Política

Podemos y Ciudadanos: los nuevos partidos estallan en conflictos territoriales

Podemos y Ciudadanos: los nuevos partidos estallan en conflictos territoriales
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera (izquierda) junto al de Podemos, Pablo Iglesias.

Los conflictos territoriales asolan los nuevos partidos. La estructura territorial de Podemos y Ciudadanos se ha resentido durante los procesos de primarias para elegir las listas electorales. Los amagos de pucherazos, las votaciones paralizadas en los tribunales o la imposición de los candidatos oficialistas son algunas de las epidemias a las que se enfrentan Pablo Iglesias y Albert Rivera.

El caso de Ciudadanos ha estallado a un mes de las elecciones generales. El partido naranja está inmerso en la mayor crisis de su historia tras el escándalo del proceso en Castilla y León, donde la cúpula de Cs intentó imponer a una candidata que venía del PP. La crisis ha sido amortiguada por el partido, que ha rechazado asumir responsabilidades mientras su líder mantiene silencio absoluto.

Los conflictos territoriales en Podemos han sido un goteo constante. Más numerosos pero con menor eco, la secretaría de Organización de Pablo Echenique ha intentado por todos los medios reducir la difusión mediática de estos asuntos, echando el balón al tejado de las direcciones autonómicas. Aun así, la sangría de escándalos no ha cesado desde el inicio de la legislatura, con las dimisiones de líderes territoriales -Luis Alegre o Ramón Espinar en Madrid-, las expulsiones -como la de Albano Dante-Fachín en Cataluña-, la purga de aspirantes críticos o las múltiples escisiones.

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  • Castilla y León. La mayor crisis de la historia de Ciudadanos surgió hace apenas una semana en Castilla y León tras el pucherazo en las primarias. Tras dar como ganadora a la candidata de Rivera, Silvia Clemente, por una diferencia de menos de 40 votos, la reclamación de Igea al Comité de Garantías desveló que había 82 votos fraudulentos otorgados a Clemente. Tras eliminarlos, el partido tuvo que dar la victoria a Igea como candidato a las Cortes de Castilla y León, pero abriendo una brecha en el partido. Aunque los afectados apuntan a la dirección como responsables, la cúpula del partido lo justifica como un error informático que ha dado como resultado la dimisión del secretario de Comunicación de Ciudadanos en Castilla y León.
  • Valladolid. Si la mayor crisis de Ciudadanos nació en Castilla y León, Valladolid fue una de las primeras provincias afectadas por el tsunami del pucherazo. Pilar Vicente, que apoyó a Clemente en las primarias, renunciaba a la candidatura a la alcaldía de Valladolid. Vicente informaba esta semana que volverá a la empresa privada, pero permanecerá como portavoz naranja hasta el final de la legislatura.
  • En la Comunidad de Madrid, tanto Ciudadanoss como Podemos han vivido turbulencias. Podemos escenificó aquí la mayor crisis de su historia con la escisión de Iñigo Errejón el pasado enero. No suficiente con eso, el líder madrileño del partido, Ramón Espinar, dimitió de sus cargos después de apostar por un acuerdo de unidad y encontrar el rechazo de Pablo Iglesias. Los coletazos de la crisis siguen aún vigentes: en las elecciones autonómicas habrá tres candidaturas de izquierdas, mientras dentro de Podemos han purgado a los dirigentes espinaristas. En el caso de Ciudadanos, la capital sufrió los ecos del escándalo del pucherazo. Juan Carlos Bermejo, el candidato que perdió las primarias contra el oficialista Ignacio Aguado también reclamó a la Comisión de Garantías toda la información sobre la votación ante la sospecha de otro posible pucherazo en la región. No obstante, este órgano ya aclaró a los implicados que no se había producido ninguna irregularidad en el proceso de primarias. Ya con la confianza rota, Bermejo está llevando a cabo un estudio paralelo junto a su equipo para comprobarlo por sus propios medios.
  • El candidato derrotado en Murcia, Leonardo Pérez, siguió la estela de la Comunidad de Madrid y solicitó a la Comisión de Garantías toda la información sobre las votaciones, pero al igual que en Madrid, el órgano ratificó los datos obtenidos en las primarias. Que Isabel Franco había ganado con el 63% de los votos a favor (599 votos) sin ninguna irregularidad frente a los 237 de Pérez.
  • Cantabria ha sido la última región que ha vivido el efecto contagio del pucherazo en Castilla y León y esta misma semana el candidato José López ha solicitado la misma información que sus compañeros a la Comisión de Garantías sin que haya obtenido todavía respuesta. En esta región, Félix Álvarez Felisuco ganaba con el 76% de los votos a favor (269 votos) frente al 22% de López, que reunió 81 apoyos. Cantabria es también un lugar polémico para Podemos, que antes de las primarias expulsó unilateralmente a la secretaria general de Podemos Cantabria, la diputada en el Congreso Rosana Alonso, que se presentaba como candidata a la Presidencia cántabra y que era considerada crítica, al haber apoyado en su día a Iñigo Errejón. Después de apartarla de las primarias, la ejecutiva de Iglesias eligió a dedo una gestora que le sustituyó también en la dirección territorial. El asunto de las primarias llegó a los tribunales, que paralizó el proceso como medida cautelar. El procedimiento judicial sigue abierto para las votaciones, aunque Alonso ha quedado de facto expulsada del partido.
  • La Rioja es también otro foco de conflictos para la secretaría de Organización de Echenique. Podemos intentó expulsar al portavoz del partido en el Parlamento riojano, Germán Cantabrana, justo antes de las primarias para evitar la posibilidad de que saliera elegido como candidato a las autonómicas y dejarle abierto el camino a Francisco Garrido, líder territorial de Podemos y afín a la dirección de Iglesias. En este caso también se presentó recurso en los tribunales y se paralizó el proceso de primarias. En otro procedimiento, un juez anuló el despido de Cantabrana y lo achacó a una "lucha de poder".  Tanto en La Rioja como en Cantabria, Podemos creó un órgano ad hoc que se dedicaba a elaborar informes de dudoso origen que luego eran empleados como pretexto para las expulsiones. El tribunal interno de Podemos, la llamada Comisión de Garantías Democráticas, llegó a dar cuenta del "tufillo estalinista" de estas actuaciones.
  • Almería es el último territorio donde hay sospechas de otro posible fraude en las primarias que tuvieron lugar en julio de 2018. En éstas salió vencedora la actual presidenta del Parlamento Andaluz, Marta Bosquet, con un 54% y apenas 29 votos de diferencia con respecto a Rafael Bretones. Este caso no hay una reclamación todavía a la Comisión de Garantías, pero los militantes que apoyaron la candidatura del ejidense ya están recabando toda la información posible antes de reclamar datos a la Comisión de Garantías.
  • Cataluña ha sido siempre un dolor de cabeza para Podemos. Tanto en lo estratégico, donde no han conseguido arraigar su discurso de la vía intermedia, como en lo organizativo. Podem ha sido foco de conflictos desde 2016, pero el problema se agravó a raíz del referéndum ilegal del 1 de octubre, cuando al menos uno de los diputados del partido morado en el Parlament no se opuso a la Declaración Unilateral de Independencia de Cataluña. Tres días después, Iglesias intervino Podem Catalunya y tomó las riendas de la formación para anexionarla a la de Colau, en lo que fue denunciado como la aplicación de "artículo 155" a nivel interno. Después, la ejecutiva de Podemos convocó unas nuevas primarias para quitarle el puesto. El entonces líder catalán dimitió días después. Luego llegó Xavi Domènech, situado expresamente por Pablo Iglesias para liderar la alianza entre Podem y los comunes. Este desembarco sentó mal a las bases de Podem, que criticaron que el candidato de Podem fuera también el cofundador del partido de Ada Colau. Las tiranteces entre comuns y Podemos hicieron a Domènech tirar la toalla el pasado septiembre, cuando presentó su dimisión. En las primarias posteriores -las terceras en apenas dos años-, la dirección de Iglesias tampoco consiguió imponer a su candidato oficial, y Noelia Bail, una independiente, se hizo con el puesto. Ahora, de cara a la campaña electoral, Podemos se salta sus propias primarias para colocar de número uno por Barcelona a Jaume Asens, teniente de alcalde del ayuntamiento barcelonés y abiertamente soberanista, con un pasado de asesor al ex president Carles Puigdemont. Este fichaje estrella relega de la lista al candidato que había sido elegido en primarias, Óscar Guardingo, que no tiene asegurada su presencia en los puestos de salida. Las primarias de Podemos para elegir la lista electoral de las generales cae así en saco roto.
  • Talavera de la Reina. La Junta Directiva de la Agrupación Local en Talavera de la Reina ha presentado su dimisión en bloque esta misma semana y ha solicitado al partido la baja de afiliación al considerar que la formación “está adoptando prácticas que le apartan de sus valores y le empujan peligrosamente a formar parte de aquello que quería combatir”. En una carta, además, denuncian la llegada de candidatos que “no tienen ninguna vinculación con la provincia”, en referencia a Juan Carlos Girauta, que será número uno en la lista al Congreso de los Diputados por Toledo.
  • Navarra también ha sido escenario de las célebres purgas en el partido de Pablo Iglesias. La secretaria general, Laura Pérez, se presentó a la reelección en las primarias y perdió por una docena de votos contra el candidato avalado por Iglesias, Edu Santos. Pérez pidió revisar los resultados y poco después fue expulsada de Podemos junto a sus personas de confianza. La situación ha sido crítica durante años, puesto que tanto la dirigente como los expulsados formaban mayoría en el grupo parlamentario de Podemos en el Parlamento navarro. En los últimos meses intentaron incluso deponer a la presidenta de la Cámara, Ainhoa Aznárez, sin éxito. Unas maniobras que han puesto en serio riesgo el difícil equilibrio del cuatripartito foral liderado por Uxue Barkos.
  • Galicia ha sido otro de los terremotos más recientes para Podemos. La confluencia electoral que sellaron en 2016 bajo la marca de En Marea se ha descompuesto por completo. La confluencia de izquierdas formada inicialmente por Podemos, Anova y Esquerda Unida se ha roto en varios bloques para las elecciones generales del 28 de abril. Anova, el partido nacionalista fundado por Xosé Manuel Beiras, decidió no concurrir a las generales. Por su parte En Marea, liderada por Luis Villares, presentará su propia lista que competirá con En Comú-Unidas Podemos, la coalición de Esquerda y Podemos.

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