El ya famoso WhatsApp sobre la renovación del CGPJ que amenaza con llevarse por delante la carrera política del portavoz del Grupo Popular en el Senado, Ignacio Cosidó, no es de su factura. El hoy cuestionado portavoz, cuya situación comienza a considerarse "insostenible" lo reenvió desde otro grupo de WhatsApp más reducido al que pertenece y que remitió un cargo de Génova, también diputado. Otra cosa es que dicho parlamentario fuera el autor material de un texto que se felicitaba del control que se seguía ejerciendo, por ejemplo, sobre la Sala Segunda del Supremo, o en el que se vertían consideraciones respecto a que era mejor tener al juez José Ricardo de Prada en el Consejo "que dictando sentencias".
A ese grupo de WhatsApp más reducido pertenecen diputados, senadores y hasta ex cargos del PP, "todos amigos", pero no es muy numeroso, asegura un miembro del mismo. Así, el error de Cosidó, dice, "fue enviárselo a 146 personas", no tanto el contenido del mismo. Él, por su parte, lejos de despejar cualquier responsabilidad, ha asumido dicho texto como si fuera propio y hasta se ha disculpado por el tono coloquial del mismo, como aquello de controlar la Sala Segunda "por la puerta de atrás".
El error de Cosidó "fue enviárselo a 146 senadores", dicen fuentes populares
Admiten en el PP que el pacto para la renovación del Consejo General del Poder Judicial "generó malestar entre los nuestros, que pensaban que nos habíamos dejado engañar" y esas críticas arrecian con lo que califican de "filtración" del nombre de Marchena por parte del Gobierno. El panorama les resultaba poco menos que desolador: el PP perdía la mayoría del órgano de gobierno de los jueces y, encima, se apartaba a Marchena de la presidencia de la Sala que juzgará a los imputados por el intento de rebelión secesionista.
Por eso, el día 12 Génova envía a todos sus cargos y parlamentarios un argumentario en el que se afirma, entre otras cosas, que Marchena "es un juez que goza de un amplio prestigio profesional y tiene autoridad sobrada entre todos sus compañeros. Que una persona como él pueda presidir el CGPJ, que aglutina a todas las sensibilidades y opiniones, es una buena noticia para España y para el prestigio de la instituciones". Y lejos de hacer una lectura el clave partidista, consideraba el PP que "los profesionales que se han presentado, tanto por el turno de jueces como por cuota de juristas, son de extraordinaria profesionalidad, trayectoria e independencia".
El día 12 Génova remitió un argumentario en el que defendía la profesionalidad e independencia de los jueces
Tras arremeter contra Albert Rivera por "etiquetar a los jueces según supuestas ideas políticas" y exhortarle "a que proponga otro sistema (de elección) que garantice el equilibrio y lo lleve al Parlamento", el equipo de Casado defendía como parte de la regeneración política "cumplir con el plazo de renovación de las instituciones del Estado".
Y proseguía el texto, en un lenguaje muy aséptico, que el PP "confía plenamente en la justicia española", por lo que lo importante "no es quién presida el tribunal o quién sea el ponente de la sentencia, sino que ésta se cumpla efectivamente", en alusión al magistrado Andrés Martínez Arrieta que hubiera sustituido a Manuel Marchena al frente del tribunal del juicio del 1-O. En definitiva, un argumentario que poco o nada tiene que ver con el contenido del mensaje que Cosidó remitió a todos los senadores, muchos de los cuales lo reenviaron a su vez a sus contactos.
En el Congreso y Senado se apunta a las altas instancias de Génova
La autoría del mensaje difundido por Cosidó es uno de los secretos mejor guardados. Entre los escaños de sus señorías se apunta a altas instancias de Génova, en muy buena medida, porque eran pocos los que estaban en el secreto de la negociación con el Gobierno. Por parte del PP sólo eran dos, esto es, el propio interlocutor de Dolores Delgado, el ex ministro de Justicia Rafael Catalá, y el secretario general popular, Teodoro García Egea, al que no pocos dirigen el dedo acusador, algo tajantemente desmentido por un miembro de la dirección popular.
Porque si algo ha llamado la atención ha sido la reacción fulminante del PP de anunciar la ruptura de las negociaciones con el Gobierno tras conocer, a primerísima hora de la mañana, la decisión de Marchena. No ha dejado de ser una manera de extender una cortina de humo sobre la posible influencia del WhatsApp de Cosidó sobre la decisión del magistrado, a sabiendas de la facilidad de vincular una cosa con otra.
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