Mañana del 25 de diciembre de 2018. En una esquinada mesa de la cafetería de la estación de trenes de Jerez, a esa hora vacía, se produce una insólita estampa. Los líderes de Ciudadanos, Podemos e IU en Andalucía, Juan Marín, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, respectivamente, negocian sobre otra Mesa, la del Parlamento andaluz, el órgano que gobierna la Cámara, marca sus plazos y ordena sus debates. Su control es fundamental para manejar procesos como la investidura compleja que se plantea a partir del día 27, fecha de constitución del Parlamento.
Fuentes asistentes a ese encuentro admiten que su objetivo fue la negociación sobre la Mesa, formada por siete personas. En principio, la mayoría formada por PP, Ciudadanos y Vox daría a la coalición de gobierno acordada por Pablo Casado (PP) y Albert Rivera (Cs) el control del órgano. La presidencia de la Junta de Andalucía sería para el popular Juanma Moreno y la del Parlamento recaería en un diputado de Ciudadanos. No obstante, al partido de Rivera le está haciendo mella las acusaciones del PSOE sobre su connivencia con Vox, al que Susana Díaz tacha de "xenófobo, racista y machista".
Para no contar con el apoyo de Vox, Ciudadanos reclama al PSOE que se abstenga en la Mesa, una propuesta que los socialistas rechazan de momento. Este día 25 también ha negociado otra posibilidad con Adelante Andalucía: cederle uno de sus representantes en la Mesa y garantizar su inclusión en el órgano a cambio de que sean los diputados de Podemos e IU los que se abstengan en la votación de un presidente 'naranja' para el Parlamento. De esta manera, Ciudadanos se haría con la presidencia sin necesitar los votos de Vox, gracias a la suma de sus escaños y los del PP, que superan en número a los del PSOE. "Nosotros queremos entrar por derecho propio", explican fuentes de Adelante Andalucía, que mantienen abiertas las negociaciones con todos los grupos parlamentarios excepto Vox.
"Ciudadanos quiere una mesa plural y que se respete la voluntad de las urnas, es decir, que los cinco grupos estén en la Mesa, aunque no es nada fácil", explican desde el partido de Juan Marín, que sitúan la reunión en esas negociaciones.
Si se produce el acuerdo entre los tres partidos de derechas, la Mesa podría tener la siguiente composición: dos puestos para el PP, otros dos para Ciudadanos, incluida la presidencia, y otro para el partido de Santiago Abascal, que reclama voz y voto en la Mesa a cambio de apoyar al gobierno de cambio de PP y Cs. Los dos puestos restantes en la Mesa podrían recaer en el PSOE o repartirse entre uno para el PSOE y otro para Adelante Andalucía, que corre el riesgo de quedarse fuera del órgano de gobierno del Parlamento.
La Mesa está compuesta por 7 miembros con voz y voto que ocupan la presidencia, tres vicepresidencias y tres secretarías. Para designar a los diputados que ocuparán esos puestos el Reglamento de la Cámara dispone que hay que celebrar tres votaciones diferenciadas: Una para la presidencia, otra para las tres vicepresidencias y una más para las tres secretarías. Cada diputado pone un nombre en una papeleta y ocupan los puestos, por orden, los diputados que reciban más votos. El reglamento también dice que todos los grupos tienen que estar representados en la Mesa, pero ya el Tribunal Constitucional dictaminó en 2017 (tras una queja del PP por el reparto que el PSOE hizo en 2015) que no se puede establecer ningún otro mecanismo de elección que no sea el de la votación directa.
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