El Gobierno ha reconocido este miércoles que el president de la Generalitat, Quim Torra, alentó en el aniversario del 1-O a los CDR a seguir presionando en favor de una Cataluña independiente y ha explicado que si este lunes evitó culpar a Torra del comportamiento violento de los radicales fue con la intención de "darle una oportunidad a la prudencia".
El Gobierno dice que "no parece responsable" la llamada de Torra a "apretar" a los CDR: "No ha llamado a la violencia, pero al pedir seguir con la causa, luego tuvimos personas muy agitadoras en la calle" #EPDesayunoCelaá https://t.co/IlU9eIYSiu pic.twitter.com/g6i5wttDBB
— Europa Press (@europapress) 2 de octubre de 2018
La confesión la ha hecho la ministra de Educación, Formación Profesional y portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, en los Desayunos Informativos de Europa Press, donde ha precisado que los sucesos más graves del día se produjeron en la noche, horas después de que el secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, no interpretase el aliento de Torra a los CDR como una llamada a la violencia o la desobediencia.
Ábalos, desde la sede del PSOE en Ferraz, concedió una "relevancia relativa" a la petición de Torra a los CDR para que siguieran presionando y consideró que la jornada reivindicativa del primer aniversario del 1-O estaba transcurriendo, al menos hasta el mediodía, de manera "asumible", a pesar de que entonces los CDR ya habían asaltado una delegación del Govern en Girona para retirar por la fuerza una bandera española.
Desde primera hora de esta mañana en cambio, el Ejecutivo ha endurecido su discurso. Un comunicado de Moncloa advertía a Torra de que estaba poniendo "en riesgo el camino de normalización política" iniciado por el Gobierno de Sánchez, mientras que la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, indicaba que Torra cometió un "error" al alentar a los CDR, que terminaron enfrentándose por la noche con los Mossos d'Esquadra.
Batet, en declaraciones a los medios de comunicación al término del desayuno de Celaá, ha emplazado a Torra a decidir "qué rumbo quiere tomar, si quiere seguir apoyando a la radicalidad o sumarse a la vía abierta de diálogo".
Durante el desayuno, Celaá ha advertido a los independentistas de que el camino hacia una solución política al conflicto actual "no se transitará" influyendo desde el Gobierno sobre los jueces y fiscales que llevan la causa del procés, como le piden las formaciones nacionalistas, porque España es un Estado de Derecho donde rige la separación de poderes y la independencia judicial.
Personas razonables en el nacionalismo
La solución vendrá, ha abundado, de personas razonables que, al margen de su ideología, sepan dónde pueden posicionarse para poder "obtener el mayor beneficio" para sus intereses. "No creo que quieran encerrarse con varias llaves", ha deslizado después de apuntar que existen personas razonables dentro del mundo nacionalista con las que el Gobierno ha abierto cauces de diálogo, si bien ha evitado ponerles nombre y apellidos.
Celaá ha pedido no obstante no pasar por alto que, más allá de "la retórica cargada de emoción" de ciertos discursos, el Govern catalán participa en los órganos legales que prevé el Estatut para canalizar el diálogo con el Ejecutivo español y que dentro de estos canales se están llegando a acuerdos entre ambas instituciones.
Los representantes de la Generalitat, ha subrayado, participan además en otros foros multilaterales que reúnen al Gobierno español con los autonómicos. Por eso ha afirmado que la situación actual es "mejor" que la de hace un año, cuando en Cataluña se celebró un referéndum ilegal de independencia.
Celaá ha argumentado que, en Cataluña, se debe evitar un discurso beligerante contra el catalanismo que tenga como consecuencia el aumento del número de catalanes que no quieren seguir dentro de España, que es precisamente lo que provocó, en su opinión, la sentencia del Tribunal Constitucional que recortó el Estatut, a instancias de un recurso del PP, y el enfrentamiento entre la Generalitat y el Gobierno de Mariano Rajoy.
Es más inteligente, ha revelado, desplegar una política que evidencie las "contradicciones" existentes dentro del "corpus independentista", donde ya se ve "bastante fractura intelectual" entre las distintas fuerzas independentistas. La estrategia del Ejecutivo de Sánchez busca por tanto "incorporar elementos y personas razonables a la búsqueda de soluciones políticas", ha abundado.
Y el terreno donde se podrán encontrar los nacionalistas y los no nacionalistas, ha insistido, es el autogobierno dado que el actual modelo autonómico español, pese a su gran nivel de descentralización, aún tiene margen de desarrollarse más, bajo el punto de vista de los socialistas.
Celaá ha admitido que por el momento no está prevista ni hay fecha aproximada para la reunión pendiente entre Pedro Sánchez y Quim Torra. Ha reconocido asimismo que los miembros del Gobierno tampoco han hablado de la intención avanzada por Sánchez a finales de agosto de celebrar en el entorno del aniversario del 1-O un Consejo de Ministros en Barcelona. "No está descartado, pero no me parece el momento más adecuado para tratarlo", ha indicado.
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