La canciller alemana, Angela Merkel, renuncia a presentarse a la reelección como líder de la Unión Cristiano Demócrata en el congreso de diciembre. "Asumo toda la responsabilidad de los éxitos y de los fallos", ha declarado Merkel, en relación al varapalo recibido por la CDU en Hesse. Está dispuesta a seguir en el cargo hasta 2021 y después se retirará de la política. Así se inicia la carrera por el proceso de una sucesión controlada y por etapas, singular como la propia Merkel. "Hoy empieza un nuevo capítulo", remarcó la canciller.
En rueda de prensa conjunta con el jefe del gobierno de Hesse, Volker Bouffier, Merkel lamentó profundamente el daño causado a las posibilidades de la CDU en Hesse por las tensiones en Berlín. Aseguró que había tomado la decisión de no volver a optar al liderazgo de la CDU antes del verano. "Quiero que mi partido tenga libertad y prepare bien la sucesión", señaló Merkel.
Hoy empieza un nuevo capítulo... quiero que mi partido tenga libertad y prepare bien la sucesión", afirma Merkel
Enumeró sus decisiones: primero renunciar a la reelección de la CDU; segundo, fijar 2021 como final de su mandato como canciller: tercero, anunciar su retirada de la política. De esta manera, lanza un guante a sus socios de coalición, especialmente al socialcristiano, Horst Seehofer, aferrado al puesto como líder de la CSU, pese a la victoria pírrica en Baviera el 7 de octubre. También al SPD, que cosecha derrotas históricas y está bajo mínimos en los sondeos, por detrás de Verdes y la ultraderecha.
Ha señalado la canciller federal que quería dar una clara señal con esta decisión de que la CDU quiere renovarse y seguir siendo el partido de referencia en Alemania. Al declarar que tomó la decisión antes del verano, lanza el mensaje de que no es algo impulsivo, sino una decisión meditada, reforzada por los resultados electorales de Baviera y Hesse.
Hacia dónde vamos y cómo
El jefe del gobierno de Hesse, Volker Bouffier, número dos en la CDU, remarcó: "Hemos de saber bien hacia dónde vamos y cómo". Puso como ejemplo la sangría de votos de la CDU, similar en números, unos 100.000, hacia la ultraderechista AfD y los Verdes, dos opciones claramente diferentes.
Merkel encabeza la CDU desde hace 18 años y como canciller federal lleva 13 años, tras su última victoria en septiembre de 2017. Las elecciones del domingo en Hesse han sido un claro mensaje a los partidos mayoritarios, CDU y SPD, que han sido los grandes perdedores. Los socialdemócratas han descartado cambios de dirigentes, aunque las juventudes demandan dejar la Gran Coalición.
Tras los comicios de Baviera, ha sido el segundo varapalo a los partidos de la Gran Coalición en apenas 15 días. Los electores han votado contra la CDU, la CSU y el SPD. Merkel parece haber entendido el mensaje. Algo debe cambiar y ella ha empezado dando el paso tan anunciado como sorprendente por la forma.
Como candidatos a su sucesión ya se han presentado la actual secretaria general, Annegret Kramp-Karrenbauer, que sería la favorita de Merkel, y el ambicioso Jens Spahn, actual ministro de Sanidad, situado más a la derecha. Según el diario Bild, otro aspirante sería Friedrich Merz, ex jefe del grupo parlamentario de la Unión.
Merkel sucedió como líder de la CDU al emblemático Helmut Kohl, quien solía llamar a quien fuera su ministra de Juventud, das Mädchen. Aquella chica se emancipó del padre y se desmarcó del canciller de la unidad cuando se vio implicado en un escándalo de cuentas secretas del partido. Su elección en abril de 2000 fue una sorpresa.
Era la primera vez que una mujer del Este y protestante llegaba a la cima de un partido dominado por hombres, y con un fuerte componente católico en el sur. En 2005 ganó las elecciones a la Cancillería contra el socialdemócrata Gerhard Schöder.
Mensajes desde Baviera y Hesse
El ocaso de Merkel viene anunciado por la prensa alemana desde hace meses. La Gran Coalición tuvo un parto difícil y su evolución está siendo aún más complicada. Costó convencer al SPD para que se uniera al frente conservador. Pero no han sido los más peleones. Las continuas disputas entre los tres partidos que la conforman, CDU, CSU y SPD, han hartado a los votantes.
Merkel ha tenido al enemigo en casa con el ministro del Interior, el socialcristiano Horst Seehofer, que propugna una política migratoria mucho más restrictiva que la líder de la CDU. El partido de Seehofer, la CSU, perdió la mayoría en Baviera el 7 de octubre, pero de momento él se aferra al cargo en el partido y el gobierno.
Los tres partidos han sufrido un severo castigo en las recientes elecciones regionales en Baviera, el 7 de octubre, y en Hesse, este domingo 28. Los socialdemócratas son los que más han sufrido y sus perspectivas electorales si hubiera elecciones federales los dejará en cuarto lugar (14%), por debajo de Verdes (21%) y la ultraderechista Alternativa por Alemania (14%). La CDU sería el partido más votado, pero apenas llegaría al 26%.
Sobre Hesse, donde gobierna uno de los dirigentes de la CDU más leales a Merkel, Volker Bouffier, la canciller había dicho: "El voto de Hesse es sobre Hesse. Luego veremos qué pasa en Berlín". Y lo que ha ocurrido es un movimiento sísmico. La presidenta de los soialdemócratas, Andrea Nahles, advirtió el domingo que su partido iba a revisar su papel en la Gran Coalición.
Bouffier, jefe del gobierno en Hesse con apoyo de los Verdes, ha visto cómo la CDU perdía más de diez puntos, mientras que su popularidad sigue intacta. "Los alemanes quieren que nos dejemos de disputas y nos ocupemos de los asuntos centrales", dijo Bouffier, ,quien apuntó a Berlín como culpable de la victoria pírrica de la CDU en Hesse.
También los socialdemócratas sabían que el enfado de los electores, que en Hesse se han orientado hacia los Verdes en busca de esperanza, está dirigido a la Gran Coalición de Berlín. De hecho, el líder verde, Tarek al Wazir, centró su campaña contra la Gran Coalición y triunfó. Los Verdes lograron empatar con los socialdemócratas en escaños (29).
Los dirigentes socialdemócratas son más moderados que la militancia y ven un serio riesgo volver a las urnas. Sin embargo, la militancia está harta de que la alianza con Merkel, especialmente las Juventudes, que lidera el carismático Kevin Kühnert. Nahles anunció que se van a replantear su papel en la Gran Coalición, que puede materializarse en que se planteen dejar el pacto a mitad de mandato. Aunque con el giro de la CDU se abren otros nuevos escenarios.
Candidatos al relevo
Merkel ha reconocido que no va a intentar controlar su sucesión. Bild da por hecho que Friedrich Merz, de 62 años, y con buenas relaciones con la CSU dará el paso adelante. También suena el nombre del jefe del gobierno de Renania del Norte-Wesfalia, Armin Laschet.
Figura como favorita de Merkel en esta carrera Annegret Kramp-Karrenbauer, a quien llaman la pequeña Merkel, por su parecido político con la canciller. AKK, como es conocida en Alemania, llegó a la secretaría general de la CDU en febrero de este año. Tuvo entonces un 98,67% de apoyos y se escora al centro. "Aquí no hay estrellas, la estrella es el partido", dijo Kramp-Karrenbauer entonces.
Hasta su elección como secretaria general de la CDU AKK era ministra presidente del Sarre, donde ganó en 2011 en lo que supuso una victoria simbólica ya que el Sarre era un bastión socialdemócrata, cuna del ex ministro de Finanzas y ahora líder de Die Linke, Oskar Lafontaine. Contra pronóstico, y gracias a su carisma y credibilidad, volvió a ganar la reelección en 2017. Gobernaba en gran coalición.
Como la canciler Merkel, no es partidaria de que la CDU se oriente hacia las tesis ultraderechistas de Alternativa para Alemania. Es conservadora en cuestiones como el matrimonio homosexual pero más social en economía y defensora de las cuotas femeninas. Suele reírse de sí misma, especialmente en los tradicionales carnavales. En la última ocasión fue muy popular su disfraz de limpiadora.
En el otro extremo del espectro político está Jens Spahn, de 38 años, actual ministro de Sanidad. Diputado desde los 22 años, Spahn hace años que reconoció en el Süddeutsche Zeitung su homosexualidad y está casado. Católico y conservador, no le gusta que digan que está en ala derecha de la CDU.
Está a favor de limitar el número de refugiados, prohibir el burka, suprimir la doble ciudadanía y apostar por las políticas de ley y orden. En el instituto le preguntaron qué quería ser y no dudó la respuesta; "Canciller federal". Siempre puede haber sorpresas, como lo fue Merkel.
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