El PSOE apura los plazos para elegir a sus candidatos a las elecciones municipales y europeas del mes de mayo para contemplar la posibilidad de incluir a algunos ministros del Gobierno de Pedro Sánchez como cabezas de lista. El Comité Federal del PSOE no formalizará ninguna de ellas antes del 7 de abril, lo que permitirá al presidente valorar si cede a esos comicios alguna de las piezas de su gabinete como el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, posible candidato a la Alcaldía de Madrid, o el de Exteriores, Josep Borrell, que podría volver al Parlamento Europeo que presidió entre 2004 y 2007.
El veterano socialista, de 71 años, ha dado muestras de cansancio por la actividad viajera de su ministerio, según explican fuentes del Gobierno, que recuerdan que Sánchez había pensado en Borrell como candidato a las elecciones europeas antes de la moción de censura y de formar Gobierno en junio. En caso de que el ministro no aceptara esta oferta, el PSOE busca un independiente que pueda encabezar la lista el 26 de mayo.
Una situación similar ocurre con Grande-Marlaska, al que Sánchez había tanteado como candidato a la Alcaldía de Madrid tres semanas antes de llegar a la Moncloa. El ahora ministro ni aceptó ni rechazó un puesto que ahora tampoco descarta. Todo dependerá de la duración del Gobierno de Sánchez.
Fuentes de la dirección del PSOE confirman que ésa es la intención del calendario aprobado en el Comité Federal del 10 de noviembre, que ha retrasado la conformación de las candidaturas prácticamente al plazo legalmente establecido para presentarlas. Aunque Pedro Sánchez está trasladando su intención de agotar la legislatura hasta 2020, tanto en su Gobierno como en el partido contemplan seriamente un adelanto electoral bien en marzo o bien en otoño del año próximo.
Ese escenario permitiría destinar a pesos políticos de su Ejecutivo a distintas candidaturas sin crear un problema en el Gobierno, que pronto estaría en funciones. El hecho de no tener garantizada la continuidad en sus carteras tras los comicios, además, facilitaría la marcha de algunos ministros hacia nuevos retos.
De momento, el presidente ha asegurado que está dispuesto a gobernar por decreto en caso de que no consiga aprobar los Presupuestos, pero su entorno destaca la dificultad de sacar adelante sus medidas con sólo 84 escaños en el Parlamento y señalan la presión del independentismo catalán como un elemento desestabilizador. A favor de la continuidad del Gobierno pesa el hecho de que el PNV no quiera que se celebren elecciones generales y que Podemos tampoco esté interesado en forzarlas por la caída electoral que le vaticinan todas las encuestas.
En cualquier caso, el presidente y su jefe de gabinete, Iván Redondo, escudriñan las tendencias electorales y el momento político para decidir cuál es la fecha más oportuna para abrir las urnas. Según los últimos sondeos, el desplome de Podemos hace que sólo sea viable una coalición de gobierno, la que formarían PSOE y Ciudadanos, por lo que Sánchez ya ha tendido la mano en varias ocasiones a Albert Rivera para una colaboración parlamentaria que permita la aprobación de los Presupuestos.
Los resultados de las elecciones andaluzas del 2 de diciembre servirán de termómetro para todos los partidos y mostrará el efecto en cada uno de ellos del cambio de Gobierno a través de la moción de censura de mayo y la posterior renovación del PP con el nuevo liderazgo de Pablo Casado.
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