La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, se manifestó ayer sobre el ofrecimiento de la Comunidad Valenciana como "tierra de acogida" para los doce inmigrantes rescatados por un pesquero en costas de Libia que donde deben ir es al puerto "más cercano", que "ahora mismo no es ninguno español".
Calvo se pronunció así al ser preguntada en un acto público sobre la posibilidad de autorizar al pesquero de Santa Pola (Alicante) a que regrese a las costas valencianas con las personas rescatadas a bordo.
La vicepresidenta, que ha recordado que Libia ya recogió a otra embarcación que también corría peligro, ha resaltado que también están hablando "constantemente" con el patrón del pesquero español, que ha hecho "algo que la ley del mar obliga pero con una dignidad increíble: ha recogido a estas personas cuyas vidas peligraban".
"En este momento estamos haciendo el trabajo que nos corresponde para que en el puerto más cercano y seguro puedan desembarcar estas personas", ha incidido tras considerar que estos asuntos hay que abordarlos "con la profundidad de quienes se están jugando sus vidas", como ha hecho, "con mucha dignidad", el pesquero español.
La decisión del Ejecutivo choca frontalmente con la tomada con los 630 rescatados por el Aquarius que recogió España al considerar que no tenían ningún puerto seguro para desembarcar. En ese caso, Sánchez ofreció Valencia para "cumplir con los compromisos internacionales". Pero no fue la única ocasión, ya que la situación se repitió con decenas de inmigrantes en riesgos recogidos por el Open Arms y acogidos en ciudades como Palma o Barcelona.
Sin embargo, en esta ocasión y ante la misma encrucijada, la decisión del Ejecutivo es firme: devolverlos a Libia porque "es un puerto seguro". Por su parte, Malta e Italia se niegan a que el pesquero desembarque en sus costas.
El recate ocurrió sobre las 20 horas del pasado jueves, cuando una patrullera libia localizó dos pateras que se encontraban próximas al pesquero y tres de los inmigrantes subieron a bordo del pesquero alicantino por sus propios medios y el resto se tiraron al agua.
La patrullera se llevó a la costa a las personas que continuaban en las pateras y dejó en el agua a los que se habían tirado, quienes fueron rescatados por el Nuestra Madre Loreto, que tiene además una tripulación de 13 marineros.
El PP pide que se proteja a los tripulantes
La presidenta del PP de la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig, ha reclamado que el Gobierno proteja no solo a los migrantes rescatados sino también a los doce tripulantes, pues ha asegurado que ni el Gobierno valenciano ni el de España "se han puesto en contacto" con sus familias.
Bonig ha manifestado en los pasillos de Les Corts Valencianes que le parece "fenomenal" que el Gobierno valenciano "se apresure" a ofrecerse a acoger a esos inmigrantes, pero ha destacado que en el barco hay doce tripulantes españoles, cuyas familias viven con "angustia" y "desasosiego" por la ausencia de noticias suyas.
Ha reclamado al president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, y a la vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra, que "no se quiten las pulgas de encima" y ejerzan su responsabilidad, para que el Ministerio de Asuntos Exteriores haga todas las negociaciones y además se dé información a la familia, que está "desamparada".
"Hay que proteger a los inmigrantes, pero también hay que proteger a doce compatriotas nuestros, valencianos y españoles, que en un acto de humanidad, de caridad y de solidaridad, arriesgaron su vida y su trabajo y que ahora están abandonados a su suerte" en alta mar, ha afirmado la dirigente del PP.
El portavoz socialista en Les Corts, Manuel Mata, ha defendido que la Comunidad Valenciana dio "un puñetazo de solidaridad" cuando acogió al Aquarius, y va a "seguir dando puñetazos de solidaridad" en una cuestión que es de ámbito europeo.
Los rescatados, mareados por el temporal
Los doce inmigrantes rescatados hace seis días presentan "mareos" por el fuerte temporal que azota la zona y que, previsiblemente, se alargará hasta mañana por la noche.
Así lo ha relatado a Efe la madre del patrón del barco, Pepi Irlés, quien ha señalado que debido a las adversas condiciones climatológicas les están siendo prácticamente imposible comunicarse vía satélite con su hijo, Pascual Durá.
A primera hora del día, no obstante, sí han podido hablar telefónicamente con él y este les ha comentado que los inmigrantes "están mareados" aunque ha añadido que "no hay que preocuparse" demasiado ya que es normal por el movimiento del pesquero.
En todo caso, la mala mar impide al Nuestra Madre Loreto faenar y tampoco aproximarse a ningún puerto, con un viento de unos 35 nudos y olas de varios metros de altura.
Irles ha relatado que está "angustiada" por lo que está ocurriendo y ha pedido buscar pronto una solución para las doce personas que han sido rescatadas del mar.
"Mi hijo es muy optimista y siempre intenta calmarnos: Nos ha dicho que la gente está mareada pero que no nos preocupemos", ha relatado Irles, quien no tiene constancia de que haya avances diplomáticos para solucionar esta situación.
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