"Es lo que nosotros pedimos después de la moción de censura. Nosotros dijimos que un Gobierno sostenido por 84 diputados era un Gobierno muy débil. Tenía sentido darle al Gobierno una base de sostén parlamentario y de sostén social más amplia. Además, eso se parecería más a lo que votaron los ciudadanos. No hay que olvidar que el PSOE tuvo su peor resultado electoral desde los años 30 y quizá un Gobierno más plural sería mejor para España. Pero el presidente decidió otra cosa y a mí no me consta que haya cambiado su decisión. Creo que sería más prudente por su parte dotarse de una base de sostenibilidad más amplia y contar con un Gobierno más plural. Pero eso es una decisión del presidente".
Con estas palabras, Pablo Iglesias reconocía ayer en una entrevista en la Cadena Ser que su partido no renuncia a formar parte del Ejecutivo. Lo hace, además, en un momento de máxima debilidad del Ejecutivo por las polémicas que lo sacuden desde que hace tres semanas dimitió la ministra de Sanidad, Carmen Montón, por irregularidades en la obtención de su máster y por plagiar en el trabajo con el que lo concluyó.
"Nosotros no lo hemos vuelto a plantear, pero el presidente sabe perfectamente que nosotros estamos en política para gobernar. Sospecho que no va a cambiar de criterio y creo que se equivoca", reconocía Pablo Iglesias, evidenciando la estrategia de su partido durante las últimas semanas. Desde la caída de Montón, Podemos ha endurecido su discurso hacia el Gobierno socialista. Después de allanarle la moción de censura, convertirse en su sostén parlamentario y colaborar estrechamente con el Ejecutivo para intentar elaborar unos presupuestos, Pablo Iglesias aprovecha la debilidad del gabinete de Sánchez para intentar entrar en el Gobierno y fortalecer la posición de su partido de cara a las elecciones generales.
Con ese objetivo, Podemos ha ido dando pasos en la estrategia de diferenciarse del Ejecutivo para recuperar su posición como el partido más exigente en materia de regeneración democrática después de la crisis de credibilidad que causó la compra del chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero. Sin presionar lo suficiente como para dejar caer al Gobierno, el líder de Podemos ha ido marcando distancias con el Ejecutivo socialista en todas las polémicas desde que comenzó la convulsión del Ejecutivo con la dimisión de la ministra de Sanidad, Carmen Montón, y las acusaciones de plagio en la tesis de Pedro Sánchez.
En ese caso, Iglesias pidió al presidente del Gobierno que publicara su tesis, a lo que Sánchez tuvo que acceder, y calificó de "bastante cutre" las copias detectadas en el libro con el que ampliaba ese trabajo académico. Acto seguido, el líder de Podemos cargó contra la "improvisación" en el anuncio de Pedro Sánchez de acometer una reforma constitucional para acabar con los aforamientos que se ha limitado a encargar un informe al respecto al Consejo de Estado. "Cuando se trata de cambiar la Constitución no hay que sacar conejos de la chistera en una semana. "Lo lógico es sentar a todas las fuerzas políticas y hablar de las propuestas”, reprochó.
Las advertencias al Gobierno continuaron en materia de pensiones, cuando Pablo Iglesias, marcó el camino a seguir si Sánchez quería contar con su apoyo en los próximos Presupuestos: la revalorización debía ser con arreglo al IPC o Podemos abandonaría la senda del consenso. "Si no hay acuerdo no estaremos en el Pacto de Toledo", advirtió el secretario general de Podemos en una entrevista poco antes de que se alcanzara ese pacto.
El principal socio de Pedro Sánchez también ha cabalgado sobre las últimas polémicas que enredan al Gobierno: las conversaciones de la ministra de Justicia con el ex comisario Villarejo y la sociedad patrimonial denominada Copenhage Gestores Inmobiliarios, S.L utilizada por el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, para gestionar sus bienes inmuebles.
📽 @Pablo_Iglesias_ cita a @sanchezcastejon en @HoyPorHoy sobre las informaciones de Pedro Duque. 👇 pic.twitter.com/4Yl1az7kJm
— PODEMOS (@ahorapodemos) September 27, 2018
Pablo Iglesias no ha dudado en reclamar la dimisión de la ministra de Justicia al propio presidente del Gobierno y ha recordado que Sánchez aseguró en 2015 que no mantendría en su equipo a una persona que utilizara sociedades interpuestas para pagar menos impuestos.
En el PSOE ven clara la estrategia de Podemos para hacer ver a Sánchez la conveniencia de contar con un Gobierno sustentado por los 155 diputados que sumarían los dos grupos parlamentarios en vez de los 84 escaños socialistas. "A Iglesias le convendría mucho esa operación, pero a Pedro no. Todos hemos aceptado la situación: Podemos sabe que no entrará en este Gobierno y nosotros que en la próxima legislatura no habrá investidura sin una coalición con ellos. Mientras tanto, con esta estrategia, Iglesias gana honorabilidad y tiempo", explican fuentes del entorno del presidente.
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