Las grandes victorias electorales del PSOE se han basado históricamente en sus triunfos en Andalucía y Cataluña, las comunidades más pobladas. Pedro Sánchez perdió en ambas en los comicios de junio de 2016 hundiendo a su partido en sus peores resultados de la historia, aunque logró evitar el sorpasso como segunda fuerza política con el que amenazaba el auge de Podemos. Con el partido de Pablo Iglesias en descomposición y la plataforma electoral de estos ocho meses de Gobierno, el PSOE confía en recuperar la primera posición en sus dos feudos tradicionales y recuperar una victoria electoral once años después de la última de José Luis Rodríguez Zapatero.
En 2011, el PSC obtuvo su primera derrota en unas elecciones generales en Cataluña y desde entonces no ha dejado de caer. En 2016 también se hundió en su propio suelo al convertirse en cuarta fuerza política. Desde el mes de febrero, los socialistas van a la cabeza en intención de voto en la comunidad catalana, según el CIS de José Félix Tezanos, ex dirigente socialista que empezó a presentar los resultados del barómetro electoral de forma regionalizada. Sus resultados se utilizan en Moncloa para establecer proyecciones electorales que han sido determinantes a la hora de que Sánchez anticipara las elecciones.
En enero, el PSOE ya se situaba como segunda fuerza en Cataluña según el CIS, que otorgaba la victoria a Esquerra Republicana de Cataluña con un 22,7 por ciento de los votos, mientras el PSC mantenía una tendencia al alza con un 21,6 por ciento desde el 20,1 que obtenían en diciembre. En el barómetro del pasado día 28 de febrero, los socialistas catalanes alcanzan la primera posición con un 26,9 por ciento de los votos, muy por delante de ERC, que quedaría en segunda con un 17 por ciento.
En Moncloa atribuyen a la estrategia de 'apaciguamiento' el supuesto auge del PSOE en Cataluña
En tercer lugar se encontraría En Comú Podem, con un 12,6% de los sufragios, completando un avance importante del bloque de izquierdas en la comunidad. Según el CIS, Ciudadanos, el partido que ganó las elecciones autonómicas, sería cuarta fuerza con un 9,5%, con un ligero repunte respecto del 8,9 del mes anterior. Seguiría en la quinta posición el PP, con un 5,3% (4,8% en enero). En cuanto al PDeCAT, quedaría por detrás del PP con un 3,1% (5% en enero).
En Moncloa atribuyen esa tendencia electoral al alza en Cataluña a la operación de apaciguamiento y diálogo emprendida por Pedro Sánchez con la Generalitat. El propio presidente del Gobierno presumió del efecto de sus negociaciones con Quim Torra el miércoles durante el último pleno del Congreso. "El independentismo ha pasado de ser el segundo problema de los españoles según el CIS en noviembre de 2017, con 29% y con el PP en el Gobierno a estar en la cola de las preocupaciónes de los españoles con sólo el 6,8% en enero 2019. Algo tendrá que ver la acción del Gobierno y los puentes que ha tendido a la Generalitat", aseguró Sánchez durante su intervención.
Los socialistas confían en pasar de los 558.000 votos logrados en Cataluña en 2016 a unos 700.000 el 28 de abril y rebasar los 1,3 millones cosechados en Andalucía en las últimas generales. La pérdida del Gobierno andaluz por el pacto entre PP, Cs y Vox movilizará al electorado progresista en favor de Sánchez en la comunidad, según las proyecciones socialistas. El PSOE completaría esos dos millones de papeletas con su victoria en Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Madrid, País Vasco y La Rioja, así como en en Ceuta y Melilla, según pronostica el último CIS. Esos resultados teñirían de rojo buena parte del mapa electoral de España y darían pie al "cambio de época" que Pedro Sánchez persigue conseguir en estas elecciones.
Recuperación y voto útil
Tras sufrir en 2015 y 2016 una importante fuga de votos hacia los dos nuevos partidos, el PSOE comienza a recuperar electorado procedente de Podemos y Ciudadanos. Según el barómetro del CIS, un 15% de los votantes de Unidos Podemos y un 6% de los de Ciudadanos apoyarían ahora al PSOE, mientras que sólo un 4% del electorado socialista se decantaría ahora por Albert Rivera (Cs).
En su barómetro de febrero, el CIS da a Sánchez una calificación media de 4,3, cinco décimas por encima de la de enero. Le sigue el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, con un 3,9 (cuatro décimas más). Tras ellos se sitúan el popular Pablo Casado, que sube su nota siete décimas hasta el 3,6, la misma puntuación que el líder de IU, Alberto Garzón, que se mantiene con respecto a enero. La peor de las cinco calificaciones se las lleva el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que, no obstante, mejora en cuatro décimas y obtiene un 3,2.
En Moncloa destacaban también que Sánchez sigue siendo el líder preferido como presidente de Gobierno por el 26,5% de los españoles, a más de diez puntos de distancia del resto. A Rivera lo preferiría como presidente un 12,6% y a Casado un 11,5%. El candidato socialista es el líder nacional mejor valorado (4,3 sobre 10 en promedio), por delante de Albert Rivera (3,9), Pablo Casado (3,6) o Pablo Iglesias (3,2).
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