Un agente de la Guardia Civil que sufrió un "escrache" el 1-O ha relatado que la protesta estaba "organizada, estructurada y orquestada" y en ella participaron varios bomberos uniformados, que se situaron frente al hotel y se dieron "un baño de masas" entre los concentrados. El Tribunal Supremo ha escuchado la declaración como testigos en el juicio del procés de varios agentes que fueron destinados a Cataluña en el otoño de 2017 y que sufrieron escraches, tanto en los hoteles donde se alojaron, como mientras paseaban por Lleida.
Dos agentes han relatado cómo el 1 y el 3 de octubre vieron cómo la gente se fue aglutinando frente a hoteles de Seo de Urgell (Lleida) e hicieron una "cacerolada", con cánticos e insultos contra la Guardia Civil y pancartas reivindicando la libertad de expresión. Han situado a un grupo de bomberos uniformados en las protestas, con un camión con la sirena puesta que cerraba la concentración. "Pusieron la sirena, apoyando el escrache y dándose un baño de masas con la gente que estaba allí", ha dicho uno de los agentes.
Este mismo ha señalado que, a su juicio, el "escrache" estaba organizado, aunque no ha podido precisar si las personas pertenecían a alguna organización, y ha resaltado que nunca han vivido ese "odio" sin "un qué o un por qué" y "más" cuando ellos tuvieron una "actuación muy liviana" el 1-O.
Otro guardia civil que vigilaba el edificio de la Comandancia de Girona ha relatado otro episodio con los bomberos que ocurrió el día 2 de octubre, cuando un convoy de unos 15 vehículos de bomberos, entre camiones, furgonetas y otros, pasó por delante del edificio con las luces puestas y haciendo sonar sus sirenas y cláxones. En ese momento, ha narrado, los ocupantes hicieron "gestos enseñando el dedo anular en forma de peineta, dándose en la cara como que éramos unos caraduras y con los pulgares hacia abajo" y profirieron gritos de "fascistas, hijos de puta y cobardes" a los agentes.
A su juicio, el "escrache" estaba organizado, aunque desconoce si las personas pertenecían a alguna organización
Otros dos guardias civiles han explicado el episodio que sufrieron ese mismo día, cuando no estaban de servicio, mientras caminaban por Lleida, cuando se percataron de que una persona les seguía y grababa. "Nos dijo que nos había reconocido, (...) que habíamos estado en su pueblo el día anterior", ha explicado uno, que ha señalado que les comenzó a "amenazar" y a insultar, les dijo "que había ganado la guerra", y alentó a la gente contra ellos.
Por la noche comprobaron que en redes sociales estaban circulando fotos suyas del 1-O con sus caras "rodeadas de un círculo rojo", comparadas con las que les había hecho ese individuo en Lleida, en una publicación en la que esta persona decía que habían paseado "por su barrio" y "que habían estado el día anterior pegando a gente de su pueblo".
Por su parte, la mossa que supuestamente envió un whatsapp el 2 de octubre animando a hacer escraches a los guardias civiles alojados en tres hoteles de Lleida ha dicho que no recuerda ni le suena haber enviado nada, pese a reconocer como suyo el número de teléfono desde el que se mandó ese mensaje.
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