Podemos exige a sus cargos lealtad incondicional y castiga el incumplimiento con la expulsión. La crisis desatada en Madrid, con la candidatura lanzada por Iñigo Errejón y la dimisión del secretario general madrileño, Ramón Espinar, se ha saldado con las purgas de personas muy próximas al que fuera diputado de Podemos y portavoz del grupo en el Senado. En concreto, destaca la purga del que fuera su mano derecha, Fran Casamayor, que hasta hace unas semanas era secretario de Organización en la organización madrileña y que fue ascendido como 'adjunto' a la Secretaría de Organización de Pablo Echenique. El núcleo duro de Pablo Iglesias le cesó de sus cargos después de que se alineara con la postura de Espinar.
No son extrañas este tipo de salidas en el partido de Iglesias. La primera gran purga de la formación tuvo lugar antes y después de Vistalegre 2, donde salieron en masa aquellos trabajadores del partido que habían apoyado a Iñigo Errejón. Carolina Bescansa también cayó en desgracia, y se le apartaron de sus cargos en el Congreso, al tiempo que dejó de contar con asesores propios. Los diputados críticos fueron al fondo del Hemiciclo, los líderes territoriales no afines fueron cesados y hasta el tribunal de Podemos criticó estas prácticas.
Sin embargo, el caso de los espinaristas es distinto, al tratarse de personas que hasta hace unas semanas siempre han cerrado filas en torno a su secretario general. Desde los inicios de Podemos, tanto Espinar como Casamayor se han mostrado siempre fieles a la línea de Iglesias. Así fue hasta el pasado enero, cuando estalló la crisis de Madrid. El líder madrileño, que había cedido a Errejón la cabeza de lista para la Comunidad, pidió explorar un posible acuerdo con Más Madrid para mantener la unidad en las filas y evitar una catástrofe electoral.
Esta posibilidad fue rechazada de plano por Pablo Iglesias, que negó inmediatamente y a través de un vídeo cualquier tipo de acuerdo. Después de varias reuniones con la cúpula de Podemos, y tras las presiones del partido, Espinar dimitió de todos sus cargos bajo el pretexto de que hay que salir cuando "no compartes el rumbo". "Si hubiera habido una candidatura unitaria, no habría dimitido", llegó a reconocer después. Los ecos de este episodio continuaron semanas después, cuando se produjeron las purgas de más personas afines al ex líder territorial.
La dimisión de Espinar provocó una rápida respuesta de Casamayor, que a través de Telegram se apresuró a enviar un mensaje a sus bases mostrando cierta empatía con la postura del líder recién dimitido. “En momentos difíciles y duros como el que estamos viviendo os debemos una explicación", defendió el entonces número dos de la dirección madrileña. "Ramón entendía que (...) su hoja de ruta fue truncada y que era imposible ponerla en marcha después de todo lo ocurrido estos días”, escribía el secretario de Organización en Madrid en relación al lanzamiento de Más Madrid. “Por eso ha considerado que tenía que ser coherente con su posición y dar un paso al lado”, remataba, en una defensa de su amigo y ex secretario general.
No te imaginas lo importante que ha sido tenerte a nuestro lado todo este tiempo.
Gracias amigo por tanto. Estés donde estés eres y serás PODEMOS
❤️✊ pic.twitter.com/VD1I9yqfQ1— Fran Casamayor (@FranCasamayor) January 25, 2019
Tras esto, y en el mismo mensaje, Casamayor cerraba filas en torno al partido: "Dicho esto, os tengo que decir (y esto es muy duro para mí) que por encima de Ramón está el proyecto de Podemos". Pedía después "un par de días para reorganizarnos", y avanzaba un diagnóstico que nunca se cumplió: "Esta dirección sigue adelante y os va a seguir dando apoyo", anunciaba. Esto fue el 25 de enero. Ese mismo día, Casamayor publicó un mensaje de agradecimiento junto a una foto con Espinar. El 28 de enero la ejecutiva de Pablo Iglesias disolvió la dirección madrileña e impuso una gestora elegida a dedo.
El número dos de Podemos en Madrid dejaba así, sin hacer ruido, de ser un cargo orgánico. Junto a él, varias personas de la ejecutiva de Espinar y muy próximas a él se quedaban fuera de esta gestora: Victor Rey, María Espinosa o Elena Sevillano quedaban súbitamente destituidos. Ninguno de ellos ha sido tampoco incluido en las listas para las primarias para las autonómicas madrileñas, lideradas por Isabel Serra, muy próxima al secretario de Comunicación, Juanma Del Olmo.
El círculo más próximo a Espinar ha sido apartado en el partido, incluido Óscar Guardingo, que ha sido senador esta legislatura y que mantenía una estrecha relación con el ex líder autonómica. El dirigente catalán fue elegido como cabeza de lista de Podem en Cataluña. El fichaje estrella de Jaume Asens le ha desplazado varios puestos, y se complica su presencia en posiciones de salida.
"No tienes la confianza de Podemos, tú sabrás qué hacer"
Después de esto llegaron las turbulencias para la mano derecha de Espinar. El dirigente pidió a la ejecutiva una semana para "reflexionar" sobre lo sucedido y durante esos días abandonó temporalmente los grupos de trabajo en los canales de Telegram. En ese impasse, Casamayor envió algunos mensajes en grupos privados de Whatsapp que compartía con amigos en los que mostraba cierta empatía hacia su ex secretario general. Estos mensajes llegaron a manos de del Olmo, y fueron motivo suficiente para enseñarle la puerta del partido.
La cúpula de Podemos impidió la reincorporación de Casamayor tras el shock de Espinar
La sorpresa llegó pasada la semana de desconexión, cuando Casamayor se dirigió a la cúpula de Podemos anunciando su vuelta. No obtuvo respuesta alguna ni tampoco fue readmitido en los grupos de los que formaba parte, pese a las reiteradas peticiones. No obtuvo ninguna explicación al respecto, pero el ambiente enrarecido era evidente, según relatan fuentes conocedoras.
El entonces número dos de Podemos Madrid solicitó una reunión con Del Olmo. El secretario de Comunicación le transmitió en el encuentro sus reticencias a darle acogida en Podemos después de las muestras de solidaridad que había expresado hacia Espinar. "Ya no tienes la confianza de Podemos. Tú sabrás lo que tienes que hacer", le vino a decir el dirigente, mano derecha de Irene Montero y una de las personas actualmente más poderosas de la organización. Fran Casamayor, en conversación con este periódico, ha confirmado su salida pero ha evitado hacer comentario alguno sobre este episodio.
Desterrado de su puesto en la Secretaría de Organización Estatal y con la dirección autonómica - de la que formaba parte- disuelta, Casamayor y otros dirigentes madrileños se vieron fuera del partido sin que se emitiera siquiera un comunicado. No fueron incluidos en la gestora elegida por Iglesias para la Comunidad de Madrid, tampoco fueron propuestos en las listas, y en caso de Casamayor ni siquiera tiene asegurado el puesto que ganó en primarias para encabezar la candidatura de Podemos Albacete en las elecciones generales.
El ex número dos de Espinar concurrió en las listas de Iglesias en las votaciones exprés abiertas del pasado diciembre y salió elegido como cabeza de lista de Podemos por la provincia de Albacete para el 28A. Sin embargo, la dirección no le invitó al acto de presentación de los candidatos de Castilla-La Mancha, según ha podido saber este periódico. Al acto, celebrado este sábado en Toledo, acudió el secretario general de Podemos en el territorio, José García Molina, y también Teresa Arévalo, candidata por Toledo al Congreso de los Diputados o Jorge Uxó, candidato a Las Cortes por Ciudad Real. Ni rastro del candidato por Albacete. De fondo, la amenaza de un 'dedazo' de la dirección como el de Victoria Rosell le desplace en la lista.
Espinar y Casamayor, un camino juntos
Amigos personales, Espinar y Casamayor han recorrido juntos gran parte del su camino en Podemos. Ambos han ido ganando peso en el partido, al que llegaron desde los movimientos sociales, y siempre han formado parte del espectro considerado pablista. Casamayor ha centrado su trayectoria en la en la organización interna y ha sumado enteros hasta el punto de llegar a la cúpula de Podemos el pasado noviembre. Próximo a Iglesias, trabajó junto al primer secretario de Organización, Sergio Pascual, y formó parte de una 'secretaría de Organización' paralela diseñada por el pablismo con la que recorrió los distintos territorios del país para solucionar conflictos territoriales.
El puesto creado 'ad hoc' en Podeoms le ahorra tener que explicar su cese
En 2016 entró en la ejecutiva madrileña de Espinar como su número dos en la secretaría de Organización. Su trabajo en este puesto fue positivamente reconocido, hasta el punto de que la dirección de Podemos le ascendió al aparato estatal, en lo que fue interpretado como una forma de restar poder interno al secretario de Organización, Pablo Echenique, tras su gestión en las múltiples crisis territoriales. Casamayor trató desde este puesto reunirse con dirigentes territoriales para redirigir la relación con la dirección estatal.
El puesto de "adjunto" a la Secretaría de Organización fue creado ad hoc el pasado noviembre y no está contemplado en el organigrama del partido. Con esta nueva figura Podemos daba cabida a Casamayor en la Ejecutiva sin pasar por primarias y evitaba el escándalo que supondría la destitución de Echenique. Paradójicamente, al tratarse de un puesto extraoficial, Podemos también se ha ahorrado el tener que dar constancia de su salida.
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