Que Villarejo grababa a todo el mundo era vox populi, todo el mundo lo sabía. Ahora se está comprobando que efectivamente era cierto". Quien habla así es un ex alto mando de la Policía Nacional que despachó en más de una ocasión con el comisario jubilado hoy en prisión y que no duda de que su antiguo subordinado inmortalizó con su grabadora, de manera subrepticia, alguna de las conversaciones mantenidas entre ambos. "Pero he de decir que los trabajos de inteligencia que realizaba los hacía bien y que Villarejos existen en todas las policías del mundo", puntualiza.
Durante más de dos décadas, el agente del Cuerpo Nacional de Policía con carné profesional 14.773 fue acumulando los audios de sus reuniones y encuentros con políticos, empresarios, jueces, fiscales o periodistas, como ha empezado a constatarse con la difusión de las cintas en las que la princesa Corinna acusa a Juan Carlos I de usarla como testaferro para ocultar patrimonio del monarca y la del almuerzo distendido mantenido con mandos policiales, Baltasar Garzón y la hoy ministra Dolores Delgado en el otoño de 2009 para celebrar que acababan de concederle una medalla que llevaba aparejada incremento de pensión. "Luego le ponía la fecha y las archivaba. Y así durante 20 o 25 años porque pensaba que se protegía", detalla a El Independiente un comisario en activo.
Hace once meses, en el marco de la operación impulsada por un juzgado de la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción bajo el nombre de Tándem, agentes de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional registraron las viviendas de Villarejo en Madrid y Estepona (Málaga) -junto a la de su socio Rafael Redondo- y se incautaron de numerosos dispositivos electrónicos (teléfonos móviles, ordenadores, cedés, tabletas, pendrives, discos duros externos y antiguas microcintas) que contienen abundante información sobre la actividad policial y empresarial desarrollada simultáneamente durante años por el controvertido policía. El material intervenido ocupa unos 20 terabytes de memoria e incluye decenas de grabaciones, de las que ya han trascendido dos mientras se mantiene bajo secreto la mayor parte de las actuaciones. Y las dos han provocado un auténtico terremoto, dado el contenido de lo que se escucha y la relevancia de quienes le acompañan.
Pese a llevar más de dos años jubilado, es con seguridad el comisario más mentado de este país. José Manuel Villarejo nació en la localidad cordobesa de El Carpio en 1951, ingresó en la Policía el 26 de abril de 1973 y tuvo como primer destino la Comisaría de San Sebastián, en cuyo grupo antiterrorista se enroló antes de trasladarse a Madrid y quedar adscrito a la extinta Comisaría General de Investigación Social. Entre 1983 y 1993 gozó de excedencia para dedicarse a sus negocios privados y, a su vuelta, empezó a ejercer como 'agente encubierto' adscrito a la Secretaría de Estado de Seguridad, la Dirección Adjunta Operativa (DAO) o las comisarías generales de Información y Policía Judicial. Desde ese puesto llevó a cabo labores de inteligencia y penetración sobre corrupción, narcotráfico y yihadismo y fue haciendo acopio de información 'sensible'.
Que Villarejo grababa a todo el mundo era 'vox populi', todo el mundo lo sabía. Ahora se está comprobando que era cierto", comenta un ex alto mando policial
¿El arsenal de grabaciones acumulado por Villarejo haría temblar los pilares del Estado si se conociera todo su contenido? ¿Quién puede temer que se publiquen nuevas cintas? "Me parece muy exagerado eso de que puede tambalear las estructuras, me parece muy cinematográfico. Pero viendo lo que hemos visto de Corinna... puede que sí", reconoce un ex alto cargo del Ministerio del Interior. Éste, con todo, puntualiza: "También es verdad que fanfarroneaba mucho, siempre presumía de tener muy buena información".
Mientras desde algunos frentes vinculan las filtraciones de las cintas con una estrategia procesal para forzar su excarcelamiento, reiteradamente rechazada por el instructor al seguir apreciando riesgo de fuga por la gravedad de los delitos que le imputa y la elevada pena de cárcel a la que previsiblemente tendrá que enfrentarse en el futuro, el entorno de Villarejo niega rotundamente estar detrás de la puesta en circulación de las grabaciones. "Jamás haría daño a personas a las que admiro", ha asegurado el comisario ya jubilado desde el centro penitenciario de Estremera (Madrid) tras difundirse el audio del ya famoso almuerzo celebrado en el restaurante Rianxo de Madrid el 23 de octubre de 2009.
La trama guineana, origen de 'Tándem' y del ingreso en prisión
La prestación de servicios privados de información e inteligencia para ciudadanos guineanos vinculados a la petrolera estatal Gepetrol, “con abuso” de su cargo policial, fue el hilo del que empezó a tirar la Fiscalía Anticorrupción para investigar a José Manuel Villarejo. La querella interpuesta por el Ministerio Público dio pie el pasado 2 de noviembre a la apertura de diligencias por parte del Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional, que bautizó el procedimiento con el nombre de ‘Tándem’.
Según la Fiscalía, fue el comisario Carlos Salamanca -en prisión preventiva durante meses y sobre el que el juez ha sobreseído las actuaciones- el que recomendó a Villarejo al abogado y socio de los guineanos en España, llamado Francisco Menéndez. Como contraprestación, el controvertido policía cobró por los servicios 5,3 millones a través de su empresa matriz: Club Exclusivo de Negocios y Transacciones (Cenyt). El imputado, que lleva más de 11 meses en la cárcel, habría logrado introducir dicho dinero en el circuito económico legal a través de un “complejo entramado societario” mediante operaciones bancarias a través de Suiza, Reino Unido, EEUU, Panamá y Uruguay.
El avance de la instrucción ha permitido conocer que José Manuel Villarejo utilizó el mismo ‘modus operandi’ que en conocido como ‘proyecto King’ con otros clientes que contrataron sus servicios, prestados de forma simultánea a su faceta policial. Ello ha llevado al juez Diego de Egea a desgajar la causa matriz en seis piezas separadas –de momento– en las que se investigan de forma monográfica otros encargos al comisario ya retirado: Iron, Land, Carol, Pit, así como la rama centrada en la cooperación internacional y la que trata de determinar las posibles vinculaciones de Villarejo con el portal que ha difundido una de las grabaciones del policía hoy en prisión (Moncloa.com).
Una de esas personas admiradas es Baltasar Garzón, que, al igual que la entonces fiscal y actual ministra de Justicia, salen muy malparados tras publicar el portal moncloa.com la conversación. En ese encuentro, Villarejo se jacta de haber participado en la investigación del caso Gürtel de la mano del hoy juez inhabilitado, después de que Dolores Delgado insinuara que jueces y fiscales terminaron con "menores" durante un viaje profesional a Cartagena de Indias (Colombia) y respondiera con la expresión "éxito garantizado" cuando escucha de boca del entonces comisario que usó a prostitutas para sonsacar información a políticos y empresarios.
La revelación ha puesto en una situación muy comprometida a la titular de Justicia, cuya dimisión ha pedido en bloque la oposición y que este miércoles comparecerá en el Congreso de los Diputados para dar explicaciones. También alimenta las dudas sobre el origen de la instrucción del caso Gürtel, al dejarse entrever que Garzón pudo haber intervenido en la preparación de la causa antes de que se presentase la querella y formalmente se le asignase el procedimiento. Como viene informando este diario, las defensas de varios condenados estudian ahora presentar una querella contra el juez, inhabilitado en 2012 por el Tribunal Supremo a una pena de 11 años.
Me parece muy cinematográfico eso de que pueda tambalear las estructuras del Estado, pero viendo lo que hemos visto de Corinna...", admite un ex alto cargo de Interior
Mientras avanza la instrucción del caso Tándem, secreta en su mayor parte, ya han estallado dos bombas informativas. La incógnita es si alguien tiene interés en poner en circulación alguna de las otras muchas conversaciones comprometedoras registradas en despachos y restaurantes por la grabadora oculta del ex agente operativo. Según las fuentes consultadas por este diario, el comisario retirado tiene más grabaciones de sus encuentros con Corinna zu Sayn-Wittgenstein, en las que ésta le habría confesado la supuesta presión que ejerció sobre ella el jefe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, tras romper su relación con el hoy rey emérito.
Junto con el comisario principal ya jubilado Marcelino Martín-Blas, Sanz Roldán -al que Villarejo se refiere como El generalísimo por su condición de general del Ejército de Tierra- es su gran enemigo. A él lo acusa de perseguirlo de forma implacable por haber presentado escritos policiales denunciando "conductas irregulares o ilícitas" por parte del jefe de los espías españoles, como la "pérdida de fondos reservados en pagos sin justificar” o el “uso de la Policía bajo control del CNI para labores políticas". El policía hoy en prisión no tiene dudas de que Sanz Roldán "está detrás de la existencia" de la causa que le mantiene en una celda del módulo 4 de la cárcel madrileña de Estremera desde el pasado 5 de noviembre acusado de la comisión de delitos de blanqueo de capitales, cohecho y organización criminal, entre otros.
Del Ibex-35 a políticos y periodistas
Las fuentes aseguran también que en el material acumulado por Villarejo e intervenido en el marco del caso Tándem existe también multitud de datos comprometedores para empresas del Ibex-35 y para otras grandes compañías nacionales no cotizadas, bien porque contrataron sus servicios privados de 'inteligencia' o bien porque el policía -previo pago- las investigó a instancia de adversarios.
Tampoco se librarían antiguos dirigentes del máximo nivel del PP y políticos del PSOE con importantes responsabilidades en el pasado. En la ya famosa comida del Rianxo, Villarejo pronuncia el nombre de 'Alfredo' cuando está refiriendo su participación en las pesquisas de Gürtel. Ese 'Alfredo' sería Pérez Rubalcaba, ministro del Interior entre 2006 y 2011. Las fuentes aseguran que esa alusión al caso de corrupción vinculado al PP no es la única existente entre las decenas de conversaciones grabadas por el comisario jubilado, lo que -de ser cierto y trascender- podría dar munición a los abogados de los condenados para tratar de arrojar dudas sobre la legalidad del proceso.
No habrían esquivado tampoco la grabadora de Villarejo numerosos periodistas con los que el antiguo agente encubierto mantuvo relación mientras investigaba casos de gran relevancia pública, desde el escándalo de las escuchas ilegales del Cesid (hoy CNI) a mediados de los años 90 cuando era inspector jefe a otros más recientes como la Operación Cataluña -vinculada a la corrupción de la familia Pujol- y el ático en Estepona del ex presidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González. "Dependiendo de con quién hablaba utilizaba un registro u otro. Él solía decir que había que hacer una 'catarsis' por el nivel de corrupción que había. Jamás me hizo una propuesta inconfesable", cuenta un periodista bajo condición de permanecer en el anonimato.
"Torrente" con argot propio
Convencido de que el CNI le controlaba sus movimientos, José Manuel Villarejo extremaba las precauciones en sus comunicaciones, incluidos con los informadores con los que mantenía contacto. "Iba siempre con varios terminales de teléfono", observa el periodista, que recuerda que el polémico policía "hablaba como Torrente" y utilizaba un argot propio: "Al teléfono le llamaba canuto, grabar una conversación era chicharrear y poner un rabo, hacer un seguimiento a una persona".
En diciembre, semanas después de haber ingresado en la cárcel, Villarejo escribió una carta dirigida al juez De Egea en la que le hacía ver que los datos incluidos en los dispositivos que le habían sido intervenidos por la Policía eran de "especial sensibilidad para los intereses del Estado", por lo que le pedía que extremara las medidas "para evitar su conocimiento, examen o difusión por terceras personas". También le instaba a que, en caso de que decidiera que esos archivos de audio tenían que ser revisados, no le encomendara esa función a la Policía Nacional sino a especialistas de los servicios secretos para garantizar la confidencialidad.
La misiva, sin embargo, no se la entregó su abogado al instructor hasta cinco meses después. Fue a raíz de que el juez autorizara el clonado y volcado de la información que contenían siete soportes informáticos -los identificados como evidencias BE09, BE25, BE34, BE35, BE41 y BE42 y un disco duro portátil hallado en la casa de Estepona de la marca ‘Seagate’- cuya extracción había mantenido suspendida el magistrado hasta entonces. Meses después trascendió el contenido de la reunión mantenida en Londres con Corinna -en presencia del empresario Juan Villalonga- en 2015 y la semana pasada el del almuerzo con mandos policiales, Garzón y Delgado hace nueve años.
El abogado de Villarejo ha pedido al juez que requiera a moncloa.com para que se abstenga de difundir nuevos audios; petición que seguro respaldaría más de una de las personas que pudieron ser grabadas sin saberlo por el policía, el comisario que sabía demasiado...
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