El jefe de la Policía Nacional el 1-O en Cataluña, Sebastián Trapote, ha declarado este jueves en el Tribunal Supremo que hubo una “alta violencia” contra los agentes del citado cuerpo que se desplazaron a dicha autonomía para evitar la celebración del referéndum ilegal. En un extenso testimonio, bastante similar al de su superior jerárquico el coronel Diego Pérez de los Cobos, Trapote ha explicado que los policías fueron “insultados” y “agredidos” y que hasta 65 resultaron heridos. “El resultado fue de 65 policías heridos: 24 en Barcelona, 20 en Lleida, 7 en Girona, 7 en Tarragona, 6 en Sabadell y 1 en l’Hospitalet del Llobregat”.
El escenario que ha descrito el jefe de la Policía era el de "cadenas humanas" a través de las que se a agentes para impedir su entrada a puntos de votación el 1-O. Aún eran más agresivos a su salida porque estaban "cabreados y enrabietados". "Si era difícil entrar (en los centros de votación), a veces era peor salir, era más complicado porque, como consecuencia de haber hecho una intervención dentro del centro, los ciudadanos que estaban fuera estaban mucho más cabreados, estaban enrabietados, y las reacciones eran más violentas", explicó.
Según la versión dada por Sebastián Trapote, la Policía tuvo incluso que renunciar a intervenir en algunos puntos de votación, por ejemplo, en un colegio del barrio de Horta de Barcelona, porque la "virulencia era tal" por parte de los concentrados que prefirieron no actuar. Si hubieran actuado “las consecuencias hubiesen sido graves tanto para los policías como para los ciudadanos”, ya que había el "riesgo" de que se produjeran "daños personales y físicos" para todos ellos.
La actitud de Trapero
"Intentamos garantizar la seguridad colectiva, pero llega un momento en que no se puede. Ante las agresiones que estamos manteniendo, hay que emplear la mínima fuerza imprescindible”, dijo el testigo a preguntas de las defensas. También puso de manifiesto que la “mediación” con el Cuerpo de Mossos d’Esquadra fue inexistente. "¿Cómo vamos a mediar, si la resistencia era brutal? No había nadie allí que quisiera mediar", recalcó. “La Policía no se dedica a golpear de manera gratuita”, remachó.
Asimismo, durante su declaración, el jefe policial ha detallado cómo los agentes desplazados a Cataluña tuvieron que sufrir situaciones de acoso por parte de los independentistas. En los hoteles "estaban siendo objeto de hostigamiento por ciudadanos y grupos independentistas o radicales para hacerles cualquier tipo de escrache, impedirles el descanso y decirles que se fueran de allí", declaró Trapote.
Por último, al igual que relató Pérez de los Cobos, al ex mayor de los Mossos Josep Lluís Trapero no le gustó que se nombrara desde el Ministerio de Interior un coordinador del dispositivo policial. "Puso todo tipo de problemas y dijo que no reconocía como superior a un responsable designado por el Estado", agregó el testigo a preguntas de la fiscal de Sala Consuelo Madrigal. Trapero –añadió- "no admitía que un responsable del Ministerio del Interior fuera el responsable del operativo".
"Empujones, insultos..."
Trapote recordó además las críticas de la Fiscalía Superior de Cataluña al plan presentado por el jefe de los Mossos. "Es para unas elecciones normales, pero no para un dispositivo de la envergadura que va a requerir un referéndum declarado inconstitucional", le dijo el fiscal superior, José María Romero de Tejada.
También ha testificado este jueves en el juicio del ‘procés’ el teniente general de la Guardia Civil Ángel Gozalo, jefe de zona en Cataluña cuando se celebró el referéndum, quien añadió una nueva cifra de la violencia. Explicó que un total de 55 agentes de la Benemérita resultaron heridos el 1-O tras recibir contusiones y golpes. Cinco de ellos tuvieron que ser dados de baja médica.
Se hacía un acoso por parte de la ciudadanía, alentados por parte de algunas instituciones y medios de comunicación", dijo el teniente coronel Gozalo
Durante el interrogatorio, a preguntas del fiscal de Sala Fidel Cadena sostuvo que si bien cuando los agentes llegaban a los centros de votación se encontraban con un “número considerable de personas en actitud de resistencia, sentados o bien obstruyendo” el acceso a los puntos de votación esa resistencia luego “mutó” en “un grado mayor con empujones, insultos, lanzamiento de objetos, etcétera”. “El recibimiento en los puntos de votación era con violencia”, aseguró.
Asimismo, el teniente general ha subrayado que él llegó a contabilizar hasta "131 muestras de desafecto" a la Guardia Civil aquellos días en Cataluña. Gozalo explicó que se trataba, por ejemplo, de concentraciones en la casas cuartel de la Benemértica. “Allí se hacía un acoso por parte de la ciudadanía, alentados por parte de algunas instituciones y medios de comunicación. Esta situación era sentida por la Guardia Civil y sus familiares que sentían un punto de presión añadida”.
Al igual que hizo el coronel Pérez de los Cobos y el jefe de la Policía Sebastián Trapote, el teniente coronel de la Benemérita resaltó que el 1-O tuvieron que activar el plan B de actuación para hacer cumplir la ley tras darse cuenta de que los Mossos mantuvieron un actitud de "pasividad" e "inactividad" absoluta.
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