Política

PODEMOS

Los expulsados de Podemos Navarra estudian ir en solitario a las autonómicas

La ex líder navarra, Laura Pérez, fue suspendida por Podemos junto a otros tres diputados en lo que fue visto como una "purga política"

Laura Pérez, ex secretaria general de Podemos Navarra,, en una imagen de archivo
Laura Pérez, ex secretaria general de Podemos Navarra,, en una imagen de archivo | EP

La oposición interna de Podemos en Navarra podría convertirse también en su oposición parlamentaria. La corriente crítica del partido de Pablo Iglesias en la Comunidad foral, aglutinada ahora en la plataforma Nafarroa Oran Bai y liderada por la ex secretaria general Laura Pérez, de la corriente anticapitalista, estudia estos días la posibilidad de concurrir en solitario a las elecciones autonómicas de 2019, enfrentándose en las urnas a sus antiguos compañeros de partido tras ser expulsados de la formación a principios de año.

La plataforma navarra, que ya existía como tal dentro del partido morado, siempre ha discrepado con la entrada de Podemos en el gobierno cuatripartito de Uxue Barkos. Frente a la estrategia impulsada por Iglesias de entrar en los ejecutivos a todos los niveles, esta corriente siempre ha abanderado el rupturismo, más partidaria de de marcar distancias con el ejecutivo de Geroa Bai, donde se integra el PNV, y fiscalizar la acción de Gobierno en lugar de compartirla con el objetivo de convertirse en "alternativa real" de Gobierno. Este fin de semana la corriente ha mantenido reuniones para debatir esta posibilidad con el fin de recabar los apoyos del electorado que se ha quedado "huérfano" tras la deriva del partido morado. La decisión aún no está tomada pero podría consolidarse en las próximas semanas.

Navarra ha sido escenario de uno de los múltiples focos de conflicto de Podemos a lo largo de todo el país. La crisis navarra comenzó en las primarias internas que el partido celebró hace un año y medio, en las que el diputado pablista Eduardo Santos se alzó con la Secretaría General de la federación navarra, desbancando a Laura Pérez por sólo 28 votos. La ex líder del partido fue expulsada unos meses después en lo que fue interpretado por los suyos como un intento de purgar a los críticos de la formación.

Los cuatro diputados expulsados hace año y medio han denunciado la irregularidad de sus sanciones

Junto a ella, Podemos apartó a Carlos Couso, Fanny Carrillo y Rubén Velasco, los tres diputados que apoyaron a la ex secretaria general y que junto a Pérez suman una mayoría en el grupo parlamentario. Pese a los reiterados llamamientos hechos por Podemos a los cuatro diputados para que renuncien a su acta parlamentaria, los afectados han defendido la irregularidad de sus sanciones y se han resistido a abandonar su trabajo en el Parlamento foral, al que podrían volver después de las próximas elecciones.

“Detrás de esta maniobra se esconde una clara intención de orientar el cambio en Nafarroa desde Madrid, fruto de la incomodidad que ha generado mi frontal oposición a posibles alianzas con los partidos del Régimen del 78 y a un Podemos domesticado”, defendió Laura Pérez después de que el partido ratificara su expulsión. No es el único territorio donde se están produciendo tensiones por el cambio en la política de pactos de Pablo Iglesias. Si en Vistalegre 2 el secretario general de Podemos defendía que no había que parecerse al PSOE "ni en los andares", meses después rectificaba la estrategia y daba la directriz a sus territorios de llegar a pactos para entrar en los Gobiernos.

Ahora, Nafarroa Oran Bai se plantea la posibilidad de establecerse como partido y concurrir a las elecciones navarras de primavera de 2019. El desencanto con Podemos, que nació en 2014 con el objetivo de impugnar el orden político establecido, se ha extendido en una parte de la formación, que considera la nueva política de pactos del partido como una forma de connivencia con los partidos ya establecidos.

Navarra se suma así a los territorios que plantan cara a Iglesias. En Andalucía, la también anticapitalista Teresa Rodríguez ya anunció su negativa a entrar en el Gobierno socialista andaluz, desoyendo las directrices de Podemos a nivel estatal. Mientras, en la Comunidad de Madrid la anticapitalista Lorena Ruiz-Huerta, abandonó hace un mes y medio la vida política y renunció a la Portavocía del grupo parlamentario madrileño ante las discrepancias con la deriva de la organización.