El bombo con que la Unión Europea y el Reino Unido han certificado los papeles de su divorcio no puede llevarnos a confusión. Esta historia de 45 años de amor y desamor no ha terminado todavía. Empieza la parte con más suspense del serial del Brexit, que se hará efectivo a medianoche del 29 de marzo de 2019, dos años después de que el Reino Unido activara el artículo 50.
Vamos a contrarreloj para llegar a la fecha en la que el Acuerdo de Salida, que ha recibido el domingo la luz verde de los Veintisiete y del Reino Unido, se traduzca en la desconexión. Entonces comenzará el periodo de transición, más complejo aún, que puede prolongarse hasta el 1 de enero de 2023.
Esa fecha de salida del 29 de marzo de 2019 puede ampliarse pero requiere unanimidad y es complejo el mecanismo. Además, entre el 23 y el 26 de mayo se celebran elecciones al Parlamento Europeo, ya sin los británicos.
También se ha firmado en la cumbre extraordinaria de Bruselas la Declaración Política, de 36 páginas, que esboza las líneas generales que regirán las relaciones futuras, aún por negociar.
Ese Acuerdo de Salida, que consta de 585 páginas, ha superado los primeros obstáculos: cuenta con el visto bueno del Gobierno de Theresa May, tras la dimisión, entre otros, del ministro del Brexit, Dominic Raab. En la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno ha recibido el primer visto bueno conjunto de los Veintisiete y el Reino Unido.
Pero ahora comienzan los capítulos más inquietantes: el primero tendrá lugar en Westminster. El Parlamento británico debatirá y votará el Acuerdo de Salida el 10 y 11 de diciembre, previsiblemente, justo antes de la última cumbre de la UE del año, el 13 de diciembre.
Si el Parlamento británico aprobara el texto, en febrero votaría el Parlamento Europeo, donde se requiere mayoría simple para lograr luz verde. Después ministros y secretarios de Estado de Asuntos Europeos lo aprobarán en un Consejo de Asuntos Generales.
May, en campaña
La mayor incógnita es qué va a pasar en el Parlamento británico, donde ya hemos visto unos debates enardecidos sobre el Acuerdo. La primera ministra, Theresa May, parece imbuida por una misión que ella considera a su alcance pero el resto vemos prácticamente imposible. May está convencida de que puede convencer a los británicos y a sus representantes en Westminster de que los papeles del divorcio son inmejorables. “Defiendo el Acuerdo en bien del interés nacional”, reitera May.
Tras mantener a flote su Gobierno a duras penas, tras una oleada de dimisiones, May está en campaña mediática. Ha anunciado que hasta que el Parlamento vote va a moverse por todo el país para explicar cómo este Acuerdo abre “un nuevo capítulo en la Historia” del país y que la alternativa es el caos. El domingo dirigía una carta a los británicos y apelaba a la reconciliación.
I will take this deal back to the House of Commons confident we have achieved the best deal available and full of optimism about the future of our country. #BackTheBrexitDeal pic.twitter.com/NBm2kGZU5B
— Theresa May (@theresa_may) November 25, 2018
Con una flema a prueba de brexiters, May va a dejarse la piel en este desafío. Lo tiene francamente difícil. “May va a necesitar un milagro para lograr luz verde en el Parlamento. O consigue convencer a su partido y parte de los laboristas o será rechazado. Su baza sería imponer su discurso de ‘o yo o el caos’ en la ciudadanía, los medios, los partidos… Y si acaso sería en una segunda votación”, señala Salvador Llaudes, investigador senior del Real Instituto Elcano. “La incertidumbre no desciende, incluso aumenta. Es una situación nunca vista antes”, añade el experto.
El Acuerdo es un miserable fracaso. Reúne lo peor de los dos mundos", señala Corbyn, líder laborista
El líder laborista, Jeremy Corbyn, que ve cómo en las encuestas su formación ya aventaja a los tories, está en contra del Acuerdo. “Es un miserable fracaso. Reúne lo peor de los dos mundos”, señalaba tras la cumbre del domingo. El ex ministro del Brexit Dominic Raab, que dejó el cargo el 15 de noviembre, asegura que “es mejor quedarse en la UE que el Acuerdo actual”.
Al mismo tiempo en cualquier momento el presidente del Comité 1922, Sir Graham Brady, puede anunciar que ya ha recibido 48 cartas en demanda de una moción de confianza. El brexiter Jacob Rees-Mogg fue el primero en anunciar su desafío a May, tras conocerse el borrador del Acuerdo en la noche del 14 de noviembre.
Según los medios británicos, al menos 26 diputados tories han suscrito el requerimiento. La moción la votan los conservadores y necesitan 159 votos (la mitad más uno de sus escaños) para deponer a May como su líder. Habrían de elegir a otro conservador como primer ministro.
Incluso los unionistas del DUP (Partido Unionista Democrático), que con sus diez diputados en Westminster son vitales para la supervivencia del Gobierno de May, están en contra. La salvaguarda (backstop) que se aplicaría en la transición para evitar una frontera dura con la República de Irlanda no les convence.
May está siendo hábil al plantear que la alternativa es quedarse en la Unión Europea, o bien el caos", afirma Luis Bouza
Los unionistas norirlandeses están en contra de que haya cualquier diferencia de trato de Irlanda del Norte. Sin embargo, los republicanos norilandeses coinciden con la República de Irlanda en considerar anatema que haya una frontera interirlandesa.
Según Luis Bouza, profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid, “May está siendo hábil al plantear que la alternativa a este Acuerdo es quedarse en la Unión Europea, o bien el caos. Es cierto que la alternativa es el caos”.
Escenarios si Westminster dice no
Si May sobrevive hasta la votación del Parlamento del 10 y 11 de diciembre, una de las decisiones más trascendentales nunca vistas en Westminster, según la propia primera ministra, tendrá que someterse al bombardeo de preguntas de los parlamentarios. Si el llamado Acuerdo de May es rechazado, hay varios escenarios en el horizonte, según The Guardian.
1. Segunda votación en Westminster. Lo primero que intentará hacer probablemente es algún retoque pactado con Bruselas, aunque tanto Juncker como Barnier insisten en que no hay otro acuerdo posible. Intensificará su mensaje sobre el caos que se avecina, sin ese Acuerdo. Necesitará el respaldo de Bruselas, la City, la opinión pública y la ciudadanía.
2. May dimite. Ahora se niega ni siquiera a admitir ni siquiera la posibilidad de irse, pero es un hecho que su futuro está ligado al Acuerdo. Si el rechazo es tan grande que lo ve imposible de superar, podría aceptar la derrota y renunciar. De momento elude la cuestión y se muestra firme como una roca.
Sería sustituida por otro líder conservador, que probablemente intentará cambios en el Acuerdo, lo que sería muy complejo. Hay varios que esperan su turno, desde el ex ministro de Exteriores, Boris Johnson, que dejó el Gobierno el verano pasado, hasta Jacob Rees-Mogg.
3. May convoca elecciones generales. Es posible que su órdago vaya hasta el punto de creer que los ciudadanos entenderán su mensaje mejor que sus correligionarios del partido y vuelva a anticipar las elecciones, ahora previstas para 2022. La última vez que se vio tentada por esa maniobra, en junio de 2017, logró una victoria pírrica.
Los laboristas se frotan las manos con esta opción porque, pese a sus tumbos con el Brexit, están a solo tres puntos de los conservadores en los sondeos y suben día a día. También es posible que se llegue a elecciones por una moción de censura de los laboristas. Primero cae May, por abandono de sus propios correligionarios y del DUP, y luego el partido de Corbyn llama a las urnas.
4. Un segundo referéndum. May niega por activa y por pasiva que sea una opción porque los británicos ya se manifestaron. Los laboristas no lo descartan si lo demandan sus bases. Tendría que haber un gran apoyo social para esa opción para que los diputados optaran por convocar de nuevo a las urnas. Unas 700.000 personas se manifestaron el mes pasado en Londres en demanda de una nueva convocatoria sobre la salida de la UE. Otra cuestión sería si se sometería a consulta el Acuerdo actual. Optar entre quedarse o seguir por esa vía.
5. Divorcio sin acuerdo. El 29 de marzo de 2019 es el último día del Reino Unido como miembro de la Unión Europea. Salir de la UE sin acuerdo perjudicaría a todos, especialmente a los británicos, que corren el riesgo de que su país salte por los aires.
El final de esta historia está por escribir. Continuará.
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