Ramón Bosch ha vuelto a la presidencia de Sociedad Civil Catalana tras la crisis abierta en su dirección estas navidades. Promete mandato breve con el objetivo de fortalecer la organización, convencido de que el proceso judicial al 1-O puede volver a exigir a SCC movilizarse en las calles. Y argumenta su neutralidad ante la manifestación convocada este domingo en Madrid por PP, Cs y Vox por la unidad de España porque Sociedad Civil, recuerda, es una organización transversal que no puede manifestarse "contra el Gobierno".
Pregunta.- ¿Cómo valora la manifestación en Madrid en favor de la unidad de España? ¿Va a incidir en la crisis catalana?
Respuesta.- Manifestación multitudinaria, festiva, muy alegre. En la crisis catalana va a incidir poco. En todo caso, creo que es muy lamentable un mensaje que el PSOE llame fascistas a los que han ido a Colón. Ha sido una demostración importante de mucha gente que quiere elecciones.
P.- Sociedad Civil no ha querido secundar esta convocatoria como organización.
R.- Como organización no, pero sí han ido miembros de la Junta de SCC, incluso hemos organizado autobuses para nuestros asociados. Como asociación no hemos ido porque al fin y al cabo lo convocaban los partidos políticos. Siempre hemos dicho que somos una organización transversal, aquí hay gente de derechas y de izquierdas y buena parte de la junta entendió que era una manifestación convocada en contra del Gobierno de España, por eso decidimos mantenernos al margen de la convocatoria.
P.- ¿Comparte las críticas a los partidos convocantes por radicalizar sus posturas en contra de la negociación con la Generalitat?
R.- En absoluto. Los asistentes y convocantes no han radicalizado el discurso. Hay una parte muy importante de la ciudadanía que ve con mucha preocupación ciertas negociaciones que se han hecho, y especialmente los mensajes lanzados por el Govern. Sobre todo los famosos 21 puntos de Torra, que el Gobierno ha desmentido, pero no lo ha hecho con la rotundidad necesaria y eso ha dado pie a que mucha gente piense que el Gobierno no ha estado a la altura. La sociedad española está tensionada por el proceso independentista catalán, los separatistas son los auténticos radicalizadores de la situación.
P.- ¿Qué le parece la aceptación por parte del Gobierno de la figura de un “relator” en las negociaciones con la Generalitat?
R .- SCC creemos que el único relator válido es la constitucion. Los partidos secesionistas no representan a la mayoría de los catalanes, por tanto un diálogo de partidos secesionistas con el PSC no representa a la mayoría de los catalanes. Siempre hemos dicho que el diálogo es bueno, pero el diálogo con todos los catalanes, y el Gobierno de la Generalitat habla en nombre solo de los separatistas, que no son ni mucho menos la mayoría. Cualquier diálogo tiene que dejar claro que la mayoría de los catalanes no somos separatistas y debe producirse dentro de la Constitución.
Cualquier diálogo tiene que dejar claro que la mayoría de los catalanes no somos separatistas y producirse dentro de la Constitución"
P.- El independentismo prepara nuevas manifestaciones masivas coincidiendo con el juicio ¿volverá a convocar SCC para dar la réplica?
R.- Las manifestaciones se tienen que organizar en momentos claves, en los que sea estrictamente necesario tomar las calles. Probablemente haya motivos suficientes en las próximas semanas o meses para convocar una manifestación y evidenciar ante el mundo que en España el Estado de derecho existe. Es muy triste que el Gobierno tenga que hacer un vídeo para defender que es un estado de derecho.
P.- Ha advertido contra las amenazas constantes de aplicar el 155, una advertencia que apela muy directamente a PP y Cs.
R.- Personalmente creo que en su momento el 155 se aplicó tarde y mal. Y ahora volver a utilizarlo como el bálsamo que todo lo va arreglar es banalizarlo. Aplicar el 155 por aplicarlo va a ocasionar más problemas de los que ha habido. Es un instrumento que ya se ha probado sin problemas sociales en Cataluña, y Bermúdez de Castro ha explicado que los máximos colaboradores fueron Pere Aragonés y Elsa Artadi -ninguno de ellos rechazó el sueldo que les pagaba el malvado estado español-. Ahora, banalizar el artículo 155 es un error, pero no estoy diciendo que no se deba aplicar. Sé que el señor Carrizosa se mostró en total desacuerdo, no voy a polemizar con Cs por este tema, ni con el PP. Lo único que digo es que lo que tiene que hacer el Estado español es un relato positivo, contundente y claro sobre todo a los catalanoparlantes. Aplicar el 155 sin ese relato nos llevaría a una mayor conflictividad y no arreglaría nada. Pero eso es mi opinión personal y en SCC tenemos un debate muy abierto y vivo sobre lo que se tiene que hacer en el futuro.
P.- Ha vuelto a la presidencia de SCC después de una crisis interna provocada por enfrentamientos en la junta. ¿Está superada esa crisis?
R.- Cuando las organizaciones se hacen grandes sufren crisis, más por cuestiones personales que ideológicas, aunque no voy a ocultar que la crisis fue grave. Hubo disensiones graves que culminaron en dimisiones y en la toma de la presidencia por un grupo de personas. Hubo acusaciones de irregularidades económicas -que ya ha descartado una auditoria externa- y ha habido mala gestión interna de la junta anterior. Al final me presenté con un grupo reducido de personas con el objetivo de tener una presidencia breve, pero suficiente para relanzar SCC después de esta crisis.
No hay tramas ocultas de los partidos para ocupar Sociedad Civil Catalana"
P.- ¿Esa crisis tuvo que ver con intentos de los diferentes partidos constitucionalistas de hacerse con el control de la organización?
R.- No hay tramas ocultas de los partidos para ocupar SCC. Somos una organización con una voz potente, y cada vez lo será más. Pero de ahí a que los partidos constitucionalistas intenten medrar dentro, no. No estamos trabajando para los partidos sino para la sociedad catalana, aunque es verdad que tenemos una afinidad grande hacia los partidos constitucionalistas y dentro de SCC conviven distintas ideologías políticas. En el momento de la crisis convivían diferencias personales e ideológicas que se podía interpretar como que los partidos querían ocupar SCC, pero eran más cuestiones personales.
P.- ¿Va a intentar entrevistarse con el presidente de la Generalitat?
R.- Si le soy sincero me da mucha pereza tener que entrevistarme con Quim Torra después de la opinión que explicado que tiene de los españoles, que somos bestias sin corazón. En todo caso es mi presidente, me guste más o menos, y como representante de SCC es posible que en algún momento pueda tener un encuentro. Ningún problema en hablar con él, no sé si él tendrá tendrá tantas ganas de hablar con la gente a la que desprecia.
P.- Su antecesor intentó entrevistarse con la presidenta de la ANC ¿se equivocó?
R.- No. Yo me entrevisté en privado con Muriel Casals en su momento. El problema en Cataluña no lo arreglarán los partidos, ni un relator, sino los catalanes. En las urnas, pero también con un diálogo franco y abierto de qué es lo que queremos los catalanes. Nosotros vamos a hacer nuestro camino, ellos harán el suyo y seguro que nos encontramos en algún momento.
P.- Distingue entre catalanoparlantes y castellanoparlantes, ¿esa es la línea divisoria en Cataluña?
R.- Tengo la convicción de que los catalanoparlantes han abandonado la idea de España. No sé si es fruto de un adoctrinamiento muy consciente, avalado por el Informe 2000 de Jordi Pujol, pero con la crisis la Cataluña conservadora y de derechas ha comprado el relato de España nos roba y se ha pasado en masa al independentismo. Y es catalanoparlante. Recuperar eso no es fácil, no se consigue aplicando el 155 ni se consigue en una generación.
El Estado español lo ha hecho francamente mal, el único el único destello de luz en las relaciones entre Cataluña y España fue el abrazo de Suárez a Tarradellas"
P.- ¿Qué han hecho mal los gobiernos españoles?
R.- Pensar que los catalanes éramos Jordi Pujol y el nacionalismo, el abandono que ha hecho el Estado de Cataluña y, en el caso de la izquierda, confundir España con el franquismo. No hemos superado la Guerra Civil. La gente que lleva lazos amarillos es gente mayor, gente que vio como Franco moría en la cama y no había hecho nada y ahora creen que están mandados a hacer una revolución contra Franco 45 años después de haber muerto el dictador. El Estado español lo ha hecho francamente mal, el único el único destello de luz en las relaciones Cataluña y España fue el abrazo de Suárez a Tarradellas. Tarradellas vio el peligro que suponía Pujol y lo denunció, pero nadie le hizo caso. Derecha e izquierda abrazaron el discurso nacionalista pensando que Pujol era uno de los suyos, y Pujol lo tenía claro: “primero paciencia, después independencia”.
P.- ¿Cómo valora esa campaña de marketing de Gobierno a las puertas del juicio? Antes ha dicho que es triste, pero ¿es necesario?
R.- Era necesaria hace años. Sobre todo el 1-O, con las famosas fake news promocionadas por Russia Today y los bots rusos, venezolanos e incluso turcos que atacaron a España de forma despiadada, era el momento de haber contraatacado. Las imágenes de violencia fueron en su mayoría fake news que perjudicaron de forma tremenda la imagen de España. Los corresponsales llegaban a Cataluña acompañados de sherpas locales independentistas muy bien aleccionados. Todo estuvo muy bien montado y el Estado no se enteró de nada, fallaron los servicios de información de forma estrepitosa y de forma radical la comunicación internacional. Bienvenido sea el vídeo. Ahora me consta que el Ministerio de Exteriores está trabajando bien para explicar a la comunidad internacional lo que es España de verdad. Pero los separatistas llevan muchos años invirtiendo muchísimo dinero y nos llevan mucha ventaja.
P.- ¿Es reversible esta situación?
R.- Soy optimista. El separatismo ha perdido claramente, perdió el 3 de octubre con el discurso del Rey y el 8 con la manifestación de un millón de catalanes que evidenció que la mayoría no somos independentistas, y perdió el día que 4.000 empresas, entre ellas dos bancos, se fueron de Cataluña. Es la derrota del independentismo, que ha arrastrado también a Cataluña. Ahora saben que la vía unilateral es imposible. Pero recuperar la frustración de dos millones de personas que han abandonado la idea de España es el trabajo que nos falta. Y hay que poner el foco en la Comunidad Valenciana y sobre todo en Baleares, donde el problema que hay ahora en Cataluña está en la fase de incendio.
P.- ¿Cree que el procés se va a reproducir en Baleares?
R.- De forma absoluta, si no se pone remedio. En Baleares además incide el sentimiento de insularidad, y no olvidemos que hay un 70% de catalanohablantes, sobre todo fuera de Palma, donde el concepto de la lengua enarbolado por los separatistas vuelve a ser el foco central. Si no somos conscientes de que es la lengua, y de que hay recuperar el catalán o el mallorquín como lenguas españolas, nos vamos a encontrar en lo mismo.
P.- En Cataluña se vive una violencia latente, contra SCC, Cs, PSC y PP y ahora la Justicia ¿le preocupa la prevalencia de esta violencia latente?
R.- Me preocupa mucho, sobre todo porque el relato de los separatistas lo define un personaje como Adam Majó, militante de la CUP. Que este personaje sea el que nos diga que los que generan violencia son los grupos de extrema derecha españolistas como, según él, SCC, cuando somos los agredidos. Es lamentable. Se ve claramente el grado de crispación cuando señalan a los agredidos como agresores. Pero no nos vamos a arrugar, somos gente tan pacífica como la que más, pero es evidente que la calle no es solo de los separatistas.
Vox es constitucionalista, no lo son los supremacistas que quieren cambiar la Constitución cargándosela"
P.- ¿Le preocupa el auge de Vox?
R.- Personalmente no he tenido ningún problema con Vox. Forma parte de una reacción al nacionalismo catalán, es un nacionalismo castellano, no creo que sea nacionalismo español. Dentro de SCC hay gente que lo ve con simpatía y otros no lo vemos con tanta simpatía. Pero en todo caso han explicado que son constitucionalistas, que si hay que cambiar la Constitucion sería siguiendo sus preceptos. Los que no son constitucionalistas son los supremacistas que dicen que quieren cambiar la Constitución saltándosela. Con Santiago Abascal tengo buena relación personal, mi desencuentro es ideológico, no personal.
P.- ¿Vox es la cara B del independentismo?
R.- Podría serlo. Pero la gente es injusta con Vox, no creo que sea extrema derecha. Vox es un partido de derechas, tradicional, católico que en buena medida quiere recuperar un discurso muy duro de España.
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