Sentado entre Cristina Narbona, presidenta del PSOE, y Francisco Salazar, secretario ejecutivo de Acción Electoral y su mano derecha en Moncloa, Iván Redondo se reúne todos los lunes con los miembros del Comité Electoral del partido en Ferraz. El jefe de gabinete del presidente del Gobierno, una de las personas más influyentes sobre él, atiende a las intervenciones de los dirigentes socialistas y apenas toma la palabra. Escribe notas en su libreta y escucha con interés especialmente las reflexiones de Narbona y del secretario de Política Federal, Patxi López. Una vez fuera de Ferraz, su comunicación es constante con la portavoz del Comité Electoral, Esther Peña, y con la jefa de prensa del PSOE, Maritcha Ruiz Mateos.
Su nombramiento como coordinador del Comité Electoral junto al secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, también ministro de Fomento, levantó todas las alarmas en el PSOE. Redondo, al que consideran un outsider digno de desconfianza por su pasado en filas enemigas (fue jefe de gabinete de José Antonio Monago como presidente de Extremadura y trabajó en la campaña de Xavier García Albiol en Badalona), es el encargado de coordinar de forma operativa entre Moncloa y el PSOE la precampaña electoral, la campaña y la postcampaña del maratón de comicios que empiezan este 2 de diciembre en Andalucía y que pueden incluir un adelanto de las elecciones generales.
Su desembarco como uno más en Ferraz levantó todo tipo de recelos en un partido en el que lleva más de un año trabajando, pero fuera del foco público hasta la moción de censura a Mariano Rajoy. Desde que se integró en el equipo de Pedro Sánchez en septiembre del año pasado, Redondo supo encajar en Ferraz, especialmente con el equipo de Organización liderado por Ábalos.
Juntos establecieron las líneas estratégicas para una campaña electoral que se inició el mismo día en que Sánchez venció a Susana Díaz en las primarias del PSOE. Con el objetivo de ganar las municipales y luego las generales, la empresa de consultoría de Redondo empezó a trabajar con Ferraz proponiendo ideas-fuerza, lemas y líneas de actuación.
Esa maquinaria saltó por los aires con la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa con Iván Redondo al frente del gabinete del presidente. El ministerio de Fomento ocupa buena parte de la labor del secretario de Organización del PSOE, que compatibiliza ambas responsabilidades a costa de no tener vida personal. Esa situación ha llevado a sectores sanchistas como el de Andalucía a acusar a Ábalos de no dar batallas internas como la inclusión en las listas al Parlamento andaluz de una persona de confianza de Ferraz por cada provincia andaluza. De hecho, la inacción del PSOE federal ha permitido a Susana Díaz volver a orillar al sanchismo en Andalucía y que no se produjera integración en las listas.
Esa falta de tiempo para dedicarse al partido de la que acusan a Ábalos hace que aumenten las suspicacias sobre la posibilidad de que Iván Redondo mande más en Ferraz de lo que se reconoce públicamente. Especialmente porque será el primero en conocer la fecha de unas elecciones generales que se acercan en el horizonte por la falta de apoyos a los presupuestos del Gobierno socialista.
En este contexto de posible convocatoria electoral toma fuerza la hipótesis de que algunos ministros puedan ser candidatos en las elecciones municipales de mayo. El presidente del Gobierno tuvo muy en cuenta sus preferencias a la hora de encabezar las listas en las principales plazas a la hora de conformar su Ejecutivo. Una de las personas con las que contactó cuando estaba en la oposición como posible candidato para Madrid fue el juez Fernando Grande-Marlaska, hoy ministro del Interior.
De forma significativa, Grande-Marlaska protagonizará este martes un acto de campaña del PSOE en el barrio de Chueca de Madrid, zona LGTBI+, junto al secretario general de la Federación Madrileña, José Manuel Franco, el candidato a la Comunidad, Ángel Gabilondo, y la ministra de Justicia, Dolores Delgado. Como adelantó ayer El Confidencial, fue el propio ministro quien había mostrado su interés en conversar con militantes y simpatizantes de Madrid.
Fuentes de Moncloa ni desmienten ni confirman que Pedro Sánchez esté pensando en Grande-Marlaska como candidato en Madrid, ya que no quieren dar por hecho que la legislatura estará finiquitada antes de las elecciones municipales de mayo. No obstante, en el gabinete del presidente se contempla la opción del mes de marzo como posible fecha para un adelanto electoral si el independentismo pone al Ejecutivo socialista contra las cuerdas. En ese caso, Sánchez podría aprovechar la popularidad de algunos ministros como el de Interior o la de Industria, Reyes Maroto, para lanzarlos como candidatos.
En la plaza de Madrid, frente a una Manuela Carmena difícil de batir, el perfil de Grande-Marlaska, juez también y referente del movimiento LGTBI+, al frente de unas siglas resucitadas por la moción de censura como el PSOE, podría poner en serios aprietos a la regidora madrileña y la desgastada marca Podemos. El PSOE también pensó en otra magistrada, Margarita Robles, como posible rival de Carmena, pero la ministra de Defensa ha descartado por completo dedicarse a la vida municipal.
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