Vox no exige consejerías ni formar parte del futuro gobierno de derechas que pondrá fin a 36 años de hegemonía socialista en Andalucía, pero sí plantea una exigencia para que sus 12 diputados apoyen la investidura de Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) como presidente del Ejecutivo autonómico: sentarse a hablar y analizar afinidades programáticas.
"Juanma Moreno no tiene ningún cheque en blanco. No vamos a poner obstáculos para que salga el PSOE de la Junta de Andalucía, ni muchísimo menos. Ahora bien, como deferencia a los 400.000 andaluces que nos han votado, tendrán que sentarse para hablar de cuestiones programáticas y ver puntos de coincidencia", defiende Francisco Serrano, líder de Vox en Andalucía y portavoz parlamentario de esta formación en la legislatura recién inaugurada.
El apoyo de Vox es determinante para que el candidato del PP, que ya ha pactado la investidura con Ciudadanos a cambio de propiciar que la formación naranja ocupe la Presidencia del Parlamento, llegue al Palacio de San Telmo y se consume el cambio en Andalucía después de 36 años de gobiernos socialistas de forma ininterrumpida. Con los votos del grupo que comanda Serrano, el bloque de derechas sumaría 59 diputados -cuatro más de los que exige la Cámara andaluza para la mayoría absoluta- y posibilitaría el bipartito PP-Cs, frustrando la posibilidad de que Susana Díaz mantenga el poder.
A preguntas de El Independiente, Serrano reconoce que los contactos y el acuerdo alcanzado para la composición de la Mesa del Parlamento "sientan las bases" y suponen un "paso muy decisivo" para llegar a un entendimiento con vistas a apoyar a Moreno Bonilla como próximo presidente de la Junta de Andalucía, al tiempo que aprecia "puntos de encuentro" con el acuerdo programático de 90 medidas que Partido Popular y Ciudadanos cerraron el pasado día de Navidad.
En este sentido, el portavoz de Vox ve una clara sintonía en cuanto a la supresión de impuestos, la reducción del gasto público, la necesidad de realizar una auditoría integral "por el derroche de lo que han supuesto 36 años de corrupción del PSOE", el adelgazamiento de la llamada 'Administración paralela'... "Habrá que ir viendo las propuestas que hemos hecho nosotros para Andalucía desde máximos a mínimos. Porque, claro, estamos planteando la supresión del Estado de las Autonomías para volver a un Estado más centralizado políticamente. ¿Eso lo vamos a pedir ahora? Sería absurdo, no somos tan ingenuos como para pretender eso; es una cuestión programática a largo plazo", defiende.
La llamada telefónica que hizo fraguar el acuerdo
A las 19.32 horas de este miércoles, víspera de la constitución del Parlamento, Santiago Abascal lanzó un tuit con el siguiente mensaje: "A ver, lo vamos a repetir porque algunos no se quieren enterar: Vox no va a votar un gobierno que no se siente a escuchar y atender a los representantes y las propuestas de 400.000 andaluces. No hagáis caso a los especialistas en fake news ni a sus fuentes".
Horas después, concretamente a las once de la noche de ese mismo día, el líder nacional de Vox volvía a escribir en Twitter con un tono bien diferente: "Ahora sí: Después de que Cs y PP hayan pedido oficialmente el apoyo de nuestro partido, dando voz y voto en la Mesa para Vox, podemos hablar de acuerdo. La Presidencia del Parlamento será para Cs y la mayoría de la Mesa será para PP-Cs -Vox, como votaron los andaluces".
¿Qué sucedió entre un mensaje y otro? Una llamada teléfonica de la diputada Marta Bosquet al líder de Vox en Andalucía allanó el camino y venció las reticencias que Abascal había aireado públicamente. Francisco Serrano ha precisado que, "entre las 20.30 y las 21 horas", recibió una llamada en su móvil de Bosquet para pedirle su apoyo y que ella pudiera resultar elegida como presidenta del Parlamento, como ha sucedido este jueves. Esa conversación telefónica tuvo continuidad horas después en los pasillos del Parlamento en un encuentro al que asistieron como testigos el presidente de Cs en Andalucía, Juan Marín, y el secretario general del partido a nivel nacional, José Miguel Villegas.
La iniciativa de la formación naranja se producía tras conocer que Adelante Andalucía había rechazado su oferta -Cs le ofrecía la vicepresidencia que le correspondía para que la coalición con la que Podemos e Izquierda Unida concurrieron a las últimas elecciones autonómicas estuviera representada en el órgano rector de la Cámara- y constituía la segunda toma de contacto, puesto que Juan Marín telefoneó a Serrano a las 20 horas del pasado Día de Navidad para comunicarle que querían contar con su formación para pactar la composición de la Mesa. Fue horas después de que el líder de Cs en Andalucía se reuniera en la cafetería de la estación de tren de Jerez con Teresa Rodríguez (Podemos) y Antonio Maíllo (Izquierda Unida) para hacerle el ofrecimiento, finalmente rechazado.
Serrano pone al servicio de PP y Cs la "voluntad de Vox" para que ese deseo de cambio expresado por ambas formaciones políticas tras las elecciones del pasado 2 de diciembre "sea real y efectivo" y no se convierta "en un mero paripé", para lo que presenta a su partido como el "árbitro" que "supervise" que esa renovación se concreta y no queda únicamente "en una declaración programática de intenciones".
Serrano insiste en que no pondrán "obstáculos" para desalojar al PSOE, pero exige que PP y Cs les llame para analizar afinidades programáticas
"Juanma Moreno, si es el presidente, nos va a tener para apoyarlo y levantar las alfombras de la Junta de Andalucía; para mejorar las condiciones y para que volvamos a una política de limpieza en Andalucía. Si no lo hace bien tendremos que criticarlo", añade el portavoz parlamentario de Vox, que anuncia que no harán una oposición "fácil, blanda o acomplejada". "Seremos firmes y leales en la defensa de los compromisos que tenemos con los andaluces que nos han votado", avisa.
Francisco Serrano arremete contra la "extrema izquierda" por la "etiqueta" de extrema derecha que le pone a su partido y define a Vox como un partido de "nueva derecha" que quiere desarrollar políticas positivas "para España y Andalucía. "Qué es eso del cordón sanitario hacia un partido democrático, constitucionalista y que defiende la Constitución. Un partido es lo que realmente es, no lo que dicen otros que no te conocen que eres", sostiene.
Vox se convirtió en la gran sorpresa en las pasadas elecciones autonómicas al sumar 395.978 votos (10,97 %), lo que le ha permitido contar con 12 diputados (dos por Sevilla, Cádiz, Málaga y Almería y uno en Huelva, Córdoba, Granada y Jaén). Ese apoyo ha significado multiplicar por 20 el respaldo ofrecido por los electores en los comicios de 2015, cuando la candidatura liderada también por Serrano tan sólo obtuvo 18.422 votos (0,46 %).
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