El gobierno ha filtrado parcialmente el contenido de una carta del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, con el fin que la opinión pública asuma que el Vaticano no se opone a la exhumación de Franco del Valle de los Caídos. Es decir, que el Papa está de acuerdo y sin matices con Pedro Sánchez a este respecto.
Me suena un poco a aquel tuit que se hizo famoso en la campaña de las últimas elecciones en Estados Unidos en el que se decía que "el Papa Francisco sorprende al mundo y apoya a Donald Trump para la presidencia". Tuvo mucho éxito ese tuit, como toda la campaña de fake news que ayudó al triunfo del candidato republicano contra todo pronóstico y toda lógica.
Algo parecido sucede con la carta de Parolin -fechada el pasado 14 de febrero- en respuesta a la misiva de la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo del 18 de enero, quejándose del Prior de la Orden Benedictina de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, que, ante la petición del gobierno de acceder a la Basílica para proceder a la exhumación de Franco, respondió que no accedía al ser la Basílica un lugar de culto y porque para ello no existe autorización por parte de sus familiares.
Calvo muestra al secretario de Estado su "profunda inquietud" ante esa decisión, porque "privilegia la voluntad de los familiares del Dictador a que sus restos sigan reposando en el Valle de los Caídos, como si se tratara de un derecho absoluto, siendo así, que ello colisiona directamente con la ley y el mandato del Parlamento español".
Por ello, la vicepresidenta del gobierno insta a la Santa Sede a "remover los obstáculos que la referida Abadía ha creado con su decisión, evitando con ello un conflicto jurídico y político que no deseamos en absoluto".
La carta de Parolin es la respuesta del Vaticano a esa petición expresa del gobierno. Lo que ha hecho el gobierno ha sido escoger algunos de sus párrafos para poner al Papa de su parte. Es verdad que en ella se afirma que "la Iglesia no se opone a la exhumación de los restos mortales del General Franco, si la Autoridad competente así lo dispone".
Pero, justo en el párrafo anterior de esa misma carta, el secretario de Estado del Vaticano expone: "La controversia, que ahora es objeto de un recurso ante el Tribunal Supremo, es competencia del Estado español y está sometido al Derecho y a la Justicia española".
Es decir, que el Vaticano deja en manos de la justicia (Sala Tercera del Tribunal Supremo) y no en los deseos del gobierno su posición sobre la exhumación de Franco.
Moncloa ha manipulado la carta del cardenal Parolin, que supedita la decisión del Vaticano sobre la exhumación de Franco "a la Justicia española"
La operación de intoxiacion trata de convertir al prior de la Basílica, Santiago Cantera, en una especie de cura trabucaire que se opone, no sólo a la voluntad popular, sino a la jerarquía eclesiástica, cuya cúpula es la Santa Sede.
Hay un debate jurídico sobre este asunto, que reside en si la Iglesia tiene la capacidad para decidir sobre todo lo que se encuentra en lugar sagrado; o bien, como sostiene el gobierno, que al encontrarse el enterramiento en un conjunto monumental que administra Patrimonio Nacional, no existiría impedimento alguno en llevar a cabo una exhumación que ha sido acordada por el gobierno y que tiene su origen en el desarrollo de la ley de Memoria Histórica.
Ese es un debate de fondo, que deben determinar los tribunales, teniendo en cuenta los acuerdos firmados con la Santa Sede en 1979, en los que se establece la inviolabilidad de los lugares de culto.
La cuestión es que Sánchez necesita cumplir su promesa de sacar a Franco del Valle de los Caídos... como sea.
El presidente no quiere llegar a la cita del 28 de abril sin haber llevado a cabo una de las medidas estrella de su corto mandato. Esa imperiosa necesidad llevó a la aprobación de la norma que establece la exhumación justo en el Consejo de Ministros que se celebró el pasado viernes tras la comunicación por parte del presidente de la fecha del adelanto electoral.
¿Por qué es tan importante sacar a Franco del Valle de los Caídos? Uno de los asesores del presidente me lo explicó hace unos meses con estos argumentos: "La mayoría de los votantes de izquierda está a favor de la exhumación del dictador. Ningún país democrático tiene a un responsable de crímenes contra la humanidad en un monumento que se puede visitar. Es como tener los huesos de un cadáver en el salón de casa".
Para Sánchez, exhumar el cadáver de Franco a las puertas de la elecciones sería su mejor gancho de campaña pensando en recabar votos de la izquierda y dejar definitivamente noqueado a Podemos.
Entendemos su urgencia electoral. Pero no el abuso de poder que está llevando a cabo para lograr su capricho.
Una democracia se caracteriza por sus normas y por el respeto que todos, incluido al gobierno, deben a las mismas. Si el Supremo suspende cautelarmente la exhumación ¿se atreverá el gobierno a llevarla a cabo? ¿Qué diría entonces el cardenal Parolin?
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