El número mágico es el 48. Los brexiters duros necesitan que 48 diputados conservadores soliciten por escrito una moción de confianza sobre la primera ministra, Theresa May, al presidente del Comité 1922, Sir Graham Grady, para iniciar su proceso de destitución. En cuanto se logre este número, se pone en marcha el mecanismo que puede acabar con el liderazgo de Theresa May.
El primero en dar el paso fue el diputado Jacob Rees-Mogg, de 49 años, uno de los aspirantes al liderazgo tory. Rees-Mogg argumentó que el principio de acuerdo de salida de la UE, que defiende con uñas y dientes May, somete al Reino Unido a los mandatos de Bruselas y pone en peligro su integridad.
“Necesitamos un nuevo liderazgo que defienda el Brexit frente a Bruselas”, añadió. En declaraciones a los periodistas, aseguró: “No tiene que ver con ambiciones personales”. Elogió a los numerosos compañeros que podrían sustituir a May, como Boris Johnson, Dominic Raab o Esther McVeigh. Todos ministros de May que tiraron la toalla por sus discrepancias sobre el Brexit.
Según la BBC, al menos una veintena de diputados han hecho público que ya han enviado la carta al presidente del Comité 1922 Brady anunciará la puesta en marcha de la moción cuando se consigan las 48 cartas, el 15% del número total de diputados conservadores (316).
En el European Research Group, que defiende un Brexit duro y está liderado por Jacob Rees-Mogg, hay unos 50 diputados tories pero es incierto cuántos respaldarían dar este paso. Para ganar May necesita la mitad más uno de los votos conservadores, es decir, 159.
El ex secretario de Estado Steve Baker, otro de los que han hecho público que avalan la moción, aseguró que May perderá. “Necesitamos otro plan del Brexit y por eso May tiene que irse”. “Hemos intentado todo sin cambiar a la primera ministra pero no ha funcionado. Necesitamos otro líder”.
Hemos intentado todo sin cambiar a la primera ministra pero no ha funcionado", dice Steve Baker, firmante
Baker se mostró favorable a que el sucesor de May sea “un euroescéptico con el que estemos de acuerdo de forma colectiva”, según informa la BBC. Maria Caulfield, Adam Holloway y John Whittingdale están entre estos más de 20 sublevados. En su página de Facebook Adam Holloway escribió, que lamentaba enviar la carta, pero añadía: “Uno no puede seguir a alguien en una misión en la que no cree. Este país necesita liderazgo”.
En la rueda de prensa del jueves, cuando a May le preguntaron si no sentía que ya contaba con el respaldo de los suyos, contestó firme: “Liderazgo significa tener que adoptar decisiones difíciles, que muchas veces no gustan a todos”.
Los 'hombres del traje gris'
El Comité 1922, fundado en octubre de ese año, está integrado por 18 diputados, los llamados backbenchers, porque se sientan en la parte de atrás de en el Parlamento. No tienen cargos en el Gobierno ni son portavoces parlamentarios. Tratan de afrontar los problemas de los diputados con independencia de los que tienen cargos.
Su poder se basa en su arbitraje a la hora de cuestionar al poder del líder. Funcionan en este caso como una especie de comité disciplinario.
Al grupo también se le conoce como los hombres de traje gris, aunque ahora hay cinco mujeres. Cuando Margaret Thatcher fue primera ministra (1979-1990) desafiaron su poder dos veces. La primera vez, en 1989, lo hizo sir Anthony Meyer, y ganó Thatcher. En 1990 lo intentó Michael Heseltine y logró que la Dama de Hierro renunciara.
La última vez que recurrió al voto de confianza fue el 29 de octubre de 2003. El entonces líder conservador escocés Iain Duncan-Smith perdió y tuvo que dejar el cargo.
Si May lograra superar esta prueba de fuego a su liderazgo, ganaría una paz en su partido de 12 meses. Durante este tiempo no se podrían presentar más mociones de confianza en su contra. Internamente vería reforzado su frágil liderazgo.
Pero quizá se abriría la espita para que la oposición planteara una moción de censura. No cuentan con apoyos suficientes en principio pero la aguas bajan tan revueltas que nunca se sabe.
May ya tiene nuevo ministro del Brexit
No hay un plazo de tiempo para que el comité reciba estas cartas, pero se da por hecho que, si cuentan con apoyos, el anuncio será inminente, a más tardar la semana próxima. La votación se llevaría a cabo antes de 48 horas, y antes la primera ministra podría intentar convencerles.
Si May perdiera la moción de confianza de su propio partido, tendría que dejar de ser primera ministra, pero sería sustituida por un nuevo líder conservador. Habría al menos dos candidatos, quien proponga oficialmente la moción y un segundo.
Si hay más candidatos, votarían en secreto hasta que queden dos. Como apenas quedan cuatro meses para que el Reino Unido salga de la UE, el 29 de marzo de 2019, el Partido Conservador buscaría un atajo para contar con un líder lo antes posible.
Para unos el cisma del Partido Conservador quedaría en evidencia, algo que quieren evitar. Otros consideran que muchos tories no pueden continuar con una líder en la que han perdido la confianza hasta las próximas elecciones en 2022. Sin embargo, un problema añadido es que el Partido Conservador necesita a los 10 votos de los unionistas en el Parlamento y son los primeros que rechazan el principio de acuerdo del Brexit.
Al tiempo que los críticos suman adeptos, la primera ministra trata de rodearse de una guardia pretoriana que le ayude a sobrevivir. El ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, de quien se dijo que sería otro de los que iba a dimitir, confirmó que iba a ayudar a May a poner en marcha el mejor Brexit para los británicos. Sin embargo, no aceptó sustituir a Raab como ministro del Brexit.
Será Stephen Barclay, titular de Sanidad, quien ocupe el puesto. Fue partidario de dejar al Unión Europea y es muy leal a May. Al no tener un perfil político muy fuerte, se da por hecho que será May y su equipo quienes lleven la batuta de las negociaciones. Amber Rudd, muy cercana a May, sustituirá a Esther McVeigh en Trabajo y Pensiones.
Gove cree que es mejor convencer a May desde el propio gobierno para que renegocie la cuestión de la salvaguarda, sobre todo. Liam Fox, reconocido brexiter y titular de Comercio Internacional, coincide con Gove y subraya que es "mejor salir con acuerdo que sin acuerdo".
Aunque logre evitar la moción, o la gane, no habrá terminado la carrera de obstáculos para May. El voto del principio de acuerdo en el Parlamento será una batalla crucial y de momento está lejos de contar con la mayoría suficiente. Pocos dan hoy por probable que May empiece como primera ministra 2019. Las casas de apuesta están pendientes. Hay mucho en juego.
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