Pedro Sánchez convoca elecciones ocho meses después de conquistar La Moncloa. Lo hizo con la promesa de una convocatoria electoral "cuanto antes", pero desde entonces las distintas fases que ha atravesado en el poder se han traducido en diferentes posturas sobre los comicios. El resultado es una hemeroteca llena de idas y venidas que responden, en definitiva, a la cronología de Gobierno.
- Elecciones inmediatas, 25 de mayo de 2018: No han pasado ni 24 horas desde que Pedro Sánchez se ha planteado la moción de censura. Partidos como Ciudadanos le advierten que sólo apoyarán la moción si es única y exclusivamente para convocar elecciones. El entonces líder de la oposición comparece desde la sede del PSOE en Ferraz y tienta a Albert Rivera con unos comicios inminentes. "Hay que recordarle al señor Rivera que las mociones son constructivas, son para darle un Gobierno al país. Convocaremos elecciones, cuanto antes, por supuesto, pero antes de eso habrá que recuperar la normalidad política e institucional, atender las urgencias sociales y abordar una tarea de regeneración democrática", defendió. Sin embargo, en su programa no aparecía ninguna fecha orientativa sobre esta convocatoria, y el compromiso de "limpiar" las instituciones antes de llamar a las urnas no convenció al partido naranja, que terminó por rechazar la moción de censura y que desde entonces reclama elecciones día tras día.
- Hasta fin de año, 31 de mayo de 2018: Primer día de debate de moción de censura en el Congreso de los Diputados sólo 8 días después de que Mariano Rajoy aprobara sus Presupuestos con el apoyo del PNV. A estas alturas, Sánchez sólo cuenta con el apoyo de los partidos independentistas, de EH Bildu, Compromís y de Unidos Podemos. Unos votos insuficientes para el candidato, que sólo llegará a La Moncloa con el 'sí' del Partido Nacionalista Vasco. Durante la primera jornada de debate, Pedro Sánchez se comprometió a gobernar con los Presupuestos de 2018 aprobados por el PP, que contemplaban partidas e inversiones por más de 540 millones de euros para Euskadi pactados con el PNV. Una propuesta que asumía de facto que gobernarían por lo menos hasta 2019. Los nacionalistas vascos aceptaron estas condiciones y dieron su sí a Sánchez sólo unos días después de haber dado un espaldarazo a Rajoy. Días después, el PP introdujo enmiendas en el Senado y quitó a los vascos 31 de los millones pactados al considerar que se había incumplido el acuerdo. En los días posteriores, el nuevo Ejecutivo se reafirmó en su intención de gobernar hasta fin de año.
- "Voy a quedarme hasta 2020". 26 de septiembre de 2018. En su verano en La Moncloa, Pedro Sánchez intensificó su agenda internacional. Viajó por Europa, visitó Marruecos y protagonizó un viaje por Latinoamérica. Poco después de cumplir los 100 días en el Ejecutivo y después de tres crisis de Gobierno -provocadas por Maxim Huerta, Carmen Montón y Dolores Delgado-, el presidente se desplazó a EEUU donde visitó, entre otras cosas, la sede de la ONU en Nueva York. Fue en esta ciudad donde sacó pecho de su Gobierno progresista y donde confirmó se intención de agotar la legislatura. "Cuando tienes la oportunidad de hacer reformas para la gente, luchar contra la pobreza infantil, hacer cambios en la reforma laboral , igualdad, yo pienso, sí, voy a seguir hasta 2020", defendió el presidente en una entrevista en inglés. Sánchez incluso apeló a su propia historia personal, cuando fue destituido como secretario general, volvió y ahora es presidente del Gobierno. Incluso adelantó que publicaría el libro que estos días ha visto la luz, titulado Manual de resistencia. "Algún día escribiré un libro sobre esto", dijo entonces.
- "Aguantar con o sin presupuestos". 5 de noviembre de 2018. Pedro Sánchez se muestra seguro de que seguirá en el Gobierno hasta el final de la legislatura para desarrollar una agenda social, y así lo ratificó en la reunión de la ejecutiva socialista. Y lo hará “con o sin presupuestos”, según explicó en rueda de prensa el ministro de Fomento y secretario de Organización socialista, José Luis Ábalos, después de que el presidente así lo expresara en Ferraz. En este punto, el dirigente socialista avanzó que "no renunciaba" a ningún apoyo y trataba de desvincular las cuentas del proceso judicial de los líderes independentistas.
- Advertencia: "O Presupuestos o Gobierno". 20 de noviembre de 2018. La soledad parlamentaria de Pedro Sánchez va quedando en evidencia, mientras Pablo Iglesias presiona por entrar en el Gobierno. El año va llegando a su fin y el dirigente no encuentra aliados suficientes para sacar el proyecto de ley más importante del Ejecutivo: los Presupuestos Generales del Estado. El primer paso es la senda de estabilidad, que llegará al Congreso en diciembre. Sánchez recurre a la amenaza electoral en caso de que la regla de gasto no saliera adelante. "Si no se aprueban los Presupuestos, mi vocación de llegar al final de la legislatura se ve acortada", reconoció el presidente.
- Aguantar tras el batacazo andaluz. 3 de diciembre de 2018. El PSOE obtiene su peor resultado histórico en Andalucía, su bastión histórico donde ha gobernado 40 años. Vox irrumpe con fuerza en escena arrebatando la Junta al socialismo. Las negociaciones con los independentistas para aprobar los Presupuestos están en marcha y suponen una munición valiosa para la oposición. PP, Ciudadanos y, en especial Vox, no dudan en reprochar al Gobierno sus "cesiones" a los independentistas. Después del batacazo andaluz y ante la mala perspectiva electoral, Sánchez enfría la posibilidad de un adelanto electoral y vuelve a fijar el horizonte en la primavera de 2020. "Mi Gobierno seguirá impulsando un proyecto regenerador y europeísta para España", dijo el presidente a través de un tuit en la que fue su primera reacción tras los comicios.
- "Hasta 2020". 13 de enero de 2019. El final de 2018 ha supuesto un espaldarazo a Pedro Sánchez. Sus aliados independentistas han cambiado el sentido de su voto en el último momento y han permitido aprobar la senda de estabilidad del Gobierno, el primer paso para aprobar sus presupuestos. Los secesionistas pedían al Ejecutivo cambiar los escritos de acusación y rebajar las peticiones de condena. Un extremo que Moncloa rechazó, pese a abrir las "vías de diálogo" en las que Sánchez confía para obtener el favor de ERC y PdeCat a los PGE. El apoyo de los independentistas dio seguridad a Sánchez para proclamar a bombo y platillo su continuidad en Moncloa. Más preocupado por sus adversarios de PP y C’s que por el apoyo a las cuentas, Sánchez dio un acto con una contundente defensa de la continuidad de su Gobierno. “Cuando Pablo Casado y Albert Rivera piden elecciones que esperen sentados porque vamos a gobernar hasta 2020”.
- El "relator", el último intento. 4-8 de febrero. Semana frenética en el Gobierno. Una semana antes de que los Presupuestos lleguen al Congreso, los independentistas continúan su amenaza de no aprobarlos si no se cumplen sus exigencias antes de que empiece el juicio del procés: que el Ejecutivo inste a la Fiscalía a cambiar su postura en el proceso y crear una “mesa de negociación” para negociar la autodeterminación en Cataluña. El miércoles la actividad aumentó en Moncloa. El Govern catalán anunció que Sánchez había aceptado la figura de un "mediador" en la mesa de partidos. Al día siguiente, la vicepresidenta Carmen Calvo tuvo que aclararlo y lo definió como un "relator" catalán. Minutos después, salió a la luz el documento redactado por el president Catalán Quim Torra con 21 exigencias, entre las que estaba la figura del mediador. La polémica estalló en el seno socialista, donde varios dirigentes criticaron la propuesta. Las críticas dentro y fuera del PSOE llevaron a que el viernes 8 el Gobierno rectificara y se levantase de la mesa de diálogo, alegando que las condiciones eran inaceptables.
- Fracaso presupuestario y elecciones. 12 de febrero. Rota la mesa de diálogo entre el Gobierno y los partidos independentistas, tanto ERC como PdeCat presentaron sendas enmiendas a la totalidad a los Presupuestos. Todos los ministros vaticinaban ya un adelanto electoral en caso de fracasar en el examen parlamentario, pero no estaba claro si era sólo un elemento de presión o si la advertencia era real. La derrota llegó el martes, cuando se evidenció la soledad del Gobierno y lo abocó a la llamada a las urnas.
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