gobierno un nuevo calvario parlamentario como el vivido en el mes de julio y le ahorraría la toma de decisiones contra el independentismo catalán si éste radicaliza sus posturas a partir del primer aniversario de la consulta ilegal del 1 de octubre.
Esas reclamaciones no surten efecto y Sánchez mantiene su hoja de ruta. Ayer mismo, tras dos giras internacionales de una semana por América Latina y América del Norte, junto a varios viajes por Europa, Moncloa anunció una visita oficial a Cuba que se podría celebrar a comienzos del año que viene. De momento, las elecciones no entran en sus planes.
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