No lo va a tener fácil la mesa del Congreso en su reunión del próximo martes cuando tenga que dirimir si hubo o no escupitajo contra el ministro de Exteriores, José Borrell, o si solo fue un gesto tabernario inconcluso más propio de bronca de barra de bar. Y es que no sólo desde el Grupo Socialista han rebajado la tensión sobre la bochornosa sesión de control al Gobierno del pasado miércoles, sino que incluso en el entorno de la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, admiten que lo que hizo el diputado de ERC Jordi Salvador cuando pasa a la altura del ministro se trató de "un gesto interpretable".
Pastor decidió elevar la denuncia de Borrell a la próxima reunión de la Mesa por si fuera necesario tomar medidas contra el parlamentario independentista, que este jueves negó -con sus propias palabras y no a través de las del portavoz Joan Tardá-, que escupiera al que es una de sus grandes "bestias negras" por la posición anti independentista de Borrell. Pastor ya mantuvo un reunión de diez minutos este jueves a petición del parlamentario. Para la presidencia de la Cámara la cuestión se complica cuando "los propios diputados del PSOE no lo vieron", afirman las mismas fuentes consultadas.
Entre ellos está la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, que se sienta en el Hemiciclo detrás del titular de Exteriores. Si bien admitió que vio el "ademán" del diputado de ERC, en cambio "no he visto que escupía", dijo pocos minutos después del incidente. Quizá ello explique la frialdad con que la bancada socialista acogió las acusaciones que hizo Borrell contra un esquivo Salvador que no le quiso mirar en ningún momento a pesar de las protestas del ministro.
Otro miembro popular de la Mesa admite que "las cámaras (del circuito cerrado) no han mostrado que eso se pueda probar", en alusión al ya famoso escupitajo que, a su juicio, "es lo de menos". Lo peor, afirma, "es la crispación, los insultos, la falta de respeto" y cree que la reunión de la próxima semana se va a centrar más en una reflexión general sobre la deriva del debate parlamentario que en el diputado independentista.
Limitación de la Mesa
Lo cierto es que la Mesa "no puede tomar muchas medidas" contra aquellos diputados que alteren gravemente la labor parlamentaria. Una de ellas, según el Reglamento del Congreso de los Diputados, pasa por privarle de asistir a varios plenos e, incluso, en teoría, retirarles la remuneración. Pero eso, en teoría. Porque incluso cuando los nueve diputados de ERC y los ochos del PdeCat decidieron dejar de acudir al Congreso en protesta por las primeras detenciones que provocaron el cerco contra la consejería de Economía de la Generalitat, en septiembre del año pasado, continuaron cobrando su sueldo. "Si no se pudo hacer nada entonces, tampoco ahora", dice con un tono fatalista otro miembro de la Mesa.
La "sanción", de producirse, puede quedarse en un apercibimiento
Incluso aún determinando que los hechos son como los narra Borrell, la cosa podría quedar en un apercibimiento o en una reunión formal de Pastor con los diputados Salvador y/o Gabriel Rufián -que forzó su expulsión del pleno al que siguieron sus compañeros de grupo por solidaridad-. Estas son las escasas medidas de presión que ejerza el órgano rector de la Cámara Baja.
Todo apunta a que serán los representantes de Ciudadanos en la Mesa, Ignacio Prendes y Patricia Reyes los más batalladores para que se tomen medidas contra el parlamentario de ERC. El tono de las declaraciones de su jefe de filas, Albert Rivera, afirmando que el escupitajo lanzado por Salvador no iba tanto contra un ministro sino "contra España", hace augurar una posición de dureza por parte de los naranjas. De hecho, fue Ciudadanos quien reclamó formalmente retirar el sueldo a los diputados nacionalistas por sus ausencias reiteradas así como las ayudas que les corresponde a su grupos, uno propio y los otros dentro del Mixto.
Bronca de Pastor a Rufián
La presidenta del Congreso ya citó en un aparte a Rufián tras enarbolar unas esposas durante una pregunta parlamentaria al entonces ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido. Pocas semanas antes, previo al 1-O, se presentó en el pleno pertrechado de una fotocopiadora y lanzado esas frases lapidarias tan propias. “No me montes un numerito cada miércoles”, le dijo Pastor a Rufián en su despacho. “Esto no puede seguir así”, ha rematado la presidenta de la Cámara. Corría el 21 de noviembre, Doce meses después la situación no ha mejorado mucho.
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