El guardia civil que participó en los registros de las naves industriales de Bigues i Riells (Barcelona), donde se incautaron “más de nueve millones” de papeletas para el referéndum ilegal del 1-O, ha declarado este miércoles en el Tribunal Supremo que el presidente de la Generalitat Quim Torra acudió en los días previos a la diligencia de entrada y registros a dicho lugar.
A preguntas de la abogada del Estado, Rosa María Seona, el agente explicó que en los días previos al 20-S se vio a Torra en la citada nave de Bigues i Riells. “¿Sabe usted cómo estas personas se enteraron de la práctica de este registro tratándose de una nave privada en la que aparentemente podían realizarse muchas cosas?”, le preguntó Seone. "Por las vigilancias que se hicieron sobre las naves, ahí se vieron una serie de personas los días previos a la entrada y registro que constan en las diligencias policiales y entre los que estaban pues el señor Sutrías, Mercedes y el actual presidente de la Generalitat, Quim Torra". El agente se refirió junto a Torra a diputados de Tarragona que visitaron el lugar; el exdirector de Patrimonio en la Vicepresidencia, Francesc Sutrías; y, la ex responsable de Proyectos Organizativos y Territoriales del mismo departamento, Mercedes Martínez Martos.
Asimismo, durante el interrogatorio en el que la Sala decidió no exhibir la imagen del testigo, el guardia civil afirmó que en dicha nave encontraron 9,9 millones de papeletas para el 1-O y unos 6.000 sobres completos para la consulta ilegal "Claramente vimos que procedía de la Generalitat", aseveró.
El agente narró que al comenzar la entrada y registro “nada más abrir la puerta vemos cómo todas las paredes laterales de la nave están ocupadas por montones de cajas y papeles.(…) Abrimos las cajas y vimos que había todo lo necesario para constituir una mesa electoral, como papeletas y sobres con el membrete de la Generalitat".
Los correos de Forn y Trapero
El agente puso de manifiesto que el registro ordenado por el Juzgado de Instrucción 13 de Barcelona comenzó a las 9 de la mañana y se realizó con total normalidad, aunque la situación se complicó cuando empezaron a llegar manifestantes con "carteles a favor del referéndum" y gritando "votaremos" o "dadnos las papeletas". "La actitud era totalmente hostil, nos estamos llevando sus papeletas para el referéndum. Se lanzan, me dicen los conductores, latas de cocacola llenas, botellas de plástico llenas, se golpean los vehículos con patadas", recalcó.
También ha declarado este miércoles en el Alto Tribunal el comandante de la Guardia Civil que analizó los correos electrónicos que le fueron incautados al ex conseller de Interior Joaquim Forn. El agente ha señalado que de dicha comunicaciones se desprendía cómo Forn se refería al referéndum del 1-O “como si fuera una votación normal y completamente legal” que se iba a producir “sí o sí”
El testigo ha explicado además que en los días previos a la consulta el ex conseller se intercambió varios correos con el mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, donde se reflejaba que había una “unidad de acción entre Trapero y los políticos”. Las órdenes eran que “se debía evitar causar un mal mayor” del que se podía producir con la convocatoria ilegal.
Asimismo, el comandante ha relatado cómo el cuerpo de la policía autonómica catalana siguió a los miembros de la Guardia Civil durante la jornada del 1-O llegando a obstaculizar su actuación. "Éramos vigilados para saber nuestros movimientos. Tenían órdenes de hacerlo”, declaró el agente que añadió que el día del referéndum los Mossos “siguieron a convoyes nuestros, se pasaron placas de matrícula de vehículos camuflados para ver si era de Policía Nacional o de Mossos, e incluso se llegó a ordenar que se enviaran fotos de los mismos".
Por otro lado, el guardia civil ha subrayado que, tras analizar las comunicaciones que mantuvieron los Mossos en su emisora interna aquel día, se dieron cuenta de que “había casos muy concretos” donde hablaban con las “personas responsables de los centros de votación” sobre cuál sería su estrategia si venían policías o guardias civiles. “En La Junquera se habló de que harían un pasillo a la Guardia Civil y que cuando entraran se encontrarían la urna atornillada a la mesa y que se pondrían personas mayores y niños en la muralla humana", explicó el comandante.
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