Política

Sánchez encargó un informe de Villarejo tras las grabaciones de Corinna sobre el Rey

El dosier permitió al presidente del Gobierno conocer de primera mano que el escándalo del polémico comisario, en prisión desde hace un año, salpicaba de forma importante al PP / El jefe del Ejecutivo previno personalmente a Pablo Casado

Pablo Casado y Pedro Sánchez, durante el encuentro que ambos mantuvieron en La Moncloa el pasado 2 de agosto. | EP

Pedro Sánchez pidió un informe a los servicios de seguridad del Estado tras difundirse la grabación de la reunión que José Manuel Villarejo mantuvo en Londres con Corinna zu Sayn-Wittgenstein, en la que la antigua 'amiga entrañable' desveló que el rey emérito la utilizó para ocultar fuera de España parte de su patrimonio. Ese encargo le permitió conocer de primera mano que el escándalo del comisario hoy en prisión salpicaba de forma importante al PP.

La difusión de los audios que comprometían a Juan Carlos I tuvo lugar el pasado 11 de julio, 39 días después de que Sánchez hubiera prometido el cargo como presidente del Gobierno tras prosperar la moción de censura promovida por el PSOE y dos semanas antes de que el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) acudiera a la Comisión de control de los créditos destinados a gastos reservados del Congreso de los Diputados para ofrecer explicaciones después de que la consultora germano-danesa desvelara en esas cintas que sufrió amenazas del servicio de Inteligencia.

Se da por seguro que en la elaboración del informe solicitado por Pedro Sánchez intervino el CNI, con cuyo director (Félix Sanz Roldán) mantenía el comisario Villarejo un abierto enfrentamiento. El controvertido policía ya retirado no tiene dudas de que la "mano" de Sanz Roldán está en el origen de la causa por la que se encuentra en prisión preventiva desde hace un año acusado de blanqueo de capitales, cohecho y organización criminal, entre otros delitos.

El dosier permitió conocer a Pedro Sánchez que el escándalo del comisario hoy en prisión salpicaba al PP

Según ha podido conocer El Independiente en fuentes de toda solvencia, el dosier remitido al presidente del Gobierno ponía de relieve que las grabaciones que el antiguo agente encubierto realizó de forma subrepticia durante más de 20 años comprometían de forma especial al PP. De hecho, Sánchez previno personalmente a Pablo Casado de que, si se seguían filtrando conversaciones, éstas podrían salpicar a su partido, como se demostró tres meses después al hacerse pública la grabación del encuentro secreto que María Dolores de Cospedal mantuvo con Villarejo en su despacho de la sede nacional.

Sánchez recibió a Casado en el Palacio de la Moncloa en la tarde del pasado 2 de agosto en la primera reunión que ambos líderes mantenían desde que el primero fue proclamado presidente del Gobierno y el segundo se hizo con las riendas del PP. El encuentro duró dos horas y media y se desarrolló tres semanas después de que el jefe del Ejecutivo hubiera telefoneado al sucesor de Mariano Rajoy para felicitarle por su victoria en el congreso extraordinario del que salió la actual dirección popular.

Pedro Sánchez no ha ocultado en su entorno la sorpresa que le ha causado la beligerancia con que el PP, a pesar de conocer que el contenido de las grabaciones le alcanzaban, reaccionó públicamente tras difundirse la cinta de la comida que Villarejo mantuvo en el otoño de 2009 con Dolores Delgado, entonces fiscal en excedencia y hoy ministra de Justicia; el juez Baltasar Garzón y cuatro mandos policiales más. Los populares no dudaron en pedir la dimisión de Delgado, a la que acusan de "mentir" por ir variando su versión forzada por las revelaciones periodísticas.

Sánchez ha mostrado su sorpresa por la beligerancia del PP con Dolores Delgado tras la prevención que le hizo a Casado meses antes

"Por parte de la dirección nacional no hay nada que ocultar y nada que temer de ninguna revelación que se pueda hacer. No estoy seguro de que puedan decir lo mismo las ejecutivas de otros partidos", declaró convencido Casado el pasado 1 de noviembre con motivo de su asistencia a un acto de precampaña del PP andaluz en Huelva. Al día siguiente, el futuro político de María Dolores de Cospedal quedó definitivamente sentenciado tras conocerse que la ex número dos del PP encargó a Villarejo por medio de su marido que investigara la Fundación de Estudios Europeos, presidida por Javier Arenas en la etapa de éste como secretario general del partido y en la que también ejerció Luis Bárcenas como tesorero.

Superada la crisis por el audio que compromete a la titular de Justicia, cuya eventual dimisión hubiera supuesto la tercera renuncia de un ministro tras las de Màxim Huerta (Cultura) y Carmen Montón (Sanidad), Pedro Sánchez ha demostrado una aparente seguridad cuando se ha referido públicamente a las grabaciones de Villarejo y a las repercusiones que el escándalo podría tener en el futuro para su gobierno.

El Gobierno "no acepta chantajes"

El pasado 26 de septiembre, durante la rueda de prensa ofrecida en Nueva York antes de comparecer ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente del Ejecutivo negó que estuviera preocupado por nuevos audios que pudieran salir a la luz y advirtió de que el Gobierno "no acepta chantajes". De esta manera insinuaba que el comisario retirado estaba detrás de las filtraciones en un intento de forzar su excarcelación.

"Si la oposición quiere hacer oposición a base de informaciones de un chantajista, es su responsabilidad", declaró Sánchez. Y añadió: "Este Gobierno es un Gobierno sin ninguna hipoteca. Tiene un mandato claro que está determinado a cumplir: limpiar y regenerar la vida política en nuestro país. Luchar contra la corrupción".

A finales de mes, el Ejecutivo dio por rotas las relaciones con Pablo Casado después de que el presidente del PP acusara a Pedro Sánchez de ser "partícipe y responsable" del golpe de Estado que -según el jefe de la oposición- se está perpetrando en Cataluña. Ese deterioro de las relaciones explica que la renovación del presidente y los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) la hayan negociado Dolores Delgado y Rafael Catalá y no Sánchez y Casado.

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