Las defensas del caso Gürtel mueven ficha después de que unas grabaciones realizadas por el comisario jubilado José Villarejo hayan puesto de relieve que el ex juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón intervino supuestamente en la preparación de la causa antes incluso de que se presentase una querella en su juzgado y fuera competente para hacerlo.
Según ha podido saber El Independiente, el considerado número dos de esta trama de corrupción, Pablo Crespo, presentará en los próximos días una querella contra Garzón por un delito de prevaricación. Además, a la defensa de Crespo, ejercida por el abogado Miguel Durán, se unirán otros condenados en esta red de corrupción como el ex alcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega.
Los letrados entienden que el ex juez estrella tuvo un interés directo en dirigir dicha investigación dañando así la imparcialidad del togado que asume la instrucción de cualquier causa. No en vano el artículo 24.2 de la Constitución española establece que todos los ciudadanos “tienen derecho al juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia”.
Los audios de la comida que tuvo lugar en 2009 en el restaurante madrileño Rianxo, donde junto a Garzón y Villarejo asistió la ministra de Justicia Dolores Delgado, entre otros, reflejan cómo el comisario vinculado a las cloacas del Estado se jactó de haber intervenido y “preparado” la investigación del caso Gürtel de la mano del ex juez estrella antes incluso de que el procedimiento estuviera judicializado.
Garzón fue condenado por 'Gürtel'
Baltasar Garzón fue hace diez años el primer instructor de la trama de corrupción vinculada al PP. El haber intervenido las conversaciones que los principales cabecillas de la trama mantuvieron en prisión con sus letrados, laminando gravemente el derecho de defensa de los mismos, le costó una condena por parte del Tribunal Supremo de once años de inhabilitación por un delito de prevaricación judicial con violación de las garantías constitucionales. Ahora, las defensas creen que los audios desvelados por la web moncloa.com demuestran que el ex magistrado siempre tuvo un “interés personal" en ser el instructor de Gürtel violando derechos fundamentales de los actualmente condenados.
Lo cierto es que el contenido de dicho almuerzo en el restaurante Rianxo es relevante por tres motivos: porque es una prueba más de la excelente relación que tenían el juez hoy inhabilitado y el comisario hoy en la cárcel -éste se refiere al magistrado en todo momento como ‘Balta’-; porque hasta ahora no había trascendido públicamente la participación de Villarejo en las pesquisas de Gürtel; y, porque refleja cómo la Policía quiso que el caso recayera en el Juzgado Central de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional en presunta connivencia con Garzón.
En el 2008 comimos Balta, Juan Antonio, el Oli y yo preparando lo de la Gürtel. En agosto, o sea, justo cuando al día siguiente admitía él el tema", confesó Villarejo
Dicha práctica -que durante años fue habitual en dicho tribunal- terminó cuando el ex presidente de la Audiencia, Ángel Juanes, elaboró unas normas de reparto precisamente para evitar que se cometieran acciones como las de Gürtel. Es decir, que la Policía esperara a que estuviera de guardia un juez afín para presentar querellas o denuncias y que así fueran admitidas a trámite sin el mayor problema.
Una comida con 'Balta' en 2008
“En el 2008 comimos Balta, Juan Antonio, el Oli y yo preparando lo de la Gürtel. En agosto, o sea, justo cuando al día siguiente admitía él el tema y tal y cual y, oye, esto vamos a hacerlo así y tal, tal, tal…”, cuenta José Manuel Villarejo a Gabriel Fuentes en un pasaje de la conversación que grabó el primero de forma subrepticia. “Tareas de penetración e inteligencia durante varios meses en Operación Gürtel”, recalca el agente hoy preso por su participación en la operación Tándem.
‘Balta’ era Baltasar Garzón, ‘Juan Antonio’ era Juan Antonio González García -comisario general de Policía Judicial entre 2004 y 2012, en la etapa del socialista José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno- y ‘El Oli’ era José Luis Olivera, jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional entre 2006 y 2012 y al que el ministro Fernando Grande-Marlaska destituyó como director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) nada más llegar al Ministerio del Interior a principios del pasado mes de junio.
En agosto de 2008 cuando Garzón abrió unas diligencias secretas y empezó a practicar diversas diligencias en el marco del procedimiento bautizado con el nombre en alemán del primer apellido del cerebro de la trama: Correa (gürtel).
La investigación se llevó con máximo sigilo durante meses y no fue hasta el 6 de febrero de 2009 cuando estalló la operación y el instructor ordenó la detención de Francisco Correa; el ex secretario de Organización del PP de Galicia, Pablo Crespo; la esposa del cabecilla, María del Carmen Rodríguez Quijano; Isabel Jordán, ex administradora de empresas del Grupo Correa, y Antoine Sánchez como presunto testaferro de Correa. Nueve años después, la sentencia de la Primera Época de esta trama de corrupción, ligada al PP, hizo caer al Gobierno de Mariano Rajoy con la primera moción de censura que prosperó en nuestra democracia.
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