Aguas revueltas en la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo. De ahí que el presidente del Alto Tribunal y el Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, haya convocado este lunes a las 10 horas una reunión entre el presidente de la Sala Tercera, Luis María Díez-Picazo, y los firmantes de la sentencia que dictaminó que las entidades bancarias son las que deben abonar el Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (AJD) en las escrituras públicas de préstamo con garantía hipotecaria.
Según informan fuentes jurídicas a El Independiente, el presidente quiere que los magistrados de la Sección Segunda de la Sala Tercera, presidida por Nicolás Maurandi, le expliquen cara a cara por qué no se informó a Díez-Picazo de que se iba a notificar dicho fallo de enorme repercusión para el sector bancario y, por ende, para la economía nacional. Pese a pedir explicaciones, en la intención de Lesmes está poner orden en la Sala de lo Contencioso Administrativo y pedirle a todos los convocados calma y sosiego por el bien del tribunal.
En otras palabras, las fuentes consultadas explican que el presidente del Poder Judicial pedirá tanto a su amigo Luis María Díez-Picazo como a los miembros de la Sección Segunda que hagan un acto de "contención" y "mesura" para no causar más revuelo social del ya provocado con sus últimas decisiones. Además, Carlos Lesmes quiere apagar el 'incendio' antes de que miembros de la Sala pidan ya sin disimulo la dimisión del presidente de lo Contencioso, aupado por él mismo a dicha plaza.
Lesmes quiere apagar el 'incendio' antes de que miembros de la Sala pidan ya sin disimulo la dimisión del presidente de lo Contencioso
Tal y como avanzó este medio, Luis María Díez Picazo se ha sentido traicionado por los magistrados de su Sala –especialmente por Maurandi- a los que ha acusado de “desleales” por haberle “ocultado” que iban a acordar un cambio de jurisprudencia en un asunto de gran trascendencia para la banca y los consumidores. El presidente conoció el sentido de dicha resolución judicial por los medios de comunicación si bien si estaba al tanto de la existencia de dicho recurso.
En una decisión tan insólita como polémica, veinticuatro horas después de notificarse la sentencia, el presidente de la Sala Contencioso del Supremo acordó “dejar sin efecto” todos los señalamientos sobre recursos de casación pendientes similares y avocar a Pleno los mismos ante el “giro radical” que suponía ese fallo en la jurisprudencia del Supremo y habida cuenta de “la enorme repercusión económica y social” de la sentencia.
"La responsabilidad es de Díez-Picazo"
Tras ese acuerdo sin precedentes en la historia del tribunal, los magistrados de la Sección Segunda – Maurandi (presidente), José Díaz Delgado, Ángel Aguallo, Francisco José Navarro, Jesús Cudero (ponente) y Dimitry Berberoff- están muy molestos con el presidente Díez Picazo por el hecho de que anunciara la convocatoria de dicho Pleno de forma sorpresiva y con la intención de que revocar una sentencia judicial que es firme y se atiene “exclusivamente a criterios jurídicos”.
Según informan fuentes jurídicas, los miembros de la Sección Segunda sostienen que el presidente conocía la existencia de dicho recurso de casación –interpuesto por la Empresa Municipal de la Vivienda de Rivas Vaciamadrid-puesto que firmó el auto de admisión del mismo como presidente de la Sala de Admisión de lo Contencioso-Administrativo del Alto Tribunal.
En ese auto se subrayaba que había jurisprudencia anterior sobre dicha cuestión –sobre quién debe asumir el coste del impuesto de actos jurídicos documentados en las hipotecas- y se autorizaba expresamente a la Sala a cambiarla. Los magistrados firmantes de la sentencia que ha puesto en jaque a la banca –haciéndole perder 6.000 millones en un día en Bolsa- entienden que si el presidente era partidario de avocar a Pleno dicho asunto por su delicadeza debió hacerlo a tiempo puesto que fue responsabilidad suya y “solo suya” que la Sección Segunda analizara el mismo.
Fuentes de la Sala achacan el “error” de Luis María Díez- Picazo a que “nunca ha sido amigo de los Plenos”. “Cambió las normas de reparto cuando llegó a la presidencia de la Sala para evitar que todas las cuestiones que supusieran un cambio jurisprudencial tuvieran que ser aprobadas por el Pleno. Dice que los Plenos de treinta magistrados se eternizan”, explica otro togado de la Sala Tercera en conversación con este medio.
El Pleno 'ad hoc' para la banca
Lo cierto es que la actuación del presidente de lo Contencioso ha supuesto un escándalo social que mantiene muy preocupada a toda su Sala y abochornados a muchos miembros del Supremo. "La rapidez con la que salió en defensa de los intereses del sector bancario –dejando en manos del Pleno la confirmación o revocación de un criterio jurídico firme- ha supuesto un grave menoscabo para la imagen de independencia del Tribunal Supremo", subraya otro miembro del Alto Tribunal en referencia a Luis María Díez-Picazo.
“Con la inmediatez con la que el presidente ha querido desautorizar a la Sección Segunda parece que el Supremo se va a plegar ahora a los intereses de la banca", recalca un miembro de la Sala Tercera. “Este proceder devalúa la seriedad de las decisiones judiciales y deja entrever que en vez de a criterios exclusivamente jurídicos se atienen a lo conveniente. Es terrible”, lamenta otro magistrado del Supremo.
La actuación de Díez Picazo ha supuesto un grave menoscabo para la imagen de independencia del Supremo, sostienen fuentes del tribunal
“Luis nunca ha tenido autoridad en la Sala ni la ha gestionado bien. Lo colocó Lesmes aquí para cargarse a Sieira y tener controlada a la que era su Sala para evitar sustos con las decisiones adoptadas por el Consejo y el Gobierno”, apunta otro juez que recuerda las maniobras que promovió el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, para evitar la reelección del magistrado José Manuel Siera como presidente de lo Contencioso Administrativo del Alto Tribunal. Fue la primera vez que el órgano de gobierno de los jueces no prorrogó a un presidente de Sala del Alto Tribunal y supuso uno de los primeros ‘incendios’ de la ‘era Lesmes’ ya que jueces progresistas llegaron a denunciar hasta en la ONU la maniobra del todavía presidente del Poder Judicial.
Lo cierto es que durante todo el fin de semana, los teléfonos de los treinta magistrados que componen la Sala de lo Contencioso del Supremo han estado echando humo. Los apoyos que el presidente mantiene en su Sala son mínimos. La presidencia de Díez- Picazo está ya entredicho.
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