José María Aznar vuelve. El ex presidente del Gobierno participa este miércoles en un acto de campaña en Valencia junto a la candidata a la presidencia de la Comunidad, Isabel Bonig, y la aspirante a recuperar la alcaldía de la capital que, durante tantos, tantos años, estuvo en manos del PP, María José Catalá. Se trata del primer acto electoral en el que participará Aznar, pero no el último. Reconciliado con Génova tras años de enfrentamientos y de ausencias, el aterrizaje de Pablo Casado en el liderazgo del PP ha reforzado la presencia de Aznar, quien no tuvo ningún papel en las últimas elecciones generales y a quien no se le vio el pelo en la última convención de la era Rajoy, hoy finiquitada.
Quizá lo más curioso de la vuelta al ruedo de Aznar es que no ha elegido un mitin junto al candidato popular a la presidencia del Gobierno, sino otro de carácter autonómico y local con la vista puesta en las elecciones del 26 de mayo, lo que supone su deseo de implicarse más allá del mero respaldo a Casado.
Reivindicación de Barberá
Y lo hace, además, en una tierra que fue granero electoral de votos, donde los populares fueron incontestables en la Comunidad y en el Ayuntamiento de Valencia, con una alcaldable que no tuvo empacho en salir en defensa de Rita Barberá en sus peores momentos, cuando, acosada por el "caso Taula", se la obligó a dejar el Grupo Popular en el Senado para engrosar el Mixto. Para Catalá, Barberá "es una referencia".
Su súbito fallecimiento en noviembre de 2016 provocó un aluvión de críticas entre un sector de los veteranos del partido que acusaron a Génova de haberla maltratado. Aznar ahondó en la herida al lamentar entonces que "Rita Barberá haya muerto excluida del partido al que dedicó su vida". Tiene, por tanto, la presencia del ex jefe del Ejecutivo un doble simbolismo en lo que tiene de acto de desagravio a la que fue alcaldesa de Valencia durante veinticuatro años, por mucho que Bonig haya intentado por todos los medios distanciarse de aquella época.
Antídoto contra Vox
Tampoco hay que olvidar que Valencia es uno de los territorios donde el partido de Santiago Abascal pueda dar el aldabonazo después de varios intentos de apropiarse del legado de Barberá. De ahí que Aznar lleve semanas alertando contra el riesgo de ruptura de la "continuidad histórica" de España y la pervivencia del sistema constitucional para lo que es necesario, a su juicio, "concentrar el voto en el PP para evitar que el candidato de la secesión, que supondría una posibilidad alta de ruptura de España, pueda vencer". Un giro reseñable tras coquetear durante años con Ciudadanos.
Eso sí, a diferencia de otros momentos de gloria en los que el ex presidente nacional del PP no sólo llenaba la emblemática plaza de toros de Valencia sino incluso el antiguo campo de fútbol del Mestalla, el de este miércoles será un acto mucho más modesto en un complejo deportivo-cultural.
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