Mariano Rajoy ha mantenido este miércoles una reunión de seis horas y media con el ex ministro del Interior Jorge Fernández Díaz en pleno escándalo por las filtraciones de José Manuel Villarejo, comisario de policía ya retirado al que el Gobierno del PP concedió en 2012 una medalla que llevaba aparejada un incremento de pensión.
El encuentro ha tenido lugar en el comedor de un céntrico restaurante de Madrid próximo a la Gran Vía -el Café Varela, perteneciente al Hotel Preciados- y se ha prolongado desde poco después de las dos de la tarde hasta las 20.45 horas, de lo que ha sido testigo El Independiente. Es el mismo establecimiento hostelero en el que Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado mantuvieron una cena con un centenar de diputados del PP el pasado 10 de julio, en vísperas del congreso que entronizó al sucesor de Rajoy.
Sorprendidos por la presencia de periodistas de este diario, el amplio servicio de seguridad que acompañaba a ambos ex altos cargos adoptó varias medidas para favorecer la discreción del encuentro. Así, ordenó al personal del restaurante que descorriera las cortinas de los ventanales desde los que se podía ver a Rajoy y Fernández Díaz desde el exterior para dificultar que pudieran ser fotografiados, al tiempo que trasladaron los coches oficiales -sendos Peugeot 607 de color oscuro- desde la ubicación que ocupaban en la peatonal calle de Preciados hasta el garaje del hotel para facilitar que Rajoy y Fernández Díaz se marcharan de la forma más discreta posible. Ello les evitó tener que salir a pie por la puerta principal y ser vistos.
El ex presidente del Ejecutivo y su primer ministro del Interior han mantenido una prolongada sobremesa tras degustar alcachofas y fabada asturiana, uno de los primeros platos que integraban el menú del día de este restaurante con especialidades de cocina gallega. No pidieron postre pero Rajoy tomó dos copas de licor y Fernández Díaz consumió una botella de agua con gas de la marca Perrier. La cuenta la abonó con una tarjeta de crédito el ex presidente del Gobierno, al que a media tarde se acercó un cliente del restaurante para hacerse una fotografía con él como recuerdo.
El encuentro del ex presidente del Gobierno con Fernández Díaz en un restaurante del centro de Madrid duró seis horas y media
La duración del almuerzo recuerda al que el ex jefe del Ejecutivo mantuvo con varios ministros en el restaurante Arahy de Madrid -próximo a la Puerta de Alcalá- mientras se debatía en el Congreso de los Diputados la moción de censura que, promovida por el PSOE, supuso su salida del Palacio de la Moncloa y semanas después su retirada de la política para reincorporarse a su plaza como registrador de la Propiedad en Santa Pola (Alicante). Aquel día, 1 de junio en el calendario, la comida y la posterior sobremesa discurrieron entre las dos de la tarde y las diez de la noche.
El encuentro entre Mariano Rajoy y Fernández Díaz se produce enmedio del escándalo provocado por la difusión de grabaciones del comisario Villarejo -en prisión preventiva desde hace un año como presunto cerebro de la trama Tándem- y justo una semana después de que María Dolores de Cospedal se viera obligada a renunciar a su acta tras trascender que, por medio de su marido, encargó al antiguo agente encubierto que investigara una fundación del PP que estuvo presidida por Javier Arenas. La ex número dos del partido había dimitido días antes como vocal de la ejecutiva que preside Pablo Casado.
Como informó este diario, Rajoy ha reconocido en privado su malestar con De Cospedal por ocultarle la reunión secreta que mantuvo con Villarejo en la sede nacional del PP en la tarde del 21 de julio de 2009 y que le hubiera encargado "trabajos puntuales", como espiar a Arenas o investigar a un hermano del ex ministro Alfredo Pérez Rubalcaba. En una de las grabaciones difundidas por el portal moncloa.com, el empresario Ignacio López del Hierro -marido de la ex secretaria general del PP y la persona que gestó el citado encuentro dada la amistad que mantenía con el policía entonces en activo- llega a afirmar que el "jefe" de su mujer estaba "de acuerdo" en que se llevara a cabo la "línea de actuación" planteada en aquella cita a escondidas.
La cita se produce tras conocerse que Interior sobornó al ex chófer de Luis Bárcenas para recabar documentos comprometedores
Igualmente, la cita se ha llevado a cabo después de trascender que el antiguo chófer del tesorero del PP Luis Bárcenas había sido sobornado por el departamento que entonces encabezaba Jorge Fernández Díaz para recabar documentación que podía afectar a la ex secretaria general del PP y ex ministra, María Dolores de Cospedal; a la ex vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría y al ex vicesecretario Javier Arenas.
No ha trascendido el contenido de la reunión mantenida con su ministro del Interior, pero no es aventurado pensar que en seis horas y media de conversación el escándalo de Villarejo y las implicaciones que está teniendo o pueda tener para el PP fuera uno de los temas abordados. Retirado de la política, Rajoy está manteniendo en las últimas semanas encuentros con compañeros de partido, como el que tuvo días atrás con Pablo Casado o antes con el ex ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón.
Fernández Díaz fue la persona a la que Mariano Rajoy confió la cartera de Interior en su primer mandato (de diciembre de 2011 a noviembre de 2016) y una de las personas señaladas por la comisión de investigación constituida en el Congreso de los Diputados a fin de depurar responsabilidades políticas por el uso partidista de los medios del Ministerio del Interior para desacreditar a dirigentes de otras formaciones políticas, especialmente los independentistas catalanes.
Fernández Díaz y la 'policía patriótica'
"En el Ministerio del Interior, bajo el mandato del señor Fernández Díaz, usando de manera fraudulenta el catálogo de puestos de trabajo, se creó una estructura policial bajo las instrucciones del señor Cosidó Gutiérrez [ex director general de la Policía y hoy portavoz del PP en el Senado], por orden del DAO (Director Adjunto Operativo) Eugenio Pino, con el conocimiento y consentimiento del Ministro destinada a obstaculizar la investigación de los escándalos de corrupción que afectaban al Partido Popular y al seguimiento, la investigación y, en su caso, la persecución de adversarios políticos. A modo de ejemplo: PSOE (como demuestra la creación y trabajos realizados por las Brigadas de Análisis de Revisión de Casos, BARC), el nacionalismo catalán (señor Trías) o Podemos (Informe Pisa)", concluyó. El dictamen de los comisionados avalando la existencia de una 'policía patriótica' se aprobó en el pleno del Congreso del 21 de septiembre de 2017.
La etapa en Interior de Jorge Fernández Díaz, que se mantiene como diputado y preside la Comisión de Peticiones, coincidió con los últimos años en activo de José Manuel Villarejo. Éste se jubiló el 22 de junio de 2016 tras haber permanecido adscrito a la DAO de la Policía Nacional como agente encubierto, labor que llevaba a cabo de forma simultánea a su faceta como empresario.
Con el antecesor de Juan Ignacio Zoido al frente, el Ministerio del Interior tomó dos decisiones relevantes sobre el controvertido policía. Por un lado, la Dirección General de la Policía otorgó a Villarejo en 2012 una Medalla al Mérito Policial con Distintivo Rojo, que apareja como recompensa una pensión vitalicia equivalente al 10 % del sueldo base. Era la segunda que recibía, puesto que el socialista Pérez Rubalcaba ya le había hecho el mismo reconocimiento en 2009.
El informe que dio coartada a Villarejo
De otro, Fernández Díaz encargó un informe -realizado por el inspector jefe José Ángel Fuentes Gago- que concluyó que el comisario hoy en prisión no tenía que pedir solicitud de compatibilidad para llevar a cabo los negocios privados por los que desde hace más de un año lo investigan el Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción en el marco del caso Tándem.
En un documento fechado el 20 de abril de 2015, Fuentes Gago llegaba a dicha conclusión al considerar que la actividad de Villarejo "no supone un menoscabo del estricto cumplimiento de sus deberes", "guarda respeto absoluto al horario asignado al puesto de trabajo que desempeña" y "no tienen relación con asuntos relacionados o que se refieran a las actividades que desarrolle en el Cuerpo Nacional de Policía o que sean de su competencia".
No es el criterio que mantienen los fiscales asignados al caso Villarejo, que sostienen que el agente encubierto ya retirado desarrolló trabajos privados "sin la previa solicitud de compatibilidad e infringiendo las prohibiciones legales establecidas en la normativa de incompatibilidades que afectan a los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía".
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