El exvicepresidente del Gobierno e histórico número dos del PSOE, Alfonso Guerra, ha presentado esta tarde en el Congreso de los Diputados su nuevo libro, La España en la que creo. Guerra, tradicionalmente crítico con Pedro Sánchez, organiza este acto poco más de 24 horas después de que el presidente anunciase que publicaría sus memorias este mes de febrero, bajo el título Manual de resistencia.
Guerra ha iniciado su intervención con un misil directo a Sánchez. "Este libro está escrito por el autor. Podrá ser todo lo malo que se quiera, pero es mío", ha dicho Guerra. Cabe destacar que en las últimas horas se ha conocido que Irene Lozano, la exdiputada y secretaria de Estado de España Global, nombrada por Pedro Sánchez, ha sido la "mano literaria" que ha dado forma al libro de Sánchez, aunque su nombre no aparezca ni en la portada ni en la promoción de la obra, impulsada por el Grupo Planeta.
En los últimos meses también se ha discutido hasta la extenuación sobre la calidad o la autoría de la tesis con la que Pedro Sánchez consiguió su doctorado en la Universidad Camilo José Cela. Sánchez tendrá que pasar por el Senado en los próximos meses para dar explicaciones sobre su tesis en una comisión de investigación impulsada por el Partido Popular.
Durante la presentación de su libro, Guerra ha alertado de los retos a los que se enfrenta actualmente la política española: "Los peligros vienen de populistas, nacionalistas y extrema derecha". Y reivindica el trabajo de la Transición y de la política que consiguió el camino hacia la democracia: "He escrito este libro en defensa de la obra política de la que los españoles deberían seguir sintiéndose orgullosos". Guerra también ha comparado la dificultad de las circunstancias de entonces con las de ahora, para poner en valor su trabajo: "Nunca necesitamos un relator en la Transición".
A juicio de Guerra, la negociación con los independentistas ha llegado a un punto que "escapa del ámbito de la política para entrar en el del psicoanálisis". "¿Nadie ahí es capaz de comprender que están calcinando la democracia al atender los requerimientos de un grupo de salteadores de la nación?", se ha preguntado.
Progresistas sin complejos
Hecha la denuncia, Guerra se ha permitido sugerir a los progresistas que se despojen de sus complejos y defiendan sin tapujos su patriotismo porque el futuro de la nación española necesita que sea reivindicada por los progresistas. Porque "para defender el Estado de bienestar hay que defender primero el Estado", ha apostillado.
El exnúmero dos del PSOE en los tiempos de Felipe González ha lamentado que los partidos constitucionalistas se afanen por llegar a acuerdos con quienes no lo son e incluso lleguen a vetarse entre ellos.
Alertando de la amenaza que representa para Europa la llegada al poder de "personajes cuya actuación comienza a recordar los mismos problemas políticos de los años 30", Guerra ha recomendado a los partidos constitucionalistas españoles no que formen grandes coaliciones de gobierno "a la alemana", pero sí que lleguen a consensos sensatos que favorezcan el acceso al poder de grupos democráticos que se apoyen al menos para conformar las instituciones.
Guerra también ha compartido su inquietud por el hecho de que un 25 por ciento del Congreso de los Diputados actual no se sienta representado por la actual Constitución, que ha calificado de "democrática, moderna, avanzada y solidaria".
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