Después de digerir un barómetro del CIS que han calificado de "chiste", los populares se aferran a sus propio sondeos y trackings, en los que, como adelantó El Independiente, el PSOE sigue por delante con un PP, aseguran, que va recuperando terreno. Pero las luces de alarma se encienden cuando se baja al detalle de un sistema d`Hondt que en las pequeñas circunscripciones les puede dejar por detrás del PSOE, a quien beneficia la actual debacle de Podemos. Y es que en aquellos territorios "populares" que reparten pocos diputados en elecciones generales, la irrupción de Vox puede quitar votos al PP y, con ello, convertir a los socialistas en primera fuerza política, con el agravante, dicen en Génova, de que Santiago Abascal no obtenga ninguna representación. Esto es, primero resta y luego no suma.
"Ojo al efecto Andalucía", alerta un dirigente popular respecto a la posibilidad de que PP, Ciudadanos y Vox acaben sumando en un futuro Congreso de los Diputados. Los sondeos sobre intención de voto no suelen atender a los pequeños territorios. Recogen muestras muy exiguas de las provincias menos pobladas y con un escenario electoral en el que las mayorías absolutas se dirimirán por apenas un puñado de escaños, el comportamiento de las mismas resulta capital.
Génova está estudiando el comportamiento electoral provincia a provincia. El principal riesgo lo corren los populares en aquellos territorios que sientan tres diputados en el Congreso, donde, salvo excepciones, dos han sido para el PP y uno para el PSOE, al ser primera y segunda fuerza política. Es el caso de Guadalajara, Teruel, Ávila, Palencia, Cuenca, Zamora y Segovia. El reparto que impone la ley electoral hace poco menos que imposible que una tercera fuerza política entre en liza en estas circunscripciones. Esa ha sido siempre la gran queja de Izquierda Unida, que a pesar de obtener en el conjunto de España muchos más votos que los nacionalistas, la mayoría se perdían al aplicar un sistema de atribución de escaños que beneficia al partido más votado, al objeto de garantizar la gobernabilidad del país.
La balanza puede caer a favor del PSOE en Guadalajara, Teruel, Ávila, Palencia, Cuenca, Zamora y Segovia
Pero la entrada de Vox al ring político también puede restar posibilidades al PP en otras provincias sin que Abascal consiga representación. Es el caso de aquellas donde gana el PP pero sólo eligen cuatro diputados: Albacete, Burgos, León, Salamanca, Orense, Lugo y La Rioja. En cada una de ellas el PP tiene dos diputados frente a 1 de PSOE y 1 de Podemos. De nuevo, el partido de Pablo Casado podría perder un representante por provincia si hay escape de votos hacia Vox. Incluso en otras como Toledo o Ciudad Real, con cinco diputados cada una, la merma de voto del PP les arrebataría un asiento en el Congreso con nulas posibilidades de que Vox consiguiera representación.
En definitiva, Vox -"que está muy crecido, que piensa que es su momento", admiten fuentes del PP- puede "quitar" a Casado, para empezar, 16 diputados sin que esos escaños vayan a los de Abascal. En otras circunscripciones más grandes, como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla Vox puede hacer un roto al PP "pero conseguir representación", es decir, lo mismo que pasó en Andalucía, lo que permitiría sumar en un escenario postelectoral para intentar configurar mayorías de gobierno. Lo demás, avisan en Génova, es "beneficiar a la izquierda".
Aunque ese efecto puede ser menor en las elecciones locales y autonómicas de mayo y darse un escenario en que, con peores resultados, poder gobernar en más municipios y Comunidades mediante pactos, las alarmas se encienden de cara a las generales. Lamentan que "Vox nos va a quitar en provincias restos que van a impedir sacar buenos resultados". En Andalucía, agregan, "supuso un efecto multiplicador, pero en otras zonas va a ser de pérdida", indican las fuentes consultadas
Lo mejor es que, ya que se presentan, consigan representación", dice un dirigente popular
Es más, llegan afirmar que "lo mejor es que, ya que se presentan, consigan representación, porque, si no, producen una extorsión que no favorece" al centro-derecha. Y van un paso más allá al llegar a insinuar la posibilidad de llegar a un acuerdo de "desestimiento", traducido en que Vox no dé la batalla en aquellos territorios donde carece de posibilidades de sacar representación para no quitar voto al PP. No se engañan respecto a la formación que encabeza Abascal: "es imparable como consecuencia de un cabreo nacional y eso no se ha pasado".
A ello se une que "no sabemos lo que va a hacer Ciudadanos" el 27 de mayo, esto es, al día siguiente de las elecciones locales y autonómicas cuando todos los partidos echen cuentas respecto a las coaliciones posibles. Otro destacado miembro de la dirección nacional cree que el trasvase de votos del PP a Ciudadanos "está amortizada" y es ahora Albert Rivera el que corre el riesgo de sufrir una doble fuga, a su izquierda y a su derecha. Porque no todo el voto de Vox procede del PP aunque sí la parte que más daño les puede hacer.
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