"El PP quiere irse a comer el turrón con el acuerdo cerrado". Un dirigente de Ciudadanos resumía con esta expresión el momento actual de las negociaciones que mantienen con el Partido Popular para formar por primera vez un gobierno que rompa con los cuarenta años de hegemonía socialista. La formación de Albert Rivera ha mantenido estos días varias reuniones con los populares, a quienes exigen la firma de un paquete específico de medidas para aprobar en los primeros 100 días de Gobierno, coincidiendo con la precampaña de las elecciones municipales, autonómicas y europeas de 2019.
PP y Cs buscan un triple acuerdo negociado conjuntamente: de programa, para la formación de la Mesa del Parlamento andaluz y sobre composición del Gobierno. El acuerdo programático está ya culminado entre ambos partidos, si bien Ciudadanos le reclama a los populares, como condición para formar Gobierno, un documento con "entre 80 y 100 medidas" para que salgan adelante en los primeros tres meses después de la investidura. El partido Entre estas propuestas estará la supresión del Impuesto de Sucesiones, en las que ambas formaciones están de acuerdo, y otras relativas a la regeneración política.
Este apartado, "el que más cuesta arrancar", incluye la reforma de la Ley Electoral en Andalucía para conseguir más proporcionalidad en la elección de los representantes frente al actual sistema, que refuerza las mayorías de PP y PSOE. Esta reforma, de llevarse a cabo, supondría un varapalo para populares y socialistas en las elecciones municipales. No es la primera vez que Ciudadanos plantea esta reforma en Andalucía: en una iniciativa presentada el pasado febrero en el parlamento andaluz, el partido de Juan Marín propuso una reforma que contemplaba la redistribución de los escaños asignados a cada circunscripción, más acorde con la población real.
En esta iniciativa pedía que cada provincia tuviera a priori seis diputados (en lugar de los 8 actuales) y que el resto de dirigentes, 61, se repartan entre las circunscripciones de forma proporcional a la población de cada una de ellas. La reforma electoral ya fue una de las condiciones ya exigieron en 2015 para hacer presidenta a Susana Díaz y que quedó en papel mojado. En esta ocasión, al formarse un gobierno de coalición, desde Ciudadanos confían en tener más control sobre los acuerdos, después los sonados incumplimientos que han soportado desde entonces, tanto por parte del PSOE andaluz como del PP de Mariano Rajoy.
Y ahí entra también la composición del Gobierno, en la que Ciudadanos exige la mitad de las consejerías de la Junta de Andalucía, además de la Vicepresidencia para Juan Marín, a cambio de hacer presidente a Juanma Moreno Bonilla. El gobierno andaluz está compuesto actualmente por 13 consejerías contando con la consejería de Presidencia. En el organigrama de la Junta no existe ninguna consejería asignada a la Vicepresidencia de la Junta, aunque el acuerdo abre la puerta a crear un nuevo área de Gobierno, donde Moreno y Bonilla tengan sus departamentos diferenciados y donde Ciudadanos y PP se repartan el resto de responsabilidades. Desde Génova advertían que la consejería de Hacienda era "innegociable", según adelantó El Independiente. Una exigencia que no supone demasiado esfuerzo para los de Rivera, que no darán la batalla en este punto y que, mantienen, prefieren las carteras más relacionadas con medidas sociales.
Cs pide al PP exclusividad en el acuerdo y apartar a Vox
Otra de las exigencias que plantea Ciudadanos es mantenerse al margen de Vox y así se lo ha exigido al PP en los últimos días, bajo amenaza velada de abandonar las negociaciones. Las primeras turbulencias en este sentido llegaron en las conversaciones sobre la composición de la Mesa del Parlamento, un órgano determinante para el desarrollo de la legislatura encargado de la admisión de iniciativas y la ordenación del debate, en el que el PP quería incluir a Vox. Este órgano se elegirá el próximo viernes 27 de diciembre, cuando se constituye el Parlamento.
La semana pasada, el PP mantuvo con VOX una reunión extraoficial que, al hacerse pública, rebeló a Ciudadanos, que en su siguiente encuentro exigió al PP abandonar cualquier negociación que no fuera con su partido. La Presidencia de la Mesa sería para Ciudadanos y contaría con el visto bueno del PP. La mayor discrepancia sería respecto al reparto del resto de sillas. El órgano cuenta con 7 miembros -uno de ellos, el presidente-, y la apuesta de Cs sería otorgar tres representantes al PSOE, dos al PP y dos a Ciudadanos para asegurar así su mayoría absoluta.
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