Política

El ex ministro Miguel Sebastián demandará al BBVA por el espionaje que le encargó a Villarejo

Negocia con el abogado Francisco Caamaño, ex ministro de Justicia, para que se haga cargo de su defensa

El ex ministro de Industria Miguel Sebastián, atendiendo a los periodistas. | EFE

El exministro Miguel Sebastián va a emprender acciones legales contra el BBVA tras conocer que el comisario José Manuel Villarejo indagó en su vida privada dentro de las labores de espionaje que le encargó el citado banco para frenar la operación promovida por Sacyr para desplazar a Francisco González (FG) de la presidencia de la entidad financiera.

Según ha podido saber El Independiente en fuentes próximas al exministro de Industria y ex jefe de la Oficina Económica de Moncloa con José Luis Rodríguez Zapatero, su defensa la asumirá el extitular de Justicia Francisco Caamaño. Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Valencia, es socio profesional del despacho CCS (Caamaño, Concheiro & Seoane) y entre sus áreas de especialización figura el Derecho Penal Económico.

Las fuentes consultadas por este diario explican que Sebastián -profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Complutense de Madrid- estudia ahora si llevar al BBVA a los tribunales por la vía penal -es decir, presentado una denuncia o querella- o por la vía civil por vulneración de su derecho al honor e intimidad.

Muy probablemente, la de Sebastián no será la única acción que se interponga en los tribunales por el escándalo del espionaje masivo, que ha causado estupor en el Banco Central Europeo (BCE) y cuya evolución sigue muy de cerca la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ante el daño reputacional que está suponiendo para la entidad.

Sebastián confiará la redacción e interposición de la demanda o querella a Francisco Caamaño, ministro de Justicia con Rodríguez Zapatero

De momento, el secretario general del colectivo de funcionarios Manos Limpias, Miguel Bernad, ha presentado sendas denuncias contra Francisco González tanto en los juzgados de Madrid como en la Audiencia Nacional, en las que imputa al hoy presidente de honor del BBVA por cohecho, administración desleal y organización criminal.

Miguel Sebastián fue uno de los principales objetivos del espionaje llevado a cabo a finales de 2004 y principios de 2005 por una empresa de Villarejo -Grupo Cenyt- al señalarlo como uno de los integrantes del llamado 'grupo hostil' que, liderado por el constructor Luis del Rivero (Sacyr) y en el que también participaba el industrial Juan Abelló, intentó tomar el control del banco y descabalgar a FG.

Villarejo espió 4.000 teléfonos y rastreó unas 15.000 llamadas sin orden judicial en la investigación que le encargó el BBVA, bautizada como Operación Trampa por el antiguo agente encubierto -en prisión preventiva desde hace más de 14 meses- y por la que cobró más de medio millón de euros. Fue uno de los servicios confiados por la entidad que presidía Francisco González a las empresas del polémico policía entre 2004 y 2017, año éste en que fue detenido por orden de la Fiscalía Anticorrupción y la Audiencia Nacional en el marco del caso Tándem.

Interceptación de llamadas

Los archivos documentales y sonoros a los que han tenido acceso Moncloa.com y El Confidencial revelan que el teléfono de Miguel Sebastián aparece en 60 de las 65 llamadas interceptadas por Villarejo en el ámbito de Moncloa de forma ilegal durante el inicio de la etapa de Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno. Tras haber pasado por el servicio de estudios del BBVA, Sebastián ocupó la dirección general de la Oficina Económica de Moncloa entre abril de 2004 y septiembre de 2006, confiándole posteriormente el jefe del Ejecutivo la cartera de Industria, Comercio y Turismo (2008-2011) en sustitución de Joan Clos.

Entre la documentación que Villarejo entregó al BBVA sobre la Operación Trampa figura la transcripción de la conversación iniciada a raíz de una llamada realizada por Sebastián a las 17.32 horas del 18 de enero de 2005 desde un teléfono fijo del Ministerio de la Presidencia a Ignacio Rupérez. Éste era en esas fechas jefe del Servicio de Estudios del Banco Santander y era considerado por Villarejo el ‘enlace’ entre los promotores de la operación para descabalgar a FG y la entidad dirigida entonces por Emilio Botín.

Fue la conversación en la que el entonces jefe de la Oficina Económica de Zapatero le pasó el teléfono a María Teresa Fernández de la Vega, entonces vicepresidenta del Gobierno, para que saludara a su interlocutor. La número dos del Gobierno aprovechó aquella llamada para decirle a Rupérez que transmitiera a Botín -éste falleció en septiembre de 2014- que el asunto que tanto le preocupaba -la causa de las 'cesiones de crédito' del grupo Santander, que terminó siendo archivada por el Tribunal Supremo- "ya está hablado y no habrá problemas".

El director de Seguridad del BBVA entre 2002 y 2018, Julio Corrochano, reconoció a este diario el seguimiento que se hizo a Miguel Sebastián por parte de la empresa de Villarejo en plena operación por el control de la entidad financiera. "Queríamos ver quién estaba detrás para defender el banco", admitió.

La maniobra para desestabilizar al referido 'grupo hostil' incluyó rastreos en la vida privada de algunos de sus integrantes, entre ellos Sebastián. Villarejo informó al banco de que el alto cargo socialista habría tenido una relación “con un cubano llamado Iván que trabaja en un pub de la plaza de Chueca” al margen de la que mantenía con su pareja en ese momento, hoy al frente de una empresa pública controlada por el Estado. El trabajo del entonces agente encubierto consistió en hacerse pasar por “Iván” para hacerle llegar a Sebastián mensajes de “contenido sexual” y amenazarlo con “salir a contar en un programa de telebasura la problemática que supone ‘haberse enamorado de un hombre importante’ que ahora, y debido a ello, se esconde y se avergüenza de su amante”.

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