La recién nombrada candidata del PP a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (Madrid, 1978) es el mejor exponente de esa derecha desacomplejada que hay en el nuevo PP al que no le importa meterse en los charcos de lo políticamente incorrecto y hasta salir en defensa de Vox, formación con la que admite que le separan cosas, pero también le unen otras. La hasta ahora secretaria de Comunicación del PP y portavoz de los populares madrileños, figura emergente de esa "era Casado", que reivindica, y azote de las organizaciones feministas, dice confiar en que el centro-derecha "acabará unido otra vez", aunque antes tenga que pasar por el examen de las elecciones autonómicas de mayo. Y hace un vaticino: si el PP cae en la Comunidad de Madrid, España "colapsa".
Pregunta. -¿Qué se juegan en Madrid?
Respuesta. -A Pablo Casado lo que más le importa es España y, si cae Madrid, pensamos que el país puede colapsar, no el PP, sino las políticas de los últimos 20 años. El Ayuntamiento de Madrid, mal gestionado por Podemos, sobrevive gracias a su iniciativa privada, a sus ciudadanos, aunque cada vez esté más sucia, más atascada, más perjudicada, pero puede vivir con ellos. Pero en la Comunidad nos jugamos la educación, la sanidad, los servicios sociales, los servicios públicos y la política fiscal. Es decir, que cuando un español tiene realmente un problema, la sanidad pública madrileña está ahí; cuando uno tiene que ir a buscar una universidad, Madrid está ahí. Es la región de la segunda oportunidad. Puedes empezar tu vida desde cero. Y la política fiscal de Madrid, que es la más baja, es un motor económico. Madrid no se puede parar. Tenemos claro que aquí hemos hecho las cosas muy bien, que hemos creado la mejor sanidad, que tenemos los mejores servicios y que eso no puede colapsar, dar un paso atrás. Como estamos convencidos de que tenemos el mejor programa, nuestro objetivo es hacer nuevas políticas y que Madrid siga gobernado por el PP.
Si cae el gobierno del PP en la Comunidad de Madrid, el país puede colapsar"
P. -¿Existe la posibilidad de un cambio de cromos para que el PP tenga la Comunidad y Ciudadanos el Ayuntamiento?
R. -Eso lo he oído pero lo que tengo claro es que aspiramos a liderar ambas administraciones, a ser la lista más votada, a día de hoy lo somos. Tanto José Luis Martínez Almeida como Esperanza Aguirre en el Ayuntamiento, y Ángel Garrido y Cristina Cifuentes en la Comunidad han hecho un grandísimo trabajo. En este nuevo escenario, como hay un reparto de votos con nuevos actores, no sabemos cómo vamos a estar, pero estoy convencida de que vamos a ser los primeros y ahora ya con candidatos vamos a volver a despuntar.
P. -Elogia la labor de Garrido, pero en cambio no es candidato.
R. -Es una decisión del presidente. Tienen que estar los mejores. Estamos en un momento crucial en el que nos jugamos un modelo diferente de hacer política en la región más libre del país y el motor económico. Madrid es un laboratorio de libertades. Y había que elegir al candidato que asegurara que lo va a hacer mejor.
P. -Usted es una figura en ascenso en el PP.
R. -Ni siquiera he estado en las encuestas internas. El baile de nombres ha sido enorme y todos me han gustado mucho, afortunadamente no me tocaba a mí tomar la decisión. Nos gusta ganar, la gente quiere candidatos que ganen, que no estén enredando, que sean valiente, aguerridos, que den la cara, que tengan principios y no se dejen amedrentar. Eso es lo que quieren.
P. -¿A Vox se le combate marcando distancias o asumiendo su discurso? ¿O no hay que combatirlo?
R. -Mi problema no es Vox. Mi problema es el PP y su electorado. Hay quien se ha ido a Vox, otros a Ciudadanos y otros a la abstención. La solución está en nosotros. El PP tiene que sacar en esta nueva etapa lo mejor de sí mismo, no tener miedo a etiquetas, a entenderse con otros partidos, pero, sobre todo, tiene que encontrarse a sí mismo, hallar políticas que defender, mirar atrás para ver qué hacíamos cuando nuestro electorado llegó a sentirse tan orgulloso. Ya no es la era Aznar o Rajoy. Y con esa experiencia, mirar hacia el futuro.
P. - ¿Quién pierde y quién gana en Andalucía: PP, Cs o Vox?
R. -Eso tendrán que decirlo los electores y afiliados de cada partido a lo largo del tiempo. Yo sé que el PP, aparte de haber estado en el centro de la negociación, tendiendo puentes a un lado y a otro, ha dejado los intereses de partido en última posición y ha primado los intereses de Andalucía y de España. No sé en qué se va a traducir egoístamente hablando, porque en ningún momento lo hemos visto en esa clave. Sólo sé que el cambio ha llegado y que ahora hay cuatro años de parlamento y de negociación para hacer buena política cada uno desde su posición, y ahí se demostrará qué partido es mejor.
P. -¿Le han doblado el pulso a Vox?
R. -No, al contrario. Vox dijo desde el principio que no iba a ser obstáculo. En las negociaciones puso sobre la mesa algunos puntos y ha peleado su posición porque también quería y necesitaba visibilizarse. Creo que se dejaron los temas más importantes fuera y en este pacto con el PP sus propuestas han mejorado mucho. Para mí la fundamental era el empleo y no lo tenían.
Criminalizar al hombre por rédito electoral me parece patético"
P. -¿Qué siente cuando Vox pone sobre la mesa la derogación de leyes muy importantes?
R. -Creo que es folclórico porque no son los temas urgentes ni los más importantes que tienen ahora los ciudadanos. Entiendo el malestar que tiene mucha gente con muchas de estas leyes, pero nadie de este país está en contra de la igualdad y los reductos de machistas que quedan no están en esto. La ley de violencia de género no es perfecta, nosotros siempre la hemos defendido, pero hay aspectos que quedan colgando. Veo bien que se negocien, pero no me gusta que se meta en el mismo pack violencia de género, que yo lo llamo violencia contra la mujer porque tengo mis propias teorías al respecto, con el colectivo LGTBI, con la inmigración, con el aborto… Y que lo hagan en tan poco tiempo y de una manera tan llamativa. Lo único que hacen es politizarlo todo.
P. -Se le acusa de asumir los postulados de Vox cuando habla de criminalización del hombre o de dictadura feminista, ¿de verdad cree que eso existe?
R. -Quiero un país donde una persona, al menor atisbo de violencia o de acoso, sepa detectarlo y tenga el valor, las herramientas y la formación para salir de ello. Que a una mujer que está siendo víctima de violencia se le haga justicia y las Fuerzas de Seguridad del Estado la protejan. Que quien la ha agredido cumpla una condena y, quien se vea que no es capaz de reinsertarse, que nunca más pise la calle. Se debe ayudar a las mujeres y a los hombres.
Y digo hombre porque el hombre es violento con la mujer pero también con otros hombres y una mujer puede ser violenta, aunque en mucha menor cifra, con otras mujeres y con otros hombres. La izquierda divide al hombre de la mujer, nos hace sentirnos desvalidas, que estamos en peligro o, como dice Irene Montero, que por el hecho de salir a al calle ya corremos el peligro de ser violadas. Criminalizar al hombre gratuitamente por un rédito electoral es patético. Han de ser exactamente iguales ante la justicia. Que un hombre, por el hecho de ser hombre, no tenga presunción de culpabilidad y a una mujer, por el hecho de ser mujer. no se la tiene que creer. No me digas que me crees por ser mujer. Hay una dictadura feminista.
El PP tiene que encontrarse a sí mismo, ya no es la era Aznar o Rajoy"
P. -¿Es Vox un hijo pródigo que un día volverá a la casa-madre?
R. -Hay un porcentaje de voto de Vox que nunca ha sido nuestro, pero la inmensa mayoría sí. Tengo la convicción de que muchos de los que hoy sopesan votar a Vox han sido del PP, por lo que tengo que pensar en por qué se fue, qué le hizo alejarse de nosotros, tomar nota y seguir mirando hacia adelante con la confianza y con la seguridad de que va a volver.
P. -¿También que el señor Abascal podría volver al PP?
R. -No sé, depende. Desde luego muchísimo de su electorado, no sé si los líderes de Vox. A lo largo de estos meses hemos encontrado diferencias, pero creo que el centro-derecha acabará unido otra vez y que la inmensa mayoría de los votantes de Vox van a volver a casa porque nuestro proyecto es el mejor.
P. -Los sondeos estrechan la base electoral del PP. El PP de Casado no sale muy bien parado.
R. - Somos un equipo que hemos cambiado el partido, hemos hecho una apuesta por una regeneración interna y los afiliados nos han dado su confianza. Por ejemplo, es la primera vez que el PP gobierna en la junta de Andalucía. Sólo sé que, al final, con mano derecha y mano izquierda, liderando debate, centrándote en ti y mirando con humildad al que te votó para saber qué ha pasado se van a conseguir las cosas. Creo que tenemos el mejor proyecto y la gente nos va a dar la razón.
El centro-derecha acabará unido otra vez porque nuestro proyecto es el mejor"
P. -¿Qué les diferencia de Vox, además de la experiencia de gestión?
R. -Con Vox a veces siento que las cosas son blancas o negras y, si no es así, te acusa de estar arrinconado por un complejo que no se tiene. Cuando tienes experiencia en política sabes que a veces hay una tercera variable. Otra cosa es que tengas complejos, esto es, que pienses una cosa y, por miedo, te la calles.
P. -¿No ve nada de derecha acomplejada en el PP?
R. -El complejo es callarte lo que opinas. Yo no tengo ninguno, pero tampoco la verdad de todo. Si tengo que negociar con Ciudadanos cosas en la Asamblea de Madrid que no me gustan, es lo que hay, no tengo más que aceptarlo. Eso no es complejo, eso es democracia, es institución. Y también Vox no entiende el estado de las autonomías y a mí me parece maravilloso. Se han cometido muchos fallos y abusos y hay que mirar en qué se ha equivocado para reformarlo. Creo en las 17 comunidades autónomas y es falso pensar que de otra forma España va a funcionar mejor. El estado de las autonomías vertebra España. Pero luego hay cosas en las que coincidimos.
Vox es la respuesta al odio que fomenta Podemos y la respuesta al sanchismo"
P. -¿En qué?
R. -En que ahora mismo en España hay una serie de amenazas y nos tenemos que unir. Es sobre todo el odio que ha venido alimentando especialmente Podemos sin ningún tipo de límites.
P. -¿Vox no fomenta el odio?
R. -No, Vox es la respuesta. Tiene a veces unas posiciones tan duras que resultan agresivas para mucha gente; han decidido que su estrategia es fomentar esos debate y nosotros no estamos en eso. Pero también tiene mucha verdad en otros aspectos porque las cosas no suceden porque sí. Por ejemplo, la gente lleva mucho tiempo aguantando los desmanes en Cataluña. Vox no es sólo la respuesta a Podemos, sino al sanchismo.
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