El estallido de Podemos en Madrid, con la dimisión de Ramón Espinar en la Comunidad y la ruptura con Manuela Carmena en la ciudad, es sólo la punta del iceberg del erial en que se ha convertido la organización en la capital. El lanzamiento de la plataforma Más Madrid de Iñigo Errejón ha despertado las iras de Podemos, que en los últimos dos años se ha esforzado en imponer un control férreo de las organizaciones a nivel local. El reglamento de Pablo Echenique, que desmanteló de la noche a la mañana toda la estructura municipal, sumado a la verticalización del partido y a las nuevas condiciones de los militantes para poder participar en la formación, han provocado que el mapa morado se haya reducido drásticamente en la Comunidad de Madrid.
Podemos se arriesga a la desaparición en muchos pueblos en las elecciones de mayo, donde el partido ha renunciado a presentarse en dos tercios del territorio madrileño. En la segunda tanda de primarias para elegir sus listas electorales, el partido de Pablo Iglesias sólo ha conseguido completar una lista electoral en cuatro localidades: Móstoles, Getafe, Fuenlabrada y Pedrezuela, mientras que en el resto no disponen de candidatos suficientes para ocupar todas las concejalías. Una circunstancia que es sólo muestra de la gran desmovilización que asola la organización. Estos datos corresponden al informe sobre la situación de Podemos en los municipios de cara a 2019 cuyo contenido puede comprobarse en la web de primarias del partido. Un documento que ha circulado como la pólvora por la organización madrileña.
A nivel interno, todas las organizaciones locales quedaron sin dirección hace ahora un año, cuando se aplicó el reglamento de Echenique que hacía "decaer" toda la estructura municipal. Un movimiento encaminado a verticalizar la organización y evitar las resistencias territoriales. Establecía una fórmula por la que, en función de los militantes censados, el partido municipal podía tener sólo un secretario general o éste podía ir estuviera acompañado también de una dirección -Consejo Ciudadano Municipal-.
Varios dirigentes municipales reconocen no tener acceso a la información sobre el censo, pero advierten de que es la Secretaría de Organización Estatal o Autonómica la que ordena a cada municipio presentarse bajo una fórmula u otra. Pues bien, sólo media decena de partidos locales en Madrid han conseguido tener una dirección municipal. En la mayoría de formaciones municipales sólo se ha elegido a un secretario general, lo que facilita el control de la dirección sobre los escalafones más bajos del partido.
El control férreo se ejerce con todas las herramientas. En muchos casos, tal como ocurre también en Comunidades Autónomas como Navarra, Cantabria, La Rioja o Galicia, se utilizan los aparatos orgánicos del partido para derribar a dirigentes críticos o molestos para la dirección. La utilización de la llamada Comisión de Garantías para expedientar y expulsar a responsables del partido es también común en el partido a nivel municipal, tal como se comprobó en la expulsión de los seis concejales de Podemos tras mostrar fidelidad a Manuela Carmena.
Los municipios de la Comunidad de Madrid no son pueblos: muchos son auténticas ciudades, 10 de ellos con más de 100.000 habitantes y 20 por encima de los 50.000 vecinos. Y sufren una lacra permanente: al estar tan cercanos a la capital, la Villa de Madrid se lleva todos los focos (Madrid Central, Gran Vía, manteros) mientras que el extrarradio sufre un importante abandono informativo. Apenas saltan a la palestra mediática, y si lo hacen suele ser por escándalos de corrupción (caso de Púnica, Lezo o Gürtel) o políticos (mociones de censura por ejemplo). Por eso las cuitas internas de Podemos y de las candidaturas de unidad popular apenas han trascendido.
Y eso que ha habido muchas y muy variadas refriegas, agravadas por el terrible encontronazo entre Íñigo Errejón y la dirección de Podemos. Estas son algunas de las localidades donde los círculos están divididos, cuando no directamente desintegrados.
San Sebastián de los Reyes (80.000 habitantes). El colmo de los colmos. Sacaron dos concejales en 2015, porque el partido Izquierda Independiente es históricamente muy fuerte (aunque la semana pasada dimitían tres de sus cuatro concejales). Rápidamente los dos ediles se enfrentaron, y la dirección regional se puso del lado del portavoz Iván Cardador, denostado por los miembros del círculo. Se expulsó a Julián Serrano, quien recurrió durante largo tiempo a los órganos de Garantías. Se le acusó falsamente de hacer lobby para una asociación que él fundó. Le dieron la razón y se dio de baja del partido inmediatamente el año pasado, en cuanto supo de su rehabilitación. Pero lo peor está por llegar: tras unas primarias agónicas, Cardador salió como número dos. Pero a los afiliados no les salían las cuentas, denunciaron pucherazo y en noviembre la dirección regional les dio parcialmente la razón e investigó las "irregularidades" vía auditoría. Ésta se resolvió en 20 días y terminó como empezó: en nada. La dirección anuló varios votos telemáticos emitidos desde un teléfono prepago y mantuvo al portavoz como segundo de la lista. El círculo exige la repetición inmediata de primarias y ya hay una escisión: Asamblea Sí Se Puede Sanse, encabezada nuevamente por Serrano, el favorito de las bases.
Torrejón de Ardoz (122.000 habitantes). Desangrarse desde el inicio: esa es el resumen de legislatura de Sí Se Puede Torrejón. Quedaron segundos con cinco ediles por delante del PSOE, venciendo el PP por mayoría absoluta. Tras muchas riñas, en noviembre de 2017 cesan dos de los cinco concejales, marchándose al grupo de los no adscritos. "Durante el último año hemos sufrido una grave persecución política", denunciaron en su momento ambos. "Nos han cortado todo tipo de participación, impidiéndonos hablar en los plenos, participar en la presentación de mociones, o solicitar espacios públicos para el desarrollo de nuestra actividad. De hecho, desde hace un año medio no nos convocan a ninguna reunión de concejales para tratar asuntos políticos y las dos que ha habido en el último año han sido para presionarnos a abandonar el acta de concejal y colocar así a sus afines". El pasado 21 de enero, dos concejalas (errejonistas) destituyeron al portavoz (pablista) Luis Andrés Pérez. En otras palabras, el 60% del grupo municipal torrejonero.
Parla (122.000 hab.). Empezó mal la cosa en este antiguo feudo socialista: el PP ganó por la mínima, y las distintas candidaturas de izquierdas no supieron ponerse de acuerdo para impedir que el PP gobernase esta localidad. Esto provocó la salida de Podemos de Cambiemos Parla. Durante la legislatura, la oposición al PP impulsó una moción de censura que no prosperó por el voto contrario de un concejal, Alberto Olayo, que acto seguido fue expulsado. Después se acusó a otro concejal, Javier Rodríguez, de preparar una candidatura con IU (Otra Parla es Posible) estando de baja. Demasiada convulsión para que al final se produzca el esperado choque de trenes: Iglesias vs Errejón versión Parla, una pugna encarnada por las ediles Ana Ferreira y Leticia Sánchez.
Alcobendas (110.000 hab.). Localidad pegada a San Sebastián de los Reyes, la tensión se ha ido rebajando, hasta el punto de ser uno de los municipios menos conflictivos comparados con la onda destructiva que ha asolado otros círculos. Eso sí, todo empezó muy mal: Sí Se Puede se enfrentó primero a Podemos al destituir al secretario general de la segunda formación de una empresa municipal ¡privada! Luego se alejó de Podemos la concejala Almudena García a la que la dirección local trató de vincular al también -temporalmente- expulsado concejal sansebastianense Julián Serrano. Ésta tildó de "gentuza" a dirigentes de Podemos. Finalmente, parece que avanza una candidatura conjunta Podemos-IU-Equo... siempre que las riñas de última hora no afloren.
Fuenlabrada (200.000 hab.). La cuarta localidad más grande de la comunidad no ha estado exenta de trifulcas. Primero fue Equo: el partido ecologista decidió que en 2019 se presentaría en solitario y no con Ganar Fuenlabrada con el discutible argumento de tener "un espacio propio en el Ayuntamiento de Fuenlabrada". Y en noviembre pasado saltó la bomba: dos de los cuatro concejales dejaban la coalición. Todo se produjo tras una una asamblea de la candidatura de unidad popular, donde hubo 22 votos a favor de que uno de los dos dimisionarios abandonaran la portavocía y 16 apoyando que los dos dejaran sus actas. Lo segundo no se produjo.
Getafe (170.000 hab.). Una legislatura convulsa. Tras un inicio estelar (siete concejales, frente a 8 el PSOE y 9 el PP), en octubre de 2017 la portavoz Vanessa Lillo (de IU) dejaba la candidatura y el acta. Las razones: "mala gestión de los conflictos y el trabajo político”, falta de rendición de cuentas desde hace un año y “falta de transparencia, democracia interna y trabajo político”. A finales de 2018 Podemos aseguró que presentaría sus propias siglas sin otras formaciones. Pero antes de vencer el año, Podemos también entró en barrena y fulminó al responsable local de Organización y Finanzas, Sergio Jaramillo. Motivo oficial: "Se trata de una reestructuración de equipo que persigue que la persona que asuma esta responsabilidad esté volcada 100% con Getafe".
Alcalá de Henares (194.000 hab.). En uno de los municipios más importantes de Madrid, Podemos dirime el conflicto de su dirección en los tribunales por una denuncia de "pucherazo". El candidato que ganó la Secretaría General en primarias con 190 votos, Luis de Santiago, fue invalidado un día antes de que terminaran las votaciones. El Comité Electoral, en el que había un familiar de la candidatura contraria, le dio la dirección a su único rival, que tenía la mitad de votos (110). De Santiago denunció al partido por invalidar su candidatura “de forma irregular” al considerar que se le invalidó por haber publicado una imagen en su Facebook personal junto a los seis ediles de Somos Alcalá, la marca blanca de la formación en la localidad que ahora rivaliza con Podemos. El asunto continúa en los tribunales. En los últimos días, la dirección de Podemos Alcalá, afín a la dirección autonómica, cerró un acuerdo para concurrir con IU a las municipales.
Alcorcón (167.000 hab.). Una historia de telenovela. El primer secretario general de Alcorcón, David Álvarez, dimitió de sus cargos y dejó el partido hace ahora dos años al sentirse "acosado, perseguido y ninguneado" por la nueva dirección de la formación morada en la Comunidad de Madrid, que dirige Ramón Espinar. Por entonces la dirección de Podemos Madrid prometió abrir unas primarias para elegir una nueva dirección que nunca llegaron hasta hace un mes. Después de dos años de inactividad, candidato del municipio a las elecciones municipales será Jesús Santos, un dirigente muy afín a la dirección de Pablo Iglesias y miembro de la dirección de Podemos en la Comunidad de Madrid, hasta este viernes dirigida por Espinar.
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