Susana Díaz, Juanma Moreno, Teresa Rodríguez y Juan Marín se enfrentaron este lunes al primer debate televisivo de la campaña electoral andaluza. Más de dos horas de discusión que lograron que Canal Sur duplicase su audiencia habitual, pero se quedase en un pobre 13% de share en pleno prime time. 431.000 de los más de 6,5 millones de andaluces llamados a las urnas se asomaron al ring político, en el que se escenificaba una pelea cuyo resultado parece decidido de antemano y cuyos púgiles son exactamente los mismos que hace cuatro años, en una suerte de irresoluble día de la marmota.
Todas las encuestas coinciden. El PSOE ganará las elecciones del próximo 2 de diciembre y podrá elegir socio de Gobierno entre Ciudadanos y Adelante Andalucía, que competirán con el Partido Popular por el segundo puesto en una carrera que ahora mismo es un empate técnico de acuerdo a las principales empresas sociológicas, con el CIS a la cabeza. Ningún partido alcanzará la mayoría absoluta, situada en 55 diputados, y el promedio de encuestas sitúa al hipotético bloque de derechas a más de diez escaños de ese umbral.
Así las cosas, el principal interés de los comicios parece residir en la lucha fratricida entre PP y Ciudadanos. Para el partido de Rivera, que repite en Andalucía con Juan Marín, imponerse a Juanma Moreno sería un espaldarazo decisivo para su proyecto nacional, que parece el foco principal de su campaña: en el debate, el cabeza de lista de Cs se refirió de manera continua a Cataluña y al desafío independentista, mientras reprochaba al candidato popular que durante su estancia en la oposición no había hecho "nada" por Andalucía. Hasta se lo escribió, a mano, en un cartel de entre los muchos que inundaron la discusión.
Será una batalla en clave interna, porque el equilibrio ideológico no amenaza con romperse. Sólo en Cádiz y Málaga prevé el CIS que algún escaño pueda saltar del bloque de izquierdas (PSOE+AA) al de derechas (PP+Cs). En el resto, los repartos se mantendrían invariables, incluso en Almería, donde podría llegar a irrumpir Vox. Este es el panorama antes de la batalla:
Sevilla (18 diputados)
La provincia que más diputados reparte es, también, en la que menos se mueve la fotografía respecto a las elecciones de 2015. Los ocho diputados que entonces consiguió aquí Susana Díaz no cambiarán, según el CIS, que mantiene también los cuatro asientos de Adelante Andalucía, que desbancaría al PP como segunda fuerza más votada en la provincia. De hecho, si las predicciones de Tezanos se cumplen, el bloque de izquierdas podría sentirse incluso perjudicado: crecería casi un 7% en votos, pero nada en escaños.
Sólo se moverían en la derecha: el PP perdería uno que iría a parar directamente a Ciudadanos. Aquí, según el CIS, ambos partidos luchan por la tercera plaza en el entorno del 15% de sufragios, lejos del 22% del PP en 2015. Vox, pese a que ha hecho demostraciones de fuerza en la capital en el arranque de la campaña, quedaría con un 2,67% de las papeletas, muy lejos del umbral mínimo para conseguir representación. En el PP temen que esos votos inútiles puedan llegar a regalar un diputado al PSOE gracias al sistema de restos.
Málaga (17 diputados)
Algo más esperanzador para Moreno y Marín es el panorama en Málaga. La provincia ya fue una de las más activas en la campaña de las primarias del Partido Popular, y Ciudadanos ha aprovechado para lanzar aquí a su candidato más mediático: el exseleccionador nacional de baloncesto, Javier Imbroda. La mayoría de encuestas dan aquí una caída del PSOE y del PP en favor de Ciudadanos. El CIS la matiza y, como de costumbre, pronostica que el PSOE se mantendrá en seis diputados.
El PP, que en 2015 estuvo a dos puntos de vencer en la provincia, diría adiós a ese objetivo y se repartiría el voto con Ciudadanos de manera casi simétrica: el CIS los sitúa a ambos en el 21%, con Imbroda algo por delante. El PP, sin embargo, tiene en la provincia muchos feudos desde los que batallar. El empuje de la derecha sí le quitaría aquí un escaño a Adelante Andalucía, y Vox podría llegar a emerger como factor de desequilibrio. El CIS le sitúa en el 4% y otras encuestas dan a la formación de Abascal opciones claras de conseguir representación por Málaga. Su cabeza de lista aquí es Eugenio Moltó, que antes había sido afiliado durante diez años al PP de Estepona.
Cádiz (15 diputados)
Parece que la provincia de Teresa Rodríguez y José María González 'Kichi', los Clinton de Cádiz, matizará su efusividad rupturista en las elecciones del próximo 2 de diciembre. Es, junto a Málaga, el único territorio en el que la derecha aspira a crecer de manera clara. Los sondeos pronostican que Adelante Andalucía perderá uno de los escaños que consiguió la suma de Podemos e IU en 2015, y no dan por seguro que vaya a parar al PSOE.
Ciudadanos, según el CIS y el resto de encuestas, podría pasar de uno hasta cuatro diputados, y el PP aspira a dejarse sólo un escaño por el camino. Incluso Vox emerge amenazante cerca del 4% según el encuestador público, aunque en el PP no sitúan Cádiz como una de las provincias en riesgo. La polarización ideológica será uno de los elementos a analizar en una de las provincias más golpeadas por el paro, la inmigración e incluso la problemática del narcotráfico en el campo de Gibraltar.
Granada (13 diputados)
Como Sevilla, Granada es otra de las provincias en las que los vaivenes electorales se esperan sólo dentro de un espectro. El CIS mantiene los cinco escaños de PSOE y los tres de Adelante Andalucía, pero pronostica que Ciudadanos ganará dos asientos (de uno a tres), a costa del Partido Popular, que caería de la segunda a la última plaza en una provincia en la que en 2015 superó el 30% de los sufragios y ahora no llegaría al 19%.
Almería (12 diputados)
Un campo de batalla decisivo para el Partido Popular, que triunfó en esta provincia en 2015. Obtuvo el 37% de los votos, más de cuatro puntos por delante del PSOE y con Ciudadanos contenido por debajo del 10%. La que en las primarias del PP fue una provincia zoidista y cospedalista, ahora se dibuja como el feudo de Vox. La encuesta del CIS pronostica que la formación de ultraderecha conseguirá su único escaño por esta circunscripción, con un sorprendente 7,55% del voto. En intención directa de voto, de hecho, se quedaría a sólo cuatro décimas de Adelante Andalucía.
El PP lanza aquí a la senadora María Isabel Sánchez para tratar de retener un enclave básico para su matemática electoral. Caer en Almería supondría el inicio de un efecto dominó que sería difícil detener en el resto de provincias. En este sentido, juega un papel crucial lo que suceda con Vox. Si el partido verde consiguiera representación, los bloques se mantendrían equilibrados. Si se quedase al límite, posiblemente su escaño acabaría en manos del PSOE, presumible primera fuerza por la división del voto entre PP y Cs.
Córdoba (12 diputados)
Es otra de las circunscripciones en las que el PP teme que los votos de Vox -con pocas opciones de representación aquí- puedan beneficiar a terceras formaciones. En este caso a Podemos, que apunta a ser la segunda fuerza más votada después de un sólido PSOE. De hecho, es una de las provincias que las encuestas coinciden en señalar como más desfavorables para el bloque de derechas. Según el CIS, el PP perdería aquí dos diputados, sólo uno de ellos en favor de Ciudadanos.
Huelva (11 diputados)
El CIS pronostica que una de las provincias más monocromáticas de Andalucía lo será más todavía. Hasta un 44,3% de intención de voto refleja el CIS, que sin embargo concibe la posibilidad de que Teresa Rodríguez le robe un escaño a Susana Díaz. Mismo movimiento podría darse entre Ciudadanos y PP, aunque las previsiones en Huelva para el partido de Juan Marín son más modestas.
Jaén (11 diputados)
Más positivo es el escenario para Ciudadanos en esta provincia, en la que no consiguió representación en 2015, pero en la que podría llevarse hasta dos escaños en las elecciones de diciembre. Es un escenario algo abierto, dentro del absoluto dominio del PSOE. Los socialistas podrían llegar a perder un parlamentario jienense, que no iría a Adelante Andalucía sino al PP, que aspira a contener su caída en otra de las provincias en las que más peso ha tenido históricamente.
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