Manuel Marchena será el nuevo presidente del Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo. Jurista de indudable prestigio, ha contado con grandes apoyos en el Partido Popular -y también en el Gobierno- para ser elegido máximo represente del tercer poder del Estado. Desde la formación de Pablo Casado se ha apostado claramente por él como única opción para la presidencia y como la persona de peso dentro de la Carrera Judicial capacitada para recuperar la imagen malograda de la Justicia española.
A cambio de que fuera elegido presidente, la formación de Pablo Casado ha tenido que ceder a un vocal y aceptar a regañadientes que el juez al que acusan de haber derrocado al gobierno de Mariano Rajoy vaya a ser miembro del nuevo órgano de gobierno de los jueces. Se trata del magistrado progresista José Ricardo de Prada, artífice que las frases más duras sobre la financiación ilegal del PP en la sentencia de la Primera Época de la trama Gürtel, propuesto por el PSOE por el turno de juristas en el Congreso de los Diputados. “Es el sapo que nos hemos tenido que tragar”, señala una fuente de la dirección del PP en conversación con El Independiente.
A cambio de que Marchena fuera elegido presidente, el PP ha tenido que aceptar que no habría vetos a ningún vocal, tampoco a De Prada
El juez de la Audiencia Nacional se presentó a vocal de procedencia judicial el pasado verano pero el CGPJ, en virtud del artículo 355 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, le impidió concurrir a la elección al encontrarse en situación de servicios especiales en el Tribunal Internacional de La Haya que revisa la sentencia contra el criminal de guerra Radovan Karadzic. Finalmente, el PSOE ha logrado colocarlo en el Consejo.
Desde que el pasado mes de julio arrancaron las negociaciones entre PP y Partido Socialista, el ex ministro de Justicia Rafael Catalá tuvo como máxima prioridad que Marchena fuera elegido presidente del Alto Tribunal. El resto eran cuestiones salvables. Y así lo puso de relieve en las reuniones casi semanales que ha mantenido con su sucesora, Dolores Delgado, según informan fuentes conocedoras de las mismas. A cambio, los populares no han formulado ningún tipo de veto a ningún vocal.
Marchena, el único candidato
De esta forma, durante los cuatro meses que han durado las conversaciones, el de Marchena fue el único nombre que los populares han puesto encima de la mesa pese a que el Gobierno de Pedro Sánchez les hizo saber que pensaba en una mujer jurista para presidir el Poder Judicial. Sin embargo, Catalá lanzó el siguiente órdago: si se rechazaba a su candidato querían a una mujer de tanto prestigio en la Judicatura como él y con experiencia en gestión gubernativa. Y, a ser posible, del Supremo para que "conociera la casa". A priori, que se dieran las tres circunstancias a la vez era difícil de conseguir puesto que nunca ha habido una presidenta de Sala en el Alto Tribunal.
Mientras, pasaban las semanas y Delgado y su antecesor iban concretando el nombre de los veinte vocales sin vetos, si tendrían dedicación exclusiva, si debía recuperarse la figura del vocal portavoz… así hasta que hace diez días comenzó a coger fuera el nombre de Manuel Marchena.
Según informan fuentes conocedoras de la negociación llevada a cabo entre populares y socialistas, fue la ministra de Justicia quien sugirió a Catalá que aceptaría al todavía presidente de la Sala Segunda del Supremo si lograban quedarse con 11 vocales. De esta forma, se pasaba del reparto inicial de 10 consejeros para PSOE y 10 para PP a la fórmula del nueve/once que ha triunfado. Esta propuesta fue consultada al presidente del PP, Pablo Casado, que la aprobó y, por supuesto, con el visto bueno de Pedro Sánchez, que siempre tuvo buena imagen de Marchena.
Y en esa percepción favorable que el presidente tiene sobre Manuel Marchena tuvieron que ver dos juristas que forman parte del Ejecutivo, Fernando Grande- Marlaska y Margarita Robles, que lo consideran un magistrado capaz de lograr consensos y gestionar de forma eficaz órganos judiciales.
Sin reunión Sánchez-Casado
Además, cabe resaltar que, a diferencia de otras renovaciones anteriores, en este caso Sánchez y Casado no llegaron a sentarse en una mesa a negociar este nombramiento. Es más, ni siquiera han hablado por teléfono del mismo más allá de cuando en agosto ambos se comprometieron en el encuentro que mantuvieron a que la renovación se llevara a cabo en plazo. El escándalo de las hipotecas en el Supremo hizo más evidente aún que el CGPJ tenía que renovarse.
Este lunes a primera hora la ministra Delgado comunicaba a Marchena que sería el próximo presidente del Supremo
Este lunes el magistrado recibía a primera hora de la mañana la llamada de la ministra Delgado para decirle que era el hombre elegido para presidir el Alto Tribunal. El mensaje transmitido por el Ejecutivo es el siguiente: un órgano de consenso y no de bandos desde donde se trabaje por mejorar las condiciones de la Carrera Judicial. La renovación de este órgano constitucional es, sin lugar a dudas, de máxima importancia ya que el nuevo Consejo será el encargo de elegir al 46 por ciento del Tribunal Supremo durante los próximos cinco años.
Cinco años después de que fuera propuesto por primera vez por el PP para presidir el CGPJ –fue vetado en aquella ocasión por el ex ministro Alfredo Pérez Rubalcaba-, Manuel Marchena se convertirá en el próximo presidente del Supremo. Atrás quedó la era Lesmes, marcada por ‘el palo y la zanahoria’.
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