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ELECCIONES REGIONALES

Los alemanes castigan en las elecciones de Hesse a la Gran Coalición de Berlín

Ascenso de los Verdes y derrota histórica del SPD, que demanda a Merkel un cambio de curso para seguir adelante

Volker Bouffier, jefe del goiberno de Hesse, de la CDU, junto a la canciller Angela Merkel, en campaña electoral. | EFE

Esta vez ha sido en Hesse, el próspero Land donde se ubica la capital financiera de Alemania y Europa, Fráncfort. Los partidos de la Gran Coalición de Berlín (CDU/CSU) y SPD han recibido un severo castigo mientras que los Verdes confirman su ascenso fulgurante y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) entra en el último Parlamento regional que se le resistía, según los primeros sondeos a pie de urna. La participación ha sido de 67,5%.

La CDU, que ha gobernado Hesse junto a los Verdes los últimos cinco años, ha ganado con un 27% de los votos, muy por debajo del 38,3% logrado hace cinco años. Contarán con 40 diputados de los 110 del Landstag (parlamento regional).

Los cristianodemócratas (CDU) están a cargo en Hesse desde hace dos décadas encabezando diversas coaliciones. Los socialdemócratas sufren una derrota histórica, su peor resultado desde 1946, con un 19,8% y 29 diputados. Han obtenido el mismo resultado que los Verdes.

La líder del SPD, Andrea Nahles, señaló que la Gran Coalición ha de replantear su curso. "La situación no es aceptable. Hemos de replantearnos la hoja de ruta",  dijo Nahles, en declaraciones a la ARD. Nahles ha interpretado los resultados como una clara señal a Berlín.

"No vamos a dejar nuestro destino en manos de nuestros socios de coalición", añadió. Con sus palabras deja abierta la posibilidad de que el SPD pueda dejar el Gobierno en Berlín a los dos años, a mitad de mandato, o incluso antes, si no hay un cambio de curso.

Con 40 diputados van a poder renovar su coalición con los Verds (29 escaños). Es clave para el futuro de la canciller Angela Merkel que finalmente el candidato de la CDU en Hesse, Volker Bouffier, pueda formar gobierno. De momento Merkel parece salvarse.

Los alemanes quieren  menos riñas y más ocuparse de los asuntos cruciales", afirma Bouffier, canidato a la reelección en Hesse

El jefe del gobierno regional, Volker Bouffier, de 66 años, es muy popular, lo que confirma la tesis de que los electores lanzan un mensaje a Berlín, es decir, a la canciller Merkel y a la Gran Coalición. "Los alemanes quieren menos riñas y más ocuparse de los asuntos cruciales", ha dicho Bouffier.

Su nivel de aceptación es de un 64%, el mayor de todos los candidatos.Sin embargo, tres de cuatro alemanes valora negativamente al gobierno federal. La razón principal es que no les gustan las disensiones de los partidos que la forman.

Los grandes vencedores vuelven a ser los Verdes, que están camino de reemplazar a los Volksparteien (partidos mayoritarios). Han conseguido 19,8% de los votos, casi nueve puntos más que en 2013. Estos 29 escaños les dan su mejor resultado en Hesse. Su líder, Tarik al Wazir, politólogo de madre alemana y padre yemení, se ha convertido en la estrella de estos comicios.

Al Wazir ha dado en el clavo con su campaña contra la Groko (Gran Coalición) Su lema era Tarek statt Groko (Tarek en lugar de la Gran Coalición). Al Wazir, de 47 años, ha sido ministro de Economía en el gobierno de Hesse.

Los votantes también premian la coherencia de los ecologistas con sus políticas medioambientales (diesel) y su habilidad para transmitir esperanza cuando los partidos tradicionales solo ofrecen desilusión. Los Verdes tienen una larga tradición en Hesse. Joschka Fischer fue el primer ministro ecopacifista de Medio Ambiente en 1985. Juró su cargo en zapatillas de deporte. Años más tarde, de 1998 a 2005, Fischer sería ministro de Exteriores del gobierno rojiverde del socialdemócrata Gerhard Schröder.

Hesse es un Land rico donde estaban convocados a las urnas 4,4 millones de personas. Su PIB es de un 2,2%, igual que la media federal, y el paro de apenas un 4,4%. El nuevo Parlamento regional de Wiesbaden, con 119 escaños, contará con seis partidos, ya que se mantienen los liberales (7,5%, 11 escaños) y también tiene representación Die Linke (6,5%, nueve escaños).

El democristiano Volker Bouffier es leal a la canciller federal, Angela Merkel, quien ha apoyado su campaña electoral. Los analistas apuntan a que si bien superó el varapalo de su partido hermano (CSU) en Baviera, en esta ocasión todas las miradas se centran en Merkel.

En diciembre se celebra un crucial congreso de la CDU, donde cada vez es más probable que se ponga sobre la mesa la sucesión de Merkel. Si Bouffier logra mantenerse con alianzas, la sangre no llegará al río. "Ningún líder ha tenido éxito a la hora de controlar su sucesión", decía esta semana Merkel a los medios alemanes. Y agregaba: "Mi trabajo me sigue haciendo feliz".

Los socialdemócratas, en caída libre

Más grave para la Gran Coalición es la caída libre del SPD. Los socialdemócratas (SPD) se han hundido hasta el 19,8% diez puntos menos que hace cinco años, y tendrían los mismos escaños que los Verdes (29). Es su peor resultado en Hesse desde 1946. De nuevo se repite la pesadilla que el SPD ya vivió en Baviera hace dos semanas. En Baviera, donde finalmente la CSU mantendrá el poder gracias a los Freie Wähler, los socialdemócratas se quedaron por debajo del 10% y pasaron de segunda fuerza a quinta.

Cada vez son más las voces en el partido que ahora lidera Andrea Nahles que están a favor de romper la Gran Coalición, lo que supondría convocar nuevas elecciones. Sus malas perspectivas en las encuestas, que les sitúan con un 14% en cuarto lugar, son el único freno de momento. CDU y CSU serían el partido más votado pero se quedarían en un escaso 26%. Los Verdes serían el segundo partido más votado, con un 21%, si hubiera elecciones federales, según estimaciones de Forsa.

La gran coalición lleva en el poder desde marzo pasado, después de unas traumáticas negociaciones que se prolongaron más que nunca antes en la República Federal. Incluso hubo de intervenir el presidente Frank-Walter Steinmeier para que los socialdemócratas accedieran a cogobernar con Merkel para evitar elecciones anticipadas. En septiembre de 2017 había ganado la Unión (CDU y CSU) pero tuvo que buscar socios para mantenerse en el gobierno federal.

La ultraderecha entró por primera vez en el Parlamento de Múnich. También lo ha hecho en Hesse. Alternativa por Alemania, que ha obtenido un 13,1% de los votos (19 escaños), ya está presente en los parlamentos de los 16 Bundesländer. En Berlín AfD cuenta con 92 diputados y son la tercera fuerza política y principal partido de la oposición, dado que la Unión y el SPD, los dos más grandes, comparten gobierno.

Merkel ha lanzado en los últimos días un mensaje recurrente: “Hesse, y lo que pasa aquí, se está observando en toda Alemania y más allá de nuestras fronteras. Pero quiero señalar que el voto es sobre Hesse. Después hablaremos de Berlín”. La líder del SPD, Andrea Nahles, ya ha admitido que el mensaje de Hesse va directo a Berlín, y no da por hecho que la alianza pueda mantenerse.

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