Política

La estrategia del PP con Vox: "No pisarse la manguera" y fagocitarlos desde el Gobierno

Pablo Casado en el acto del 40 aniversario de la Constitución | EFE

El PP andaluz evitará la oposición dura a Vox con el objetivo de dar estabilidad al nuevo ejecutivo de la Junta de Andalucía y de recuperar los votos 'fugados' al partido de su derecha. Génova ya ha transmitido la consigna de "no pisar la manguera" a los de Santiago Abascal y evitar el choque frontal con un partido que podría ser necesario para futuros gobiernos, señalan fuentes de la dirección. Huir de la confrontación sería el primer paso para intentar reconquistar al electorado que tradicionalmente ha votado al Partido Popular y que en esta ocasión ha apostado por Vox.

Por primera vez en la historia, el Partido Popular gobernará en la Junta de Andalucía gracias al acuerdo con Ciudadanos que estos días se negocia en la capital andaluza. Juanma Moreno y Juan Marín se repartirán las consejerías del ejecutivo, que estará sustentado desde fuera por Vox, que está liderado en Andalucía por el magistrado Francisco Serrano. De este modo, los populares entrarán en el Palacio de San Telmo por primera vez en la historia pese a haber cosechado su peor resultado electoral en 28 años, y lo harán gracias a la fuerte irrupción de Vox. El trasvase del voto del Partido Popular a Vox ha sido evidente, y mientras la formación de Pablo Casado perdía 6 escaños en el Parlamento de Andalucía, los segundos se hacían con 12 diputados.

La idea del Partido Popular consiste en recuperar al electorado perdido. En el corto plazo, la estrategia consiste en reducir las tensiones con Vox y evitar el desgaste de un partido que en las municipales de 2019 y en las generales de 2020 podría ser esencial en la conformación de ejecutivos del PP. Sin embargo, en el medio plazo Andalucía será el escenario de pruebas para intentar anular a su competencia directa por la derecha. Una vez en la Junta de Andalucía, los populares tratarán de desactivar a Vox desde el Ejecutivo.

En los últimos días ya se han podido observar ligeros giros en las dinámicas del PP, que ha empezado a plantar cara a Abascal en los escenarios en los que ha ganado apoyos. Uno de ellos ha sido la defensa de la caza y la tauromaquia. El líder de Vox apeló en campaña a la defensa de las tradiciones y el mundo rural. Pablo Casado quiere ahora ejercer un contrapeso a estas banderas. Este mismo lunes, sin ir más lejos, el presidente del Partido Popular hizo una férrea defensa de la caza y la pesca, batallando un escenario que ahora mismo está completamente capitalizado por Abascal.

"Como Aznar con Unió Valenciana"

La hoja de ruta de los populares pasa por fagocitar a Vox mediante la acción de gobierno. Desde Génova establecen paralelismos con lo que ocurrió con el partido regionalista de Unió Valenciana, que terminó por desaparecer después de varios pactos con el PP de Aznar. El descalabro del partido valenciano comenzó en 1991, cuando decidió dar a Rita Barberá la Alcaldía de la ciudad de Valencia para desalojar al PSPV. Este pacto daría comienzo a 24 años de alcaldía popular en Valencia.

Unos años más tarde, en 1995, el entonces presidente del PPCV, Eduardo Zaplana, fue investido presidente de la Generalitat Valenciana tras obtener mayoría simple, pero en las que el bautizado como 'Pacto del Pollo' con Unió Valenciana le llevó a presidir el Consell. Esta concatenación de pactos culminó con la investidura de José María Aznar como presidente del Gobierno en 1996. Por entonces, el líder del PP llegó a La Moncloa gracias a la abstención del diputado de Unió Valenciana José María Chiquillo. En las siguientes elecciones valencianas de 1999, el Partido Popular consiguió mayoría absoluta y no necesitó para gobernar a un partido regionalista que quedó completamente desdibujado tras su política de pactos.

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